Ven aquí linda -escucho, el gato se estaba acercando – O sea que es real, que enfermo maldito! Pero que le hizo a mi madre. Tendré que jugar su juego.
Ya voy, dame un momento ¡trate de hacerlo calmar -voy!
Aquí estoy, ¿Para qué me necesitas? -Quiero que juguemos y seas mi esposa
Ser tu esposa, pero mi madre la necesitamos para que sea testigo. ¿Como la sacamos de ahí? Solo tienes que sacarle los ojos, al sacarle los ojos su alma se va, pero en ella no porque está viva, es así como frotar una lámpara, pero solo le quitaras los ojos. Al sacarle los ojos su alma se va, ¡claro! allí está bien, pues vayamos a comer algo, tengo hambre, sí, tu cocinas muy rico, te he observado. Mientras nos dirigimos a los cocina, el se sentó y le prepare un pastel de carne. En eso veo en la ventana que se acerca Freddy, por suerte el gato esta de espalda. Le hago señas que en los ojos... El gato disfrutando de su pastel, Freddy entrando por la ventana, hace caer un jarrón menudo tonto, el gato voltea y tiro el vaso -Perdón, se me resbalo. ¿Esta rico? ¿Qué tal? Esta buenísimo, mis padres nunca me cocinaban así, siempre me daban pan y agua, solo tenía mis gatos me entro un poco de nostalgia siempre te observaba, me parecías una chica lista, dulce, que luchaba por todo, aunque te quedaras dormida. Pero cuando te vi con ese me puse muy celoso, perdón por el susto en el baño -no te preocupes...En eso veo que Freddy va hacia él con un cuchillo y se lo clava en un ojo... El gato chillando maldito, te matare! Freddy dio la vuelta por el comedor, me aparto de un empujón y el gato le brinco encima, le rasguño el brazo, era demasiado pesado… El gato queda arriba del, el cuchillo estaba a pocos centímetros de él, entro en razón, agarro el cuchillo y el gato me miro. Mátalo Alexa, dame el cuchillo, vamos a ser felices, tiene que morir. Freddy me mira, yo lo miro. Miro al gato. No sabía qué hacer, sentía de alguna forma sentimiento por Samuel, pero sabía que no era real, que hacía daño, que era peligroso... así que el cuchillo se lo dio a Freddy, este le clava en el otro ojo y el gato comienza convulsionar… NOOOOOOO, mi madre. ¿Dónde está? -aquí, ten -en eso le saco los ojos y una luz se eleva, hace chispas y aparece mi madre -Alexa, lo hiciste, eres grandiosa. Mamá tenia tanto miedo, ¿tu sabias todo esto? Muy poco, pero no quería asustarte, por eso los ancianos nunca salían, por vergüenza, esta mañana vi que prendía el carro, había una nota debajo de la puerta a tu nombre y la puse en tu mesita de noche, supongo que ahí explicaba todo. No exactamente, solo decía que en esa casa había alguien que me estaba observando. Se llamaba Samuel, era su hijo, vivió encerrado hasta el 2010 que desapareció su cuerpo, pero su alma se metió en el cuerpo de un gato. Que susto. Freddy, ¿Estás bien? Si cariño, ahora vamos a casa. Esto se termino. Por cierto, llamaron de la estación. Consiguieron dos cuerpos muertos en un bosque, al parecer dos ancianos. Y había una nota con ellos. ¿Que decía? -No mucho, solo...

“Perdónanos”

Autora: María José Quiroz