Experiencias Aterradoras 1
Una noche, hace más de una década atrás, mi papá llegó muy tarde del trabajo. Eran pasadas las 10 de la noche y mi hermana y yo aún no habíamos cenado, esperando que él llegara y preparara la cena, sin embargo, debíamos salir al supermercado a comprar lo que iba a cocinar mi papá.
Mi hermana y yo nos arreglamos y salimos los tres en el auto rumbo al supermercado, este era muy grande y estaba abierto las 24 horas, pero quedaba muy retirado de nuestro apartamento.
Una sección del trayecto, era una avenida de cuatro canales (dos de ida y dos de vuelta) separados por una isla que era tan ancha como un auto aproximadamente, en esta isla habían arboles a lo largo de ella y como esa zona era residencial, la gente que iba de visita a esas casas o que vivía en ellas dejaba sus autos en la calle, ocupando el canal derecho completamente para vehículos estacionados, dejando así, sólo un canal de ida y uno de vuelta para poder circular respectivamente.
Mi hermanita dormía plácidamente en los asientos traseros del auto, mi papá iba manejando y yo estaba dormitando en el asiento del copiloto, ya habían pasado las 10:30 de la noche y recliné un poco el asiento para dormir mientras llegábamos al supermercado y de pronto... mientras estaba entre dormido y despierto... apareció, salió de entre dos autos estacionados, una silueta, completamente negra y traslúcida, como una sombra, cruzando la calle con total normalidad e indiferencia, sin mirar a los lados, ignorando completamente el hecho de que venía un auto, el de nosotros, tan cerca y a una velocidad tal, que cualquier persona que fuese arrollada, quedaría gravemente herida, si tuviese la dicha de sobrevivir al impacto contra el auto y el asfalto posteriormente, pero, ahí estaba, la silueta de un hombre adulto, cruzando la calle rápidamente, a 15 metros de nosotros, distancia que nos estábamos desplazando en menos de un segundo.
Esta silueta, del color de una sombra, no era una sombra en sí, las sombras son proyectadas en una superficie, pero esta estaba proyectada en la nada, de pie, dando pasos, moviéndose, sin ninguna persona que la pudiera producir por los alrededores, es más, eramos las únicas personas circulando esa calle en ese momento, todos estaban dentro de las casas y no había ningún transeúnte caminando en las desoladas aceras apenas iluminadas y llenas de hojas por la abundancia de árboles en la zona.
En mi mente estaba muy presente la idea de que pudo ser una alucinación mía, debido a que estaba quedándome dormido y al día de hoy estoy casi seguro de ello, pues creo en la ciencia y en el poder que tiene la imaginación, de no ser por un pequeño detalle...
Justo en el instante que apareció, que la empecé a ver atravesar la calle frente a nuestro auto, sentí un pequeño empujón de nuestro auto, era mi papá, soltando el acelerador para comenzar a frenar mientras viraba levemente el volante, tratando en lo posible de esquivar lo que acababa de aparecer en el poco espacio que teníamos para circular entre la isla que separaba los canales y los autos estacionados, es decir, ya eramos dos personas viendo la misma silueta.
Como la sombra iba caminando de derecha a izquierda, mi papá viró hacia la izquierda, al parecer tratando de alejarse de esa aparición, lo que sería el instinto natural de un conductor para evitar colisionar con algo que se te atraviesa de pronto en tu camino, sin embargo, estábamos tan cerca e íbamos tan rápido, que era imposible no impactarlo y, en menos de un segundo, lo atravesamos, como si no estuviese nada allí.
Luego de ello, mi papá volvió a centrar el auto en el canal por el que estábamos circulando mientras volvía a pisar el acelerador para mantener la velocidad a la que íbamos, llegamos al supermercado, hicimos las compras y regresamos a casa para cenar sin comentar nada sobre lo sucedido.
Definitivamente, una experiencia, aterradora...