Ragnarok Conspiracy 35/44 | En español
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Parte V
35
Jötnar
Bjarne no podía alejar la mirada de las venas azuladas que recorrían su anciana mano. ¿Qué clase de vida habría ocurrido entre su último recuerdo y el ahora que no recordaba? Todo lo que tenía de lo que había dejado atrás eran rostros, emociones y las historias confundidas y confusas de las otras tres personas con quien había compartido su predicamento. Mientras Bjarne internalizaba que éste era el ahora, que era un hombre viejo que había vivido una larga vida que le había llevado hasta ahí, todo se sentía como si, de hecho, fuese él mismo. Su “yo” joven, no el anciano dueño de aquellas manos, de esos dedos que seguía estirando frente a él. Como si estuviera viendo a través de los ojos de su “yo” futuro, viendo lo que alguna vez podría ser, pero que era ahora.
Su cuerpo lo sabía. Aquellas imágenes en su cabeza, lo que sentía cuando las recordaba, lo sabían. ¡Borrado! Sí, vaya vida debía haber vivido para encontrarse en este futuro, no el futuro que había imaginado cuando aún era él mismo, cuando aún era joven. Sentía la distancia entre sus recuerdos y el ahora como un abismo enorme en donde dos luces flotaban y emitían la más cálida de las luces. Habían dos personas en aquellas luces, pero no personas como un todo, sino imágenes y sentimientos, sentimientos de amor, también algunos de los cuales preocuparse, pero amor en su mayoría.
"Es algo realmente jodido, ¿Cierto? —dijo el tipo Rastafari del traje muy bien hecho."
"¿Qué cosa, señor?" —respondió tratando de regresar al presente— "Ah, ¿Se refiere a ser borrado? Sí, lo es, señor."
"¿Podría dejar de llamarme señor, señor? No es correcto que alguien de su edad me llame de esa manera. Entiendo por qué es algo normal para ti dado el borrado, pero apreciaría que me llames John, ¿Podría llamarme así?"
"Sí, Sí, por supuesto, señ… ehm, John, mientras usted me llame Bjarne, ¿Bien?" —dijo dando un paso al frente y extendiendo su mano a John.
"¡Aléjese de él!" —exclamó la chica de cabello corto— "¡No lo toque! Él es extremadamente peligroso, más de lo que se podría imaginar."
Bjarne miró a la chica y vio una genuina expresión de miedo en su rostro. Luego vio a John y sólo observó confusión.
"No creo que John represente un peligro, señorita. Mírelo."
"Que no te engañe su falta de “recuerdos” recientes, es un Agente de Nueva Zion. Puede que no lo recuerde, pero sí lo hacen sus reflejos. Incluso atado como esta, podría partirle el cuello fácilmente si se acerca mucho."
Bjarne volvió a observar a John, no se veía tan peligroso. La señorita en su cabeza le había advertido sobre él y ahora también la señorita del cabello corto. Podría haber sido “peligroso” antes; antes de que ambos fuesen borrados, pero, ¿Ahora? No se veía peligroso, tampoco se sentía peligroso.
"Señorita, ¿Está segura de que es peligroso ahora? Estamos todos en el mismo predicamento ahora, ¿No se dan cuenta?"
"Si ella es lo que piensa ser, y yo soy lo que ella piensa que soy, entonces, sí, tiene motivos para temerme, Bjarne, pero tú y el chico no tienen motivos para hacerlo" —dijo John— "Si en realidad tengo habilidades de pelea de un Agente y ella es una Quant o un operativo de nueva Babilonia, entonces tiene motivos. Esos monstruos mataron a mi padre, lo asesinaron. Mírala, Bjarne, sólo mírala. Ese aire de superioridad que la envuelve. Sé que no recuerdas nada de lo que yo sí, tus recuerdos son mucho más antiguos que los míos, ¿Pero ella? ¿Su gente? Son peores que los Nazis de los que leíste en la escuela."
Bjarne se volvió hacia la señorita, deseaba poder recordar algo sobre la historia más reciente del mundo. Uno de ellos era de los buenos, el otros de los malos, ¿Quién era quién?
"No dejes que se meta en tu cabeza, Bjarne. Su gente dio caza a quienes mantenían la estabilidad del mundo. Nos hubieran matados a todos sin la oportunidad de un juicio si no hubiéramos huido del planeta. Simplemente, no le oigas. Ya lo oíste, me quiere matar sólo porque su padre murió en una guerra que ellos empezaron."
"¡Él no murió en la guerra!" —gritó John con furia— "Fue asesinado por un Agente Quant, ¡Asesinado a sangre fría por esos monstruos! Se lo juro, señorita, si tengo la oportunidad de vengar a mi padre, lo haré."
"¡Suficiente!" —dijo Bjarne con un tono autoritario, pero no muy ruidoso. Al hacerlo, se dio cuenta que no era su “yo” joven el que hablaba, sino el hombre anciano sin recuerdos. Su “yo” joven se había ido y Bjarne se sentía más que vacío. Miró alrededor y vio al chico joven recostado contra una pared— "¡Tú, jovencito! ¿Estás aliado con John o con la señorita?"
"No, señor" —respondió el chico—", sólo soy un estudiante, Profesor Fjestald."
¡Profesor! Wow, por un momento su “yo” joven había vuelto, ¿O no? “Reemplaza el miedo por asombro” ¿Era un recuerdo? Se sentía profundo. No, no un recuerdo sino entrenamiento, un profundo entrenamiento que perduró, como las habilidades de John, a pesar de haber sido borrado.
"Bien "—dijo Bjarne— "¿Cuál es tu nombre, joven? ¿Puedes contarme la historia que existe entre sus facciones?"
"Soy Robert, Profesor, Robert Gottschalk. Y no creo que sea momento para discutir sobre política, Profesor"— miró a la chica y luego de vuelta al Profesor— "Debemos salir de aquí antes de que oscurezca, no se imaginan lo importante que es. Si no lo hacemos, Professor, moriremos de una manera horrible. Debemos despertarla, hay un monstruo real allá afuera, así que si me lo preguntan, debemos olvidar si alguien aquí es un monstruo mientras esté Fenrir allá afuera preparado para destrozarnos cuando oscurezca."
"¡Basta de ese sinsentido!" —exclamó la chica.
Pero, ese nombre: Fenrir. El mencionarlo había llenado de miedo a Bjarne. Sus recuerdos podían haberse ido, pero los sentimientos que solían acompañarlos, aparentemente, no.
"¡No creo que sea un sinsentido!" —dijo con autoridad Bjarne— "¿Cuál es su nombre, señorita?"
"Gwen" —respondió mientras le veía sorprendida.
Bjarne se dio cuenta de que había desplazado a Gwen como la líder del grupo.
"Escuchemos lo que el joven Robert tiene que decirnos. Parece saber más de nuestra situación que el resto de nosotros. Estamos juntos en esto, así que, por favor, cuéntanos lo que sabes. ¿En dónde estamos y cuál es nuestro problema primordial?"
"Estamos en la luna, señor, en el Mar de la Tranquilidad. ¡En serio debemos salir de aquí antes de que oscurezca! Estamos dentro de una nave viviente, Profesor Fjestald. Se llama Sleipnir y, aparentemente, soy su piloto, pero no puedo volarla sin ella. ¡No puedo volar a Sleipnir sin la ayuda de ella, señor!"
A pesar de que lo que el chico describía sonaba como la historia de alguien bajo los efectos de drogas psicodélicas, de alguna manera, su historia tenía todo el sentido del mundo para él. Incluso entendía quién era “ella”, la señorita de su cabeza, debían despertar a Azraella por alguna razón, ¿Por qué? Por Fenrir. El sentimiento de miedo invadió de nuevo a Bjarne, sabía que el peligro del que hablaba el chico se llamaba Fenrir, conocía el recuerdo de Fenrir y que estaba atado a un profundo miedo, pero a pesar de estar ahí presente, representaba sólo otra parte del inmenso vacío que llenaba a Bjarne.
"Sí, entiendo, debemos despertarla" —Bjarne miró a Gwen—. "¡Debemos despertarla ya!"
"¿Despertar a quién? ¿De qué están hablando? Soy la única mujer en la nave y estoy completamente despierta, Bjarne" —dijo Gwen con una mirada incrédula.
En ese momento, una pequeña esfera gris se materializó entre sus rostros. La esfera creció a un tamaño poco mayor al de una bola de béisbol y, de pronto, algo cayó de ella. Gwen dio un paso rápido al frente y recogió el objeto una fracción de segundo antes de que golpeara el suelo. Bjarne retrocedió, confundido. ¿Qué había pasado? Miró a John, luego a Robert. Robert se sentía tan confundido como Bjarne, pero John no mostraba ninguna reacción en especial. Bjarne volvió a ver a Gwen, quien tenía su mano derecha en su oído.
"¿Qué es?" —preguntó.
"Es mi abuelo. Hola, abuelo, ¿Puedes oírme?" —Al hablar, la esfera se volvía negra y volvía a ser brillante cuando había silencio. Se había reducido a su tamaño original de unos dos centímetros de diámetro. Gwen seguía conversando, aparentemente, con su abuelo, pero era difícil entender oyendo sólo la mitad de la conversación— "Es difícil de explicar, abuelo, no creo ser capaz de evaluar completamente la situación aquí… ¿Dices que en serio estoy en la luna?... No estoy segura, liberé a dos, pero creo que perdieron la cabeza debido a alguna clase de suero de la verdad… No hay tiempo para explicarlo, ambos parecen pensar que estamos en alguna clase de peligro, pero son incoherentes… Ok… ¿En serio?... Ok… Ok…" —Gwen miró a Robert mientras señalaba a la esfera, que estaba creciendo de nuevo— "Pon tus manos bajo la esfera, Robert, es importante."
Robert se acercó a la esfera, que creció a un diámetro de unos cuarenta centímetros. Un objeto rectangular cayó en las manos de Robert y la esfera se redujo a su tamaño original.
"Es una unidad de reproducción" —dijo Robert.
"Enciéndela" —le ordenó Gwen— "Ok… Sí… ¿En serio? ¿No?... Ok"
Luego, una imagen apareció en la pantalla, la imagen de alguna especie de planeta. Se parecía a la tierra, de alguna forma. Una tierra blanca cubierta parcialmente por nubes oscuras. No era la tierra, pero era como se vería un planeta similar pero congelado. Una visión hermosa. Luego la imagen cambió, dedos, un ojo gigante sin iris y las pupilas más amenazantes.
"¿Dos metros?" —dijo Gwen con miedo.
La cara de Robert se volvió completamente pálida al oír aquello.
"¡Son ellos!" —exclamó Robert— "¡Realmente son ellos!"
"¿Quiénes?" —preguntó Bjarne amablemente.
"¡Son ellos, Profesor, los Jötnar!"
El sonido del nombre de los Jötnar hizo que el cuerpo de Bjarne se estremeciera, como si el grito silencioso de miles de voces agónicas tocara el corazón de Bjarne en su parte más profunda, de la manera más personal.
"Aun así debemos irnos de esta roca, ¡Ahora! ¡Debemos despertarla!" —dijo Robert.
Gwen miró a Robert, luego a Bjarne.
"Ya la despertaremos. Primero debo enviarle al abuelo mis códigos. El mundo necesita saber lo que se aproxima, y también Marte Uno."
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