Hola amigos. Cada vez que se acerca la fecha de cargar gasolina, me entra cierta preocupación y ansiedad, ya que es un día muy agotador y de muchas necesidades, porque el camión cisterna que trae el combustible nunca llega a tiempo y tengo que pasarme todo el día cargando con el sol y las necesidades del hambre y la sed, por más equipado que esté uno para estas cosas.

Hoy les comparto la travesía de cargar gasolina.

Querido diario, te cuento que comencé este día con mucho ánimo y positivismo y sobre todo porque me levanto temprano para agradecer a Dios por todo.

A las 8:30 am tuve que salir con un hermano de la iglesia a llenar de gasolina el vehículo del pastor, ya que él está de reposo médico y fuimos a hacer fila, sin embargo, la cisterna no había llegado y tuvimos que esperar un buen rato, lo que cambió mi estado de ánimo, pues la larga espera en medio del sol y la necesidad de sed y hambre, pone a las personas de mal humor.

Lo cierto es que la cisterna llegó tarde y luego tuvimos que esperar nuestro turno, ya que éramos el grupo 6 y era más de la 1 pm.

Finalmente logramos llenar y salimos tarde, agotados y esto bloqueó por completo mi bienestar, generándome fatiga, cansancio y ganas de llegar a casa para comer y descansar.

Siempre que hay que repostar gasolina, el día se complica y se vuelve estresante y no sabemos cuándo se solucionará este problema de colas, ya que es un problema nacional.

Repostar gasolina se vuelve muy estresante y sus efectos sobre el bienestar personal son muy negativos.

Pasé la noche descansando hasta que se fue la luz.