Anoche leí un tweet muy acorde a mi estado de ánimo tras enterarme que uno de mis ídolos del baloncesto mundial, quizás uno de mis favoritos por no decir uno de los 5 más importantes de la historia para mi.

El mensaje decía básicamente, me voy a acostar para cuando despierte ver si todo ha sido un mal sueño.

Pero no, la noticia no era un mal sueño, era muy real con imágenes y nombres de las otras víctimas del propio accidente, no se cual será el motivo por el que uno queda marcado cuando una leyenda deja el deporte pero si estos nos dejan prematuramente por motivos ajenos a su voluntad la huella perdura de por vida.

Kobe Bryant fue mi enlace con la NBA porque soy de aquellos que se engancharon a una generación de estrellas formadas entre otros por Magic Johnson, John Stockton, Karl Malone, Pat Ewin, Larry Bird, Dominique Wilkins y tantos otros que sería injusto dejarlos sin nombrar pero soy de los que sintió un vacío cuando esa generación fue dejando el basket y me sentí huérfano de espectáculo.

Yo era de los que montaba vídeos mezclando música con sus jugadas, de los que aguantaba despierto las noches de partidazo para verlo en riguroso directo, de los que escribía y comentaba de basket y de NBA pero sólo Jordan me hizo mantener las esperanzas del espectáculo de la NBA durante unos maravillosos años en los que todos fuimos de los Chicago Bulls, se retiró y volvió la sombra a ese deporte, su vuelta tras pasearse por los campos de Beisbol no fue lo que esperábamos hasta que un joven apareció en los Lakers.

Kobe era como recordar las fintas, los lanzamientos a media distancia, los mates, sus gestos, su forma de correr y andar, no copiaba, simplemente se crió admirando a Michael y lo clavó hasta reenganchar a los incrédulos de nuevo al basket y a las noches de televisión y deporte.

La imagen de Lebron James llorando unas horas después de que el propio Kobe le felicitara por superar su registro record de puntos es la imagen del heredero llorando a un amigo y un ídolo de todo deportista de élite.

La NBA seguirá porque hay escuelas de estrellas y hay una cantera que probablemente nos sigan sorprendiendo año tras año pero hoy ver un partido de baloncesto se hará más duro que ayer.

Ayer me dio por ver vídeos de Kobe sobre la cancha y fuera de ella, me sorprendió fuera de ella, dentro ya lo conocía, sus entrevistas dejaban opiniones muy cercanas a cualquier persona y nada como escucharlo hablar en español, su mujer es hispana y lo aprendió por ella, lo hablaba a menudo y era seguidor de nuestra España de Oro con los Gasol a la cabeza pero un detalle me hizo lagrimear, en una entrevista cercana a su fin de carrera le preguntaban si tuviera la oportunidad de dar marcha atrás en el tiempo ¿qué haría? Jamás lo aprovecharía respondió, sus motivos aún más bellos, si lo que se vive pudieras repetirlo no se viviría nunca jamás de igual manera, no se disfrutaría ni sufriría por igual nada, lo bueno no sería tan bueno y lo malo sería muy cruel, filosofía a la que me uno ya no como fan, sino como ser humano, siempre lo recordaré como una leyenda que no me permitió alejarme de esos partidos de la NBA de madrugada.