Wordsmiths Fiction Semana 4: Temporada 24 – El secreto familiar

¡Esto tiene que ser una broma!

  Expresó Julie en una tonalidad irónica y molesta. No obstante, el abogado sin medias tintas le enfatizó que no era ninguna broma, porque su padre había escrito esa frase con su puño y letra estando en todas sus facultades mentales.

  Julie, lejos de aceptar esa realidad, le pide a su hermano que la acompañe un momento a la habitación, porque quiere hablar algo con él a solas. El abogado le dice que tienen diez minutos para aceptar o rechazar la propuesta de su papá y, ella molesta le asegura que un aparecido no le quitaría lo que por derecho solo es de su hermano Matías y ella.

Primero aseguremos la herencia y, cuando Jeremy nos tenga confianza, lo despojamos

  Dijo Matías entre susurro. Julie, encantada con la propuesta de su hermano, le respondió la aceptación al plan con una sonrisa perversa y acentuando la cabeza.

  Tres días después la lectura del testamento, Julie y Matías emprendieron camino en busca de su misterioso hermano Jeremy. El lugar queda muy retirado de la ciudad; de hecho, Matías en el trayecto bromeó un par de veces diciendo que por eso, don Marcelo había ocultado la existencia de un tercer hijo y, Julie con la seriedad que le caracteriza, le pidió que dejara de bromear, porque ella jamás lo aceptaría como su hermano y, en vez hacer sus bromas de mal gusto, mejor pensaran en cómo se iban a deshacer de Jeremy. Entre conversaciones, finalmente llegaron y, cuando vieron lo acogedora que es la casa de Jeremy, se sorprendieron, porque ni siquiera ellos tenían un hogar tan fresco y lujoso.

Ding-dong ; Ding-dong

  Tocan el timbre un par de veces, pero nadie les abre. Ante una aparente ausencia, Matías dice que le dará una vuelta a la casa para ver si ve algo o a alguien. En ese momento, se escucha el ladrido de un perro; la puerta se abre y el can saltó sobre Julie.

  Ella, escandalizada, le pide a su hermano que le quite al husky siberiano de encima. Sin embargo, él no le hace caso, porque quedó congelado al ver el gigantesco tamaño de ese animalito, además de que, sutilmente, se alcanzó a escuchar que alguien dijo:

¡Bienvenidos a casa!

  La voz era familiar para él, pero le parecía imposible que fuera posible lo que estaba pensando. Unos segundos después, Julie logró calmar al can y molesta le agradeció a Matías por la ayuda que nunca le dio. Entre refunfuños, ella voltea hacia el interior de la casa; ve la silueta de una mujer y un espeluznante aullido del husky siberiano los ensordeció.

  Después del aullido del husky, el silencio reinó por unos minutos. Julie y Matías, mirando fijamente el interior de la casa, se limpian los ojos desesperadamente, esperando que la silueta que estaban viendo, fuera producto de su imaginación. No obstante, quien estaba ante ellos era la proyección de Ofelia, su madre, y aunque el exterior de la vivienda era hermosamente colorida, el área interna vislumbraba una proyección anticuada. La mujer que estaba en el interior alzó sus brazos; acto seguido, Matías y Julie fueron arrastrados hasta ella. El perro continuó aullando de manera espeluznante e insistentemente y, la puerta de la casa se cerró bruscamente cuando los hermanos estaban adentro.

Tú no eres real, tienes 20 años de haber muerto

  Gritó desesperadamente Julie. En ese momento, la madre de ambos les dice que volvió de la muerte para vengar el abandono que ellos habían tenido con su padre, a pesar de que, en el lecho de muerte, les pidió que lo cuidaran.

  Asustados por lo que estaba sucediendo, Julie y Matías piden perdón, pero la madre fantasma les dice que ya es muy tarde para el arrepentimiento, porque Marcelo no estaba en el mundo terrenal y, después de ver toda la soledad que experimentó cuando estaba en vida, ahora era el turno de ellos. Por lo tanto, eternamente, se quedarían en esa casa y escuchando el llanto que su padre todas las noches drenaba al pensar que ni siquiera sus hijos se acordaban de él.

  Desde ese día, Julie y Matías volvieron a ser vistos. Sus parejas recibieron una carta donde decían que se habían ido a otro país para comenzar de cero, ya que la muerte de don Marcelo los había devastado. Por su parte, ellos, estando en cautiverio, se enteraron de que, Jeremy jamás existió, ese tercer hermano solo fue un señuelo y, el abogado que les llevó el testamento, había sido un espectro como ahora lo era su madre.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!

^{Mi presentación en la plataforma}