UN DESAFÍO LATENTE...

in #araguaney7 years ago

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"Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel. Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos... Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años." (Josué 24:23-24/29)

Apasionante este libro de Josué, nos ayuda a reflexionar sobre la importancia de la fidelidad a Dios, porque ningún hijo suyo puede recibir de su autoridad, si no está totalmente aferrado de Él, puesto que es la fuente de todo bien supremo. Recordemos que Josué, como sucesor de Moisés, tenía orden de introducir al pueblo en la tierra prometida; él siempre mostró la disposición, que el Señor da a quien es obediente, esforzado y valiente para seguir sus instrucciones. Ya al final de sus días, llamó a todo el pueblo y a los ancianos que le apoyaron siempre, para hacerles un recuento pormenorizado de la historia de ellos, a partir de Abraham (capítulo 23 y 24), ¡qué edificante meditarlos!; y los desafía a servir al Señor, porque él de su parte lo hará junto con toda su casa (24:15), es decir, ya Josué tenía muy clara su decisión.

Un liderazgo efectivo se fundamenta en el actuar conforme a la Palabra -coherencia-, porque de allí se desprende esa autoridad espiritual que no necesitamos esforzarnos en imponerla, sino que Dios se encarga de hacerla notoria en sus siervos. Un líder como Josué impacta no sólo por su obediencia -que fue sin límites, tanto hacia Dios, como hacia Moisés (su líder natural)-, sino por su valentía y disposición. Hasta su muerte fue ejemplar y su deseo más vehemente era que el pueblo siguiera siempre fiel a Dios. Como siervos del Señor, este debe ser también nuestro anhelo, ser un testimonio tan desafiante ante los demás, que todos quieran servir al Señor fielmente. Amén, Bendiciones, bendiciones, bendiciones.