Ragnarok Conspiracy 24/44 | En español

in #steemfirstpublishing5 years ago (edited)


Otro capítulo de la novela "Conspiración Ragnarok", originalmente escrita por mí, traducida al español por Gabriel González, ilustrada por @marylucy con la portada de Keith Draws.

Al igual que el original, este libro se publica STEEM-primero. Nuestro objetivo es completar la serie STEEM y publicar el libro electrónico antes del Black-Friday (29 de noviembre).


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Parte IV


24

Giro de los acontecimientos

Zona roja Polar de la Escombrosfera, 6 de Septiembre del 2047

"Por tercera vez, sí, esta nave es alienígena, ¡Pero no mis acompañantes! Y no, no soy de Marte Uno ni los Hylobo son alienígenas. Sugerir eso es muy ofensivo, señor. Por favor, debe dejar ir sus prejuicios para poder restablecer la conexión,,, La escombrosfera, en especial esta zona, es un mal sitio para quedarse de brazos cruzados."

"Te puedo asegurar: No me estás engañando con esas historias, señor. Sé, de hecho, que tú y tus pequeños amigos alien me inyectaron alguna nanotecnología. Nueva Zion no se ha quedado de brazos cruzados mientras ustedes demonios han estado conspirando junto con estos nuevos amigos alien suyos. Fue un buen intentó el de los mini-drones, pero ustedes no se dan cuenta de que desarrollamos nuestra propia inmunidad a las nanotecnologías para estar a la par, señor.
»Ahora, por favor dígame, Señor Bjarne, ¿Qué es aquello tan especial en el señor Gottschalk que expusieron esta nave y su nueva alianza alienígena a nosotros para que no lo capturemos?"

"¡Señor Bridgewater, por favor! ¡Debe escucharme! Ni yo ni ninguno de los tripulantes Hylobo de esta nave estamos afiliados a las facciones con quienes ustedes tienen conflictos. Los Hylobo no necesitan ninguna nanotecnología ni agente bioquímico para controlar nuestras mentes si así lo desean. Los drones de los que habla deben estar relacionados con nuestra otra abducción accidental, algo con lo que no contábamos. Pero antes, ¿Podríamos discutir asuntos más importantes?
»Estamos justo en el centro de una zona roja de la escombrosfera. A menos de que comencemos a movernos seremos destrozados muy pronto. Podríamos ser golpeados por un enjambre de HEOPS en cualquier momento."

"Ok, Señor Bjarne, soy un hombre razonable. Les daré permiso a ti y a tus amigos alien de que muevan el buque fuera del alcance de los enjambres. Pueden llevarnos a la superficie terrestre, hacia Nueva Zion, o simplemente a los límites externos de la escombrosfera, pero recuerde, Señor Bjarne, intente algún truco extraño y partiré ese cuello aristocrático suyo como si fuese una ramita."

"¡No me está entendiendo! No funciona de esa manera… ¡Va a provocar que nos borren la memoria! No conoce a los Hylobo tanto como yo… Mi nieta, mi última esposa, ¡No quiero perder esos recuerdos! Por favor, señor, no me amenace, su hostilidad, mi miedo, los Hylobo no entenderán. ¡Ella no entenderá!"

"Ha colmado mi paciencia, Señor Bjarne."

John entonces clavó su pulgar en la axila de Bjarne y este sintió un terrible dolor por todo su cuerpo, como si una lanza estuviese siendo empujada a través de su hombro, directamente hacia su torso y su pierna derecha hasta que se detuvo en su rodilla y el penetrante dolor comenzó a desaparecer. Bjarne, entonces, comenzó a sentir cómo su conexión mental con Azraella se restablecía y su suave voz le dijo:

"No desesperes, mi buen amigo, esto acabará ahora. No más dolor, no más recuerdos de ningún dolor."

De pronto, John se tomó de la cabeza como si sintiese dolor y cayó sobre sus rodillas de un modo muy teatral, algo típico al estar en una gravedad de cero punto tres “g” en la nave espacial Aesir. Mientras le veía caer, Bjarne sintió cómo se nublaba su mente.

"¡Por favor, Azraella, no mi esposa, no mi nieta, no los recuerdos de Magnus!"

La neblina mental de Bjarne se comenzaba a espesar, trataba de aferrarse al último recuerdo de su esposa, su querida Ella. Recordaba cuán hermosa se veía en su boda, y mientras recordaba cómo lucía en aquel vestido largo de seda blanca con un gran corte en la espalda que resaltaba la belleza de su cuerpo, una voz le habló en su mente. Era una voz que sonaba vagamente familiar.

"Adiós, amigo mío."

Bjarne se esforzaba por aferrarse a la imagen, pero la neblina espesaba. La imagen, aun así, permaneció intacta, ¡Qué hermosa princesa! ¿Conocía a esa señorita? Mientras trataba de recordar quién era aquella increíble mujer en aquel vestido blanco, otra imagen vino a su cabeza, un perro negro, un labrador, corriendo con una pelota de tenis en su boca, corriendo hacia una pequeña niña. Bjarne sintió una profunda sensación de amor llenándolo con la imagen de aquella niña de largos cabellos rubios con un adorable vestido amarillo. Debía tener unos siete u ocho años, pensó. La mitad de su propia edad.

¡No! Aquello no estaba bien, no se sentía bien. Se sentía… se sentía como un hombre mayor, ¿Lo era? Bjarne trataba de recordar, el recuerdo reciente más claro que tenía era el de la felicidad que sentía al recibir su figura de acción de He-man para su cumpleaños y que había olvidado. ¡Su cumpleaños número quince! Un evento que su mente le dijo que había sido hace sólo unos días, pero se sentía mucho más distante. Él ya no era un niño de quince años, se sentía seguro de eso. Mientras abría sus ojos, un vistazo a sus manos se lo confirmó.

"¡Dios mío, debo tener unos cien años! ¿Por qué estoy atado?"

Un hombre extraño estaba de rodillas, a sus pies, con sus manos sobre sus ojos como si estuviese llorando, pero no lo estaba, estaba simplemente ahí, inerte. Era un hombre delgado pero musculoso, con rasgos africanos, rastas largas y una pequeña barba, usaba un traje negro, su mente regresó a la hermosa princesa de blanco, él debía de ser el novio. Bjarne vio a su alrededor esperando poder ver a la hermosa novia en algún lado, pero se dio cuenta de que no estaba ahí, no estaba ahora sino en algún punto entre sus recuerdos de cuando tenía quince y el ahora, que parecía tener cien o más. Bien, tal vez no cien aún, pero había toda una vida que Bjarne no lograba recordar. Pudo ver un pequeño ventanal, a través de él, la curvatura de la tierra se podía ver.

"¡Por todos los… Estoy en el espacio! ¡Soy un astronauta!"

Entonces Bjarne miró al otro lado de la habitación, dos personas estaban atadas a mesas. No eran mesas de madera, sino dos mesas enormes y blancas que parecían iluminar toda la habitación con su luz. El tope de las mesas emitía una luz amarilla. Habían tres mesas, en dos de ellas habían personas atadas a ellas, un hombre joven vistiendo unas ropas futuristas y una mujer de probablemente treinta con cabello corto que parecía una niña exploradora. «Esto no es bueno» pensó. Entonces miró hacia la tercera mesa, la del medio. Siguió con la mirada la correa que caía de la mesa y al final de ella vio a un niño pequeño desnudo simplemente acostado ahí, un niño con un color muy extraño, ¿Estaría muerto? La piel del niño era de un gris pálido, eso no estaba bien ni siquiera para un muerto, y su cabeza estaba completamente calva, « ¿Cáncer? » pensó. Siguió explorando la habitación con la mirada y encontró a un segundo niño grisáceo en el suelo, y a un tercero. Bjarne pudo ver claramente la cara del tercero, se estremeció, su cara estaba deformada. Una cabeza totalmente calva y una frente inusualmente amplia y grande, una pequeña barbilla y una boca inusualmente pequeña y sin labios. Una nariz desproporcionalmente pequeña para el tamaño de su cabeza y, lo que lo asustó más, los ojos más grandes que había visto jamás, incluso más que huevos de gallinas, no eran normales. Eran absolutamente oscuros, sin una pizca de blanco, tanto que no podías siquiera diferenciar las pupilas, si había alguna. No, no eran niños, ¡Eran Trolls! En ese momento una amigable voz se manifestó en su cabeza:

"Lo siento, mi viejo amigo, sé que no me recuerdas, pero estamos en graves apuros."


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