La Corrección Social (O la tiranía de lo políticamente correcto en la cultura)

Cada vez son más frecuentes y más descarados los intentos por infantilizar nuestra sociedad. Ya no sé realmente cómo se denominará nuestra era en un futuro próximo, pero no me extrañaría que se recuerde como la Era de la Infantilización. Porque decir “de lo políticamente correcto” ya se está quedando corto.

Vivimos inmersos en una presión social para imponer una serie de valores de dudosa validez que harían las delicias de Nietzsche cuando auguró la decadencia social en pro del nihilismo. Son los colectivos minoritarios, pero bien financiados y mejor organizados, los que imponen al resto de la sociedad, acobardada y acomplejada, las pautas acerca de qué y cómo debemos pensar y actuar.

Ante la falta de creatividad en el mundo del arte se recurre al reciclaje. En lugar de crear nuevas historias, nuevos personajes que se adapten a nuestra actualidad (real o impuesta), estamos viendo cómo se reescriben y tergiversan las historias con las que crecimos, incluso desde hace generaciones. Ante la búsqueda de la satisfacción inmediata y la aceptación de los grupos más ruidosos se opta por la vía fácil de la expropiación cultural en lugar de correr riesgos creativos. No se trata del clásico bloqueo creativo del artista; es un bloqueo social.

Johnny Storm/Antorcha Humana interpretado por Michael B. Jordan, el genio de Aladin interpretado por Will Smith; ya no sé si en azul o en negro y si al final le dejaron los pezones o se los quitaron… Y hablando de pezones, aún no hemos perdonado a Joel Schumacher por el lamentable espectáculo que nos brindó con su festiva representación de Batman, listo para el desfile del orgullo gay desde la más colorida carroza. ¿Quién dijo que Gotham era una ciudad oscura?

La última noticia nos la trae, otra vez, Disney, con su anuncio de un remake de la sirenita interpretada por la actriz afroamericana Halle Bailey. Y seguramente lo hará muy bien. Pero no será Ariel. No la Ariel que todos conocimos de niños.

¿Y qué podemos decir de Blizzard? Recientemente anunció cambios en las ilustraciones de sus cartas. Podría hacer cartas nuevas pero, en lugar de eso, ha decidido cambiar algunas de las cartas ya creadas. ¿El motivo? Eliminar la posible sensualidad que pueda emanar de algunos dibujos de figuras femeninas, así como el exceso de violencia. Chicas más tapadas y cartas con combates sin sangre. Mientras leía la noticia en atresmedia no podía dejar de pensar en los buenos ratos que he pasado jugando al Diablo, con mi guerrero recorriendo las catacumbas a la carrera, chapoteando por los charcos de sangre y desmembrando criaturas monstruosas…

Señores de Blizzard, Hearthstone es un juego en el cual los jugadores podemos comprar paquetes de cartas con DINERO REAL y el contenido de los paquetes viene determinado por el AZAR de un algoritmo informático; dos cualidades que lo convierten en un ¡ JUEGO PARA ADULTOS!

Tal vez haya quien vea racismo en este post. Nada más lejos de la realidad. Este post no se hace eco de estas noticias por el hecho de que incluyan actores de otras razas o por que se juegue con la sexualidad de los personajes. Este post es una llamada de atención ante la falta absoluta de escrúpulos a la hora de destrozar las historias con las que hemos crecido. Una crítica directa a la falta de creatividad para crear historias nuevas, nuevos héroes, donde puedan intervenir de manera natural todos estos colectivos que ahora se nos quieren introducir forzosamente al tiempo que se pisotea y deshecha nuestra herencia cultural.

Y si quieren un ejemplo pueden encontrarlo en Star Trek, como no podía ser de otra manera. Una serie que siempre ha demostrado estar por encima de los convencionalismos y a la altura de la sociedad más exigente. En su día nos mostró en pantalla el primer beso interracial. Ahora podemos disfrutar de una fantástica precuela (Star Trek: Discovery) en la que nuevos personajes, hasta ahora desconocidos para los fans, viven su sexualidad con total libertad. Mostrar algo nuevo es correr riesgos. Lo más fácil hubiera sido hacer un remake con un posible romance entre james T. Kirk y Spock. Por fortuna para los fans de la serie, ese guión, que seguro está escrito, sigue en el fondo del cajón de algún guionista en busca del momento para demostrar que lo que le falta de creatividad le sobra de oportunista.

O Campeones, una profunda historia de inclusión social que nos hizo reír y llorar de la mano de Javier Fesser.

Pero, por favor; dejen de tratarnos como a niños ignorantes porque algunos ya se lo están empezando a creer.

Ilustración de portada creada por @marcosdk