Relatos de un demente: Carta del diablo
Recuérdame. Recuérdame cuando te sientas solo, triste y humillado, cuando el mundo te desprecie y te escupa la cara, cuando no haya nadie para ti, nadie que te ame. Recuérdame cuando sientas la ira y el odio arder en tu corazón, cuando en tu mente surjan los más horribles pensamientos, recuérdame, en tus pesadillas, esas que te hacen despertar en el medio de la noche gritando de terror, recuérdame cuando sientas un infinito vacío, un hueco en tu alma que no puede llenarse con nada.
Recuérdame cuando sientas escalofríos por la espalda y el miedo se apodere de ti, hasta el punto de que ya no existas, sino solo seas una marioneta del miedo, recuérdame cuando el duelo, la desolación y la culpa se metan a la cama contigo en el medio de la noche y no te dejen dormir. Recuérdame cuando estés desesperado, al borde de la locura.
Recuérdame, siempre recuerdame; hasta que el frío, seco y fétido beso de la muerte te lleve hasta mis brazos, a la vida eterna, donde desearás morir cada segundo, pero estarás en mis manos el resto de la eternidad.