Actualmente, nos encontramos en la Serie “Vida”, la cual se ha aperturado desde la sección de Ingeniería con el tópico de la licuefacción de suelos, que representa un fenómeno de gran interés mundial, y que ha sido causante de cuantiosas pérdidas humanas y materiales al producirse terremotos. Posteriormente se reseñó sobre la importancia de realizar mantenimiento en los embalses y presas, como medida para combatir la escasez del vital líquido “el agua”.

Para el próximo año, esperamos seguir brindando temas de interés que aporten información útil desde la ingeniería para la sociedad. ¡Juntos podemos construir un mundo mejor!.

Escribió para ustedes Alexandra Torres, Ingeniero Civil, en steemit @xandra79

La navidad y el año nuevo, también tienen su fundamentación científica, siempre en perfecta asociación con significados simbólicos en contexto mágico-religioso y mensajes adjuntos, que le añaden valor al amplio conocimiento producido a su alrededor. La festividad en sí misma, alude a un conjunto de tradiciones que, como marco cultural, se fortalece año tras año con base en la escritura y la oralidad desde diferentes perspectivas. Uno de esos enfoques enfatiza los olores y sabores producidos por las actividades culinarias vinculadas con el ser y hacer navideños.

Sabores y Olores Decembrinos

Cuando familiares y amigos se reúnen en torno de la mesa el 24 y 31 de diciembre, los manjares activan el imperio del sistema nervioso, en su versión sensitiva especial: vista, audición-equilibrio, gusto y olfato –particularmente este último, por las razones que enseguida les contaré-.

Al preparar y degustar los platos navideños, los quimiorreceptores ubicados en la lengua y nariz, inician impulsos nerviosos que el cerebro interpreta como sabor y olor, en conexión con el sistema límbico encargado de procesar aspectos vivenciales, emotivos y recuerdos que -de manera sinérgica- son asumidos como sentimientos en tiempo presente, pasado y futuro, desde lo individual hacia lo colectivo –y viceversa-.

Se ve la Alegría

Cuando sumamos imágenes al cóctel químico de estas festividades, la vista transduce los colores, formas, profundidad y movimiento en señales eléctricas neuronales, para contextualizar los símbolos y reforzar la memoria descriptiva de nuestros familiares y amigos, reunidos alrededor de una mesa majestuosamente servida con la multiplicidad gastronómica propia de estos eventos decembrinos.

Fuente: Pixabay

Suena el Cañonazo…se siente el abrazo

Con base en lo anterior, se puede establecer que -a continuación,- le corresponde al sentido de la audición, crear la atmósfera sonora propicia, para dar armonía y ritmo a estas fechas, aprovechando los villancicos, gaitas, parrandas y otros géneros bailables, se entremezclan con los bulliciosos fuegos artificiales y las vocalizaciones de amor y amistad emitidas por las laringes emocionadas, en perfecta sintonía kinestésica con el tacto (sensitivo-somático), que por vía aferente informa al sistema nervioso central sobre la “lluvia” de besos, caricias y abrazos estimulados por las 12 uvas, las campanadas, el “5 pa´ las 12 y el cañonazo.

Fuente: Pixabay

Sentido del agradecimiento

Tal y como se afirmó al principio del artículo, todos los eventos relacionados con estas tradiciones tienen explicación científica, dando oportunidad Cervantes Ciencia, para explicar la alta concentración de hormonas de la felicidad sintetizadas en nuestros cuerpos durante el año 2018 – especialmente en estos meses- ante el enorme apoyo y receptividad obtenido en cada área temática y todo el concepto innovador de la revista.

Feliz Navidad 2018 y Venturoso año nuevo 2019

En Cervantes Ciencias aprovechamos la oportunidad de desearles a todos una ¡feliz navidad!, y precisamente, hemos encontrado la ocasión de “filosofar” en torno a esta fecha. Todos sabemos que el 25 de diciembre celebramos el nacimiento de Jesús de Nazaret, ese personaje emblemático (por decir menos), que marcó el inicio de un nuevo tiempo a partir del cristianismo y del año 0. Pero, cabe preguntarnos: ¿Estamos realmente celebrando el cumpleaños de Jesucristo?, ¿es la fecha correcta?

¿Qué dicen los científicos?

Para constatar la fecha del nacimiento de Jesucristo, los científicos se han orientado a partir del estudio de la Astronomía y de los relatos bíblicos, específicamente del Evangelio de Mateo. Recientemente, un astrónomo australiano llamado Dave Reneke, usó un sofisticado software con la capacidad de determinar con exactitud la ubicación de los astros desde el inicio de los tiempos.

Así pues, debido a que las Sagradas Escrituras relatan la aparición de una luz brillante que guió a los Reyes Magos hacia el nacimiento de Jesús, el científico se basó en esta descripción para ubicar un fenómeno astronómico que explique científicamente tal aparición. De esta manera, encontró que para la época ocurrió la alineación de Venus y Júpiter, lo cual, pudo haber generado la peculiar luz que describen las escrituras. Si Reneke está en lo cierto, estamos celebrando la fecha incorrecta, pues el software fijó la fecha de este fenómeno astronómico, en el 17 de junio.

¿Qué dicen los historiadores?

Muchos estudiosos dedicados a esclarecer los relatos de Jesús desde una perspectiva objetiva, afirman que el 25 de diciembre era invierno en Belén, por lo que la temperatura oscilaba entre 5° y 7°centígrados. Sabemos que en la Biblia se describe que el parto de la virgen María ocurrió en un establo junto a animales de granja, pero en estas condiciones, es imposible que tanto la madre como el niño hubiesen sobrevivido a tal acontecimiento.

Por tanto, debido a la presencia del ganado en el pesebre y a lo anteriormente descrito acerca de la temperatura, los historiadores infieren que Jesús debió haber nacido en primavera, específicamente en el mes de junio, lo cual coincide con el estudio llevado a cabo por Dave Reneke.

¿Qué dice la Biblia? ¿Por qué el 25 de diciembre?

 

En realidad, la Biblia no indica en ninguno de sus libros la fecha del nacimiento de Jesús, solo se describe el escenario del pesebre y de la llegada de los Reyes Magos. La explicación a la fecha que actualmente conocemos como “Noche Buena”, la explica el teólogo Browning, afirmando que en el siglo IV, la Iglesia Romana deseaba abolir una fiesta pagana de adoración al Sol que se llevaba a cabo el 25 de diciembre, para lo cual, declaró arbitrariamente que en esa fecha nació Jesucristo.

¿Es un error celebrar la Navidad como hasta ahora?

La fecha es solo un número, y si necesitamos un motivo para reunirnos en familia, cualquier día del año es propicio, pero en diciembre quizá para muchos hay más facilidad de viajar o de conseguir ingresos extras. Sin embargo, los argumentos en contra de celebrar la Navidad son igualmente válidos: es una fecha comercial, es un motivo para generar distracción acerca de los males que aquejan a la sociedad, es un despilfarro de dinero, es una fiesta pagana.

Independientemente de los argumentos en contra de la Navidad, cada familia está en su derecho de continuar con esta costumbre, en especial si en ella ha conseguido un motivo para estrechar lazos de hermandad. Si alguien no quiere celebrar la Navidad, también está en su derecho, sus motivos son comprensibles. En fin, cualquiera que sea la decisión, lo importante es respetar a quien difiere… ¡Vive y deja vivir!

 

Les escribió su podcaster de Filosofía @ivymalifred

Referencias

Arias, J. (2015). ¿Cuándo y dónde nació Jesús? Disponible

Bachiller, R. (2014). Las raíces astronómicas de la Navidad. Disponible

●●●

Si te gusta nuestro contenido,ven y apoya a @Cervantes como Witness en

https://steemit.com/~witnesses