Una Carta nunca entregada
“Porque yo sé que el Señor me sanara y seguiré cantándole” era lo que exclamabas con voz firme y casi quebrantada por el dolor en tu cuerpo, un cuerpo degastado y casi esquelético…ningún ser que te amaba podía verte de esa manera sin aguantar las lágrimas y sentir ese nudo en la garganta…ver tus fotos antiguas es admirar a esa mujer hermosa y cautivadora, eso me reconfortaba y me da orgullo saber que tenía a una súper mama, no por lo que hacías por mi o mis hermanos o por mi papa, sino como enfrentabas las situaciones difíciles, esas situaciones adversas que no cualquiera enfrentaba, y lo hacías con firmeza y gran valentía ,no sé cómo lo hacías, solo Dios lo sabe, Él sabe que te había dado la capacidad para enfrentarlo, que te había hecho frágil como vaso de cristal para ser tratada y amada pero fuerte como búfalo para pelear por ti y los tuyos. Eres perfecta a tu manera mamita, y por ti mis fuerzas se multiplican para seguir adelante tanto como lo hacías tú...Gracias por estar en cada momento de mi vida, sin tu presencia, sin ver tu rostro en esos momentos no hubieran sido tan especiales… gracias por tu tiempo dedicado en cada mañana, tarde, noche y hasta de madrugada, tu amor no se compara con nada, pues tu amor es lo más cercano al amor de Dios, ese amor incondicional, genuino y grande, no lo cambiara por nada. Gracias por cada comida preparada, gracias por esas arepitas con queso cada mañana, gracias por ayudarme en cada tarea de la escuela, incluso en tareas de la vida, gracias por llevarme un día a la iglesia para que conociera a ese Dios de amor, Dios que cambio mi vida por completo. Decirte que te amo es poco, eres mi hogar, ese lugar donde me siento segura mamita, Te agradezco por tanto, por mucho, por todo. Sé que no he sido la mejor hija, pero mejorare en eso, te lo prometo y lo hare por ti, para que te sientas orgullosa de mi, porqué feliz estoy de tenerte como mama, y esto solo es un mal momento, que juntas lo superaremos, ese cáncer no te vencerá, por segunda vez saldrás victoriosa de esa enfermedad, estoy y estaré siempre contigo mamita, Te amo.
Esta fue una carta que le hice a mi mama dos semanas antes de fallecer, nunca se la entregue por temor, por temor a no sé qué…las cartas deben ser entregadas y nunca guardarse el amor ya que no sabemos cuánto tiempo estaremos en esta tierra, el tiempo corre, si amas demuéstralo, vívelo, siéntelo.