Érase una vez una niña diferente
De pequeña, apenas el primer día de preescolar, Lucy solo con ánimos de relacionarse con otras niñas de su edad se dio cuenta de que ello no era tan fácil como creía.
Más fácil era, en realidad, estar sentada y esperar que alguien se acercara para conocerla. Sin embargo, notó que los únicos que se acercaban eran niños.
Ella no sabía porqué era sencillo tener amigos varones que hembras, si se supone que tendría más cosas en común con ellas que con ellos.
Con el paso del tiempo, ahora en primaria, Lucy había aprendido algunos trucos para agradar a las niñas también. Era cuestión de sonreír, asentir y secundar. Sabía que si decía algo que en algo contradijera a una de sus nuevas amigas, ya sería rechazada por el grupo de niñas.
Por otra parte, siempre fue aceptada por los varones. Con ellos no tenía que disimular, imitar, ni actuar para ser su amiga. Las pláticas, los juegos y las risas eran reales y Lucy siempre podía contar con ellos para cualquier ocasión. Y por supuesto, no habría momento en el que ella no estuviese presente para sus amigos.
Quizás Lucy era diferente y por eso se sentían y la sentían diferente. Lucy pasó gran parte de su niñez deseando ser igual al resto de las niñas, quiso sentirse aceptada por ellas, quienes ahora la rechazaban además porque compartía la mayoría de su tiempo con sus compañeros varones.
Ya en la secundaria, Lucy encontró a jovencitas que como ella tenían grandes aspiraciones, les encantaba jugar fútbol, escuchar música, ver películas de acción o de misterio, pasar tiempo con su familia y tenían otros intereses compartidos.
Por esos años Lucy pudo al fin tener amigas, confiar en ellas, contarles todo, discutir y argumentar distintos puntos de vista sobre distintos temas, sin esta vez temer perderlas.
Lucy no dejó de sentirse diferente, pero encontró a otras mujeres que como ella lo eran.
Lucy entendió que Ser diferente no es malo, no es grave ni es algo de lo que haya que avergonzarse.
Ser diferente te hace conocer a otras personas diferentes y percatarte que el mundo está lleno de gente diversa, extraña, extraordinaria, diferente, igual que tú.