Blockchain, un gigante dormido

in #spanish7 years ago

Es un hecho que en las últimas dos décadas hemos experimentado cambios sustanciales en nuestra forma de vida: los teléfonos celulares y los dispositivos móviles revolucionaron nuestra forma de comunicacrnos; las redes sociales, han definido en gran parte nuestra forma de relacionarnos con el mundo; las computadoras personales y SmarTVs, han cambiado nuestra forma de entretenimiento y la blockchain ha llegado a cambiar sustancialmente el concepto que teníamos de economía. Hoy en día, podemos hablar de una economía descentralizada en crecimiento constante. Sin embargo, la Blockchain en la economía es sólo “la punta del iceberg”. Podríamos apostar que dentro de unos años veremos la descentralización en muchas otras áreas de la vida, desde el tema gubernamental, pasando por el tema social, médico, alimentario o el mismo internet.

La tecnología de Blockchain es tan disruptiva y vanguardista, que a pesar de que ya lleva 9 años entre nosotros en forma de Bitcoin, apenas estamos empezando a imaginar sus posibles implementaciones en la vida diaria. Dentro de las propuestas que ya hemos hablando que se han dado es el de crear un sistema electoral basado en Blockchain, el cuál sería sumamente difícil de hackear, con costes de operación relativamente baratos, al tiempo que fomentaría el voto, ya que cada elector tendría la seguridad que su voto no sería manipulado, algo que en los sistemas electorales actuales alrededor del mundo, no queda muy claro, inclusive, cada elector podría consultar en la Blockchain su voto por medio de sus datos biométricos en forma de clave privada.

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Sin embargo ¿qué es lo que ha impedido la rápida implementación de la Blockchain al mundo real? En esencia: lo complicado que es entender el funcionamiento de la misma, por lo que la adopción ha sido lenta y solamente se ha dado en los círculos informáticos. A pesar de esta dificultad, desde el 2017 empezaron a salir proyectos con una implementación en el mundo real y todos los días salen nuevos proyectos.

¿Cómo saltar esta barrera? Uno de los caminos que se ha propuesto es la de ser un “evangelizador”: personas que a través de sus redes sociales dan difusión del conocimiento de la Blockchain, así como de las implementaciones y aplicaciones de ésta. Sin embargo, esta figura de “evangelizador” se ha que dado corta con el pasar de los años y es que en Redes Sociales ya se ha difundido bastante el concepto, aunque claro, sigue habiendo agujeros que tapar. Pero en cuanto a instituciones o asociaciones, el tema de la Cadena de Bloques sigue estando envuelta en un halo misterioso. Es ahí donde se deben focalizar los esfuerzos

Es por eso que actualmente se está trabajando, alrededor del mundo, en Asociaciones Civiles para dar una difusión a entidades gubernamentales y otras asociaciones. Sin embargo, muchos de estos proyectos todavía está en pañales.

En cuanto se comience a hacer sinergia entre actores claves sociales como entidades gubernamentales u ONG’s, se podrá hacer un círculo virtuoso, donde la Cadena de Bloques comience a penetrar en la estructura social, dando paso en un principio a pequeños cambios, pero a la larga, serán cambios que impacten profundamente en nuestra sociedad. ¿Estaremos ante una revolución tecnológica como lo fue el vapor para mover máquinas? En lo personal, pienso que sí.

Y es que la aplicación de la Blockchain es tan diversa como la aplicación del vapor para mover cualquier tipo de máquinas y es tan poderosa para dar un salto cualitativo en nuestra forma de vida como pasó hace más de 300 años.

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Hay que recordar que la máquina de vapor trajo consigo la Primera Revolución Industrial, en donde el orden económico, político, social y científico fue sufrió una transformación y sentó las bases para el mundo moderno que conocemos hoy en día. Así de grande y así de revolucionaria, pienso yo, puede ser la tecnología de la Blockchain.

Si bien, aún dista mucho de que esto se vuelva realidad, la Blockchain está sentando las bases para una sociedad más abierta, más democrática, más participativa y sobre todo, más descentralizada.