Sentémonos a conversar

Tome asiento querida compañera, tomémonos el mejor café del mundo y tengamos la tertulia más larga de nuestras vidas. Cuénteme todos sus temores, que yo le contaré los míos cuando usted se canse de hablar. Quiero oírla hasta que mis oídos retumben. Quiero escuchar sus más grandes anhelos y las extensas razones de su existir.

Sentémonos aquí, donde nadie nos escucha y nadie nos ve. Donde seamos invisibles a los ojos humanos pero vulnerables de alma para que así nuestros dioses puedan percatarse de nuestra presencia y así quizás ellos se sienten con nosotros.

Pongamos nuestras verdaderas caras, seamos nosotros en nuestra máxima expresión, soltemos esas angustias y estos rostros de tristeza que de manera obligada escondemos en el día a día para no ser acusados ni dar explicaciones que se merecen o no existen

Señora inspiración, te agradezco profundamente que te sientes hoy conmigo. Te he extrañado, es bueno tenerte de vuelta. No me gusta que te alejes de mí, cuando estás ausente me siento triste y vacío como a un niño a quién le abandona su mejor amigo y ya no tiene con quien jugar.

Hablando a través de ti soy capaz de sentirme libre en esta sociedad prisionera. Me encanta cuando me tomas de las manos y pasamos a ser netamente un solo ser en cuerpo y alma contra las fuerzas del universo.

Así que pidamos más café y caminemos juntos por estos pasillos y así estas tertulias entre usted y yo sean más amenas