Ragnarok Conspiracy 33/44 | En español
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Parte V
33
Perseo-Pisis
"Señor, ¿Qué hace aquí? No, mierda, ¿Qué demonios?"
El guardia tropezó y cayó por el portal de la M-brana que Wietse había plantado a sus pies y la esfera parpadeo por un segundo, lo suficiente como para que unas pocas gotas de agua marina aparecieran salpicando. El centro de investigación estaba situado cerca de la línea costera y mandar a la gente al mar a unos sesenta metros de la orilla era una manera decente de asegurarse de que no interrumpirían su trabajo. El equipo de agente de la UPPR que Wietse había adquirido no había llegado tarde ya que la red se volvía cada vez más inestable y los ajustes necesarios para mantener el control sobre los nodos no se podían mantener con una simple consola.
Aun así, se sentía extraño el usar el implante cerebral. A pesar de que sabía que tenía el control, que el aumento ahora era parte de él, que usando las trinidades cuánticas la red de la M-brana era ahora como parte de él, se sentía como algo ajeno. Wietse sabía cómo había sido usada esa tecnología por los Quants durante la guerra, ellos eran los soldados, espías y verdugos más crueles y efectivos que el mundo había conocido jamás. Algo sobre aquella tecnología los había desconectado de su humanidad, por lo que Wietse temía por la suya, desgraciadamente, aquella podría ser la única forma que había de salvar la humanidad.
Otrora parte de una orgullosa Agencia Europea Espacial, este instituto de investigación de la AEE era ahora, básicamente, un archivo, un museo y biblioteca de vieja tecnología espacial. Wietse echó un vistazo por cosas útiles, notó una pequeña ventana a través de la cual veía aquellas dunas de nieve que recordaba de hacía tiempo. Las dunas holandesas habían sido gran parte de la infancia de Wietse, o de su vida antes de… La imagen le traía recuerdos, pero algo no estaba bien. Pero, ¿Qué era lo que no estaba bien? Entonces lo recordó, no nevaba nunca en Septiembre, ¿Cierto? Las dunas de nieve eran una imagen familiar pero que correspondía al invierno y la temprana primavera, ¡No a los últimos días del verano! ¿Podría aquello estar relacionado?
Entonces Wietse notó un armario de cristal en medio de la habitación con un traje espacial o más bien un traje “lunar”. Wietse recordó a su nieta, quien estaba e la luna ahora, y reestablecer contacto con ella tendría que esperar hasta que descubriera por qué las cosas salieron mal durante su última conexión, descubriera cómo evitar otro accidente de su M-brana como aquel, especialmente a esta distancia. Las esferas que salían del pliegue de su M-brana eran mucho más difíciles de controlar a mayor distancia, y la luna estaba en el límite de lo que Wietse podía controlar. Antes de que Wietse pudiera seguir pensando en eso, una esfera negra se formó en el fondo del armario y todo él, junto con el traje lunar, desaparecieron por esta. La ventaja del aumento cerebral del implante era una mayor velocidad de respuesta natural e instintiva, respuestas de una velocidad imposible incluso con una cognición impecable. La desventaja de esto era que sin reflejos entrenados, algunas respuestas podrían darse sin voluntad de llevarlas a cabo. Wietse estaba desconcertado por lo que había hecho, la podría haber puesto en peligro, pero probablemente ella le diera un buen uso al traje.
Estaba buscando algo más, algo específico, ¡Un telescopio espacial! Si sus datos eran correctos, el CEITE tenía uno viejo en su posesión. Sus ojos se fijaron en un plano en una pantalla de unos tres metros sobre la pared.
"Mapa, muéstrame dónde puedo encontrar el telescopio espacial más grande."
Sin respuesta, ¿Era tecnología antigua? Se fijó en un índice junto a los planos, le echó un vistazo y rápidamente encontró lo que buscaba: Telescopio Hubble D5. Tocó la palabra “telescopio” con su dedo índice; nada ocurrió.
"Demonios, no es tecnología antigua: no es tecnología" —la pantalla no respondía a sus toques— "¿Pero qué…?"
No tenía sentido y Wietse no tenía tiempo que perder, ¿Quién crearía un mapa no interactivo para un jodido museo? D5, recordó y volvió a mirar al plano el cual estaba dividido por secciones. La sección D5 había una gran sala con una inscripción: Hubble Zaal.
Al abrir la puerta, Wietse vio que había un enorme telescopio ahí. Era absolutamente gigantesco, mucho más de lo que se hubiera imaginado, doce o trece metros de largo al menos. Wietse caminó hacia el área designada como la entrada del telescopio y vio hacia el techo de la habitación,
"Jode, ¡Este bastardo es inmenso!"
Wietse tomó una celda de poder y un transmisor de radio de su mochila y comenzó a instalarlos en donde la réplica false de un panel solar estaba conectada al telescopio.
"¡Señor! ¡No tiene permitido tocar las exhibiciones! ¡Verdomme , mierda!"
Otro guardia había caído por el portal hacia el mar cercano al Wietse no prestarle más que un pensamiento fugaz.
La energía estaba conectada ahora, sacó su receptor de radio y comenzó a escanear en busca de señales, luego dio unos rápidos pasos atrás. Una inmensa media esfera de unos siete metros de largo llenó la habitación, sumergiendo el lado más ancho del telescopio. Entonces, la parte no sumergida del telescopio comenzó a inclinarse y ganar velocidad.
"¡Mierda, no, no, no!"
La parte trasera del telescopio golpeó el techo, no realmente fuerte, pero tampoco de una manera que se hubiera sentido segura para el delicado sistema de espejos. Luego el telescopio desapareció dentro de la esfera la cual se redujo a un tamaño de siete centímetros y comenzó a flotar frente al receptor de Wietse. Estaba nervioso, hasta ahora su red había estado amenazada por alguien o algo bajo el control de aquellos nodos, hasta ahora su lucha había sido sólo defensiva por su parte, pero ahora había enviado algo al otro lado de uno de esos nodos que había podido rastrear durante el primer ataque. Debía descubrir qué había ahí, sabía que la información era su mejor arma, pero también sabía que, al no tenerla, el primer paso para conseguirla era el más peligroso. ¿Podrían rastrear? ¿Podrían usar la M-brana que había doblado en su contra? Cerró los ojos y dejó que la información le llegara a través de su implante.
Las imágenes que recibió eran hermosas. Una nébula roja de una belleza que Wietse nunca había contemplado a la izquierda de la visión. Al aumentar la visión con el telescopio, Wietse vio múltiples galaxias aparecer. Las coordenadas eran correctas, sabía qué observar, y estaba observando a la Vía Láctea y a Andrómeda desde ahí, justo en el centro como había calculado. La pequeña esfera parpadeó por un momento al ordenar al telescopio que hiciera una lenta maniobra para darse vuelta. El telescopio alejó la imagen y, al hacerlo, las imágenes que llegaban a la mente de Wietse cambiaron, mostrando el contorno blanco de un planeta o una luna. Mientras se iba haciendo más precisa la imagen, vio nubes grises contrastando a un planeta helado; un planeta de hielo y nubes oscuras se hizo visible. Luego, partes de la imagen se volvieron borrosas, y las que no, se movían a una velocidad mayor de la que se le podía atribuir al lento movimiento del telescopio. Wietse dio un nuevo comando, pero el telescopio no respondió, ¿Qué estaba pasando? Fuera lo que fuere, no saberlo mantenía a Wietse asustado. No podía ser nada bueno.
El telescopio comenzó a enfocar mientras que la superficie del planeta se volvía más borrosa, la parte borrosa de la imagen comenzaban a revelar el contorno de dedos. Tres dedos monstruosos de color gris claro y garras filosas y negras cubriendo el telescopio.
"¡Dios mío, la apertura es de dos metros de diámetro!"
La imagen se sacudió, un ojo gigante vio a través del lente, pero Wierse sintió que miraba directamente su alma. Era casi completamente blanco excepto por una pequeña apertura horizontal negra. Ojos penetrantes y fríos, depredadores. A pesar de sólo viendo dedos y ojos Wietse no podía deducir a quién pertenecían, sabía que no estaban interfiriendo su red con fines de curiosidad científica. El mayor miedo de Wietse se había confirmado, y era mucho peor.
La imagen se volvió negra y la pequeña esfera plateada desapareció, pero no por acción de Wietse, “ellos” lo habían hecho. ¿Podría mantenerlos a raya sin ayuda? No, dudaba en poder confiar en nadie, nadie excepto en ella. Sabía que el peligro era real, y no podía pelear solo.
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