¿Sabias que?
Para una buena bienvenida y como entrada al mundo de steemit, quise compartir con ustedes este curioso articulo sobre Agatha Christie...
Las leyes de seguridad ciudadana ponen bastante difícil eso de llegar a un hotel y registrarse con un nombre falso. ¿Para qué querría alguien hacer algo así? Encuentros románticos y escarceos varios aparte, las posibilidades de representar un personaje por unas horas, unos días incluso, y vivir otras vidas son muy sugerentes. O ser de verdad uno mismo, algo que a veces sólo se consigue gracias al anonimato de una nueva identidad.La que vivió esa experiencia en 1926 fue Agatha Christie, quien se registró como Theresa Neele en el Swan Hydropathic Hotel de Harrogate, un lugar situado en el condado de Yorkshire muy de moda entre las clases altas de la sociedad de la época. La maestra del misterio protagonizó los 11 días que estuvo allí alojada uno de los episodios más enigmáticos del mundo de la literatura. El 3 de diciembre salió en su coche, que apareció abandonado con el abrigo, el carnet de conducir y restos de sangre en su interior.Miles de seguidores exigieron, a través de cartas a periódicos, saber su paradero. Hubo presiones a Scotland Yard para intensificar la búsqueda y se desplegaron mil agentes de policía, varios aviones y más de 15.000 voluntarios organizados. Mientras, la buena de Christie disfrutaba de baños, bailes y fiestas en el lujoso hotel. Cuando un músico la identificó, la autora dijo que no recordaba quién era ni por qué estaba allí. Se achacó a una crisis nerviosa agravada por la muerte de su madre y las infidelidades de su marido.Con los años se sabría que, el día que desapareció, la escritora había discutido con su marido Archibald Christie, ex piloto de la Royal Air Force. Archie le pidió el divorcio, tenía una amante y pensaba irse a vivir con ella. La autora decidió suicidarse, pero no lo consiguió o cambió de idea en el último momento, y acabó alojada en el hotel de Harrogate con otra identidad: curiosamente para sufrir amnesia, con el mismo apellido que la amante del marido, Neele.Aunque el pastel se descubriera varias décadas después, los 11 días que Christie estuvo desaparecida viviendo en la piel de otra persona pudo aclarar sus ideas. Los hoteles, como la ficción, nos sacan de la rutina. Incluso cuando se convierten en residencia habitual. Y es que, como señala el escritor argentino Alberto Berti en el prólogo de su libro Vidas de hotel, las posibilidades que ofrecen estos alojamientos son vastísimas."La habitación de hotel como símbolo de refugio o de encierro, como lugar secreto para lo prohibido, como morada para lo excéntrico o para lo siniestro, como hogar fuera del hogar, como escenario para crímenes o infidelidades, como escondite para un prófugo, como marca o indicio social, etcétera", escribe Berti. Su libro reúne 30 cuentos cuya acción transcurre en hoteles de autores como Ricardo Piglia, Luigi Pirandello, Guy de Maupassant, Julio Cortázar, James Joyce o F. Scott Fitzgerald.Desde establecimientos lujosos a pensiones de mala muerte, son numerosos los ejemplos en los distintos géneros literarios. Pero los hoteles están ligados a los escritores más allá de que aparezcan en sus obras. Los narradores viajaban, cuando no todo el mundo podía hacerlo, precisamente para contar. A veces sin salir de la ciudad en la que viven, alojarse en estos lugares les permite aislarse para escribir, buscar inspiración o simplemente dedicarse a la vida contemplativa, como hacía Marcel Proust cada vez que iba al Ritz de París: "Me dejan en paz y me siento como en casa".
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