Una vez obtenidos todos los filetes se machaca suficiente ajo, jengibre y se mezcla con sal, para aplicarlo a cada pieza de pollo y dejarlo reposar en el refrigerador por al menos una hora. Si se desea se pueden usar otras especias como tomillo, pimentón en polvo, cúrcuma, salsa inglesa, entre otros.

Vale la pena aprovechar el resto de la pechuga (los huesos) para hacer un consomé que sirva como base para un arroz de acompañamiento, o para sancochar papas y hacer un puré.

El mise en place

Se debe disponer el jamón junto al queso, por otro lado los huevos batidos en un plato no tan hondo, en uno llano un poco de harina de trigo y las pechugas cortadas aparte, además de otro plato llano donde se armarán las piezas de cordon bleu. Es importante tener todo dispuesto a la mano, incluyendo el aceite caliente donde se freirá, el cual debe ser en la cantidad suficiente que cubra al menos la mitad de las piezas.

Armado y fritado del Cordon Bleu.

Se extiende la pechuga en el plato y en el medio se coloca el jamón con el queso amarillo haciendo una especie de sandwich, procurando que el queso quede en el interior, conviene que el relleno quede plano para que no ocupe mucho espacio. Seguidamente se cubre y se envuelve con los lados de la pechuga.

Se puede armar también con dos cortes pequeños también en forma de sandwich, es decir una pieza de pollo abajo, luego el relleno y otra de pollo en la parte superior.

Lo que sigue es empanizar con la harina de trigo, procurando que se cubra bien toda la superficie para después sumergirlo en el huevo e inmediatamente en el aceite, tomándolo por ambos extremos con ambas manos. El paso por el huevo debe ser con agilidad para que no se desarme pero con la prudencia de cubrir bien la pieza. Lo que se espera es que el empanizado haga una buena capa sobre el Cordon Bleu para que el aceite no enchumbe, al menos no en exceso, el interior de la pieza.

Antes de armar la siguiente pieza conviene lavar las manos para retirar el exceso de harina y huevo que podrían entorpecer el proceso.

No hay que preocuparse demasiado por la forma en la que cae sobre el aceite caliente pues, aunque pueda parecer, el Cordon Bleu no se desarmará. Se debe voltear periódicamente para que no se dore demasiado, pues se sabrá que está bien cocido cuando la pieza empiece a chispear más por algunos de los extremos, eso significa que el calor llegó al queso y este empezó a perder agua, la cual saldrá haciendo reacción con el aceite caliente.

Al retirar la pieza del aceite no la escurra ni la coloque en forma vertical para evitar que pierda la humedad en su interior, solo repósela sobre papel absorbente.

Los trozos pequeños de pollo que no sirven para armar el Cordon Bleu se pueden empanizar y freír de igual manera como pequeños nuggets de pollo.

Buen Provecho

Este plato se puede acompañar de diferentes maneras, como antes se mencionó con arroz o puré de papa, pero también con cualquier tipo de ensalada o simplemente pan.

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