Hábito y rutina: potentes herramientas productivas para HACER sin pensar o VACILAR. No huyas de ellas, mejoralas.

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Si eres usuario recurrente de internet ya te habrás dado cuenta que diariamente nos bombardean con ideas para “salir de la rutina”, se nos ha enseñado que las rutinas son una especie de lastre y que hay que soltarlas constantemente para “vivir”, “disfrutar” o cualquier otra cosa que suene gratificante.

Hoy vengo a decirte que si te sientes “agobiado por la rutina”, los responsables de ese cansancio son quienes te tratan de convencer a que salgas de ella una y otra vez.

En mi serie de artículos de productividad primero te hablé del problema que representa la procrastinación en nuestras vidas, y luego de qué patrón mental utilizar en tu lucha contra ella.

Hoy quiero hablarte de los hábitos y rutinas.

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El poder de los hábitos.

Comencemos por presentar a las actrices de esta obra:

El hábito es un acto o acción a la que ya estas adaptado y realizas constantemente.	La rutina es una serie de hábitos llevadas a cabo en un momento específico del día, semana, mes o año.

Cabe destacar que aquí no hablaré de los malos hábitos, eso será tema de otro día.

Comenzaré por decirte que las rutinas son extremadamente beneficiosas en el largo plazo sobretodo cuando se trata de hábitos beneficiosos como cepillarse los dientes, tomar medicamentos, hacer ejercicio, tomar agua, etc.

Y ¿porqué serán todos esos actos monótonos y aburridos beneficiosos?

Pues porque el ser humano es un ser cíclico y rutinario, al que las rutinas dan estabilidad interior, y luchar contra ello crearía un desbalance que podría llevarnos incluso a la depresión.

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Veámoslo de la siguiente manera:

Diariamente al levantarnos de nuestra cama nuestro cerebro cuenta con 100% de energía, y cada pensamiento, acción, o problema resuelto implica un gasto (o inversión) de esa energia, por ejemplo:

Pensamiento - Acción	costo energético
Qué desayunar	-10%
Qué ropa usar	-10%
Responder correo	-10%
Proyecto importante	-30%
Reunión de trabajo	-20%

Lo que hace importante a las rutinas es la abreviación de los procesos mentales que implican nuestro hábitos, es decir que ya no tenemos que utilizar nuestra "energia mental" para pensar en cómo hacer algo, simplemente estamos preprogramados para cumplir con el objetivo, como pasajeros dentro de nuestro propio cuerpo.

Pensemos en nuestras rutinas matutinas:

Levantarnos,cepillarnos los dientes, lavar nuestra cara, hacer el desayuno, comer, bañarnos, vestirnos, ¿cuál es el gasto energético de todo esto? talvez 1% (si no pasas demasiado tiempo decidiendo cual camisa o pantalón ponerte).

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Es mejor libre y sin rutinas ?

El costo de no contar con estas rutinas es bastante alto. Cada acción y decisión implicaría una cantidad de procesos mentales que afectarían nuestra velocidad de decisión y ejecución, este es el caso de las personas cuyo estilo de vida no cuenta con un verdadero ciclo, lo cual fácilmente convierte a la persona en un procrastinador.

En el caso del procrastinador, esto genera gran frustración porque a quien le sucede se enfoca erróneamente en “dejar de procrastinar”.

Este enfoque no ayuda en lo más mínimo, tan sólo pensar en las cosas que hay por hacer produce una fatiga enorme; debemos “desviarnos” de cierta manera, enfocarnos en las tareas cotidianas, en los hábitos del día a día.

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Disciplina para el hábito… pero poco a poco.

• Lavar los platos.
• Barrer el piso.
• Sacar la basura.

Toma este conjunto de quehaceres y asignale un momento y lugar para llevar a cabo, enfócate sólo en ellos.

la idea detrás de esto es programarlos en nuestro cerebro como rutinas, y la única manera posible de hacer esto es a través de la repetición constante:

¿Hay ropa sin lavar que podrías llevar a la lavandería?

¿Hay un bombillo que necesita cambiarse?

¿La puerta rechina mucho y necesita aceite?

Hazlo ya, si no puedes en este momento, prográmalo para más adelante pero no lo pospongas, hacerlo sólo hará que sea más difícil la próxima vez.

Hazlo sin parar por el mayor periodo de tiempo posible en los momentos que le asignaste, ¿y luego? pues ve más allá.

Siguiendo este proceso, te puedo asegurar que ya no requerirás ningún tipo de impulso voluntario para hacerlos, simplemente “harás” y a través de una buena selección de rutinas tus días serán más fructíferos, siempre tomando en cuenta que:

• No debemos sobrecargarnos.
• No apuremos el proceso, todo requiere su tiempo.
• No hagamos varias cosas a la vez, empeora nuestro desempeño.

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Aquí te dejo como ejemplo mis rutinas:

Hora	Acción
6:00	Despetar (alarma)
7:30	Proyectos personales
10:00	Preparar la salida trabajo
11:00	Salir de casa, leer un libro en el trayecto
13:00	Llegada al trabajo
16:00	Comida
20:30	Salida del trabajo
22:00	Cena
00:00	Dormir

Adelante, has la prueba, nada pierdes y ganas mucho en cambio, la productividad que deseas está al alcance de tu mano seas emprendedor, empleado, hijo, madre o abuelo, sólo debemos tener la perseverancia necesaria (paciencia + fuerza de voluntad), ahora ve y cumple contigo mismo.