4F: los golpistas siguen bombardeando
Y ahora disparan contra la gente. 26 años después, el golpe de Estado no termina. Aquellos hombres que se alzaron en armas contra la corrupción, hoy redoblan los millones de dólares perdidos. El "Por ahora" de Hugo Chávez sigue vigente. Ninguna de las banderas del 4 de febrero de 1992 fueron dignificadas. Ninguna promesa fue cumplida.
Foto: La Patilla. archivo web
La fecha representa mucho para los venezolanos, el día está lleno símbolos y arrepentimientos. Un día como hoy, Venezuela amaneció de golpe. La sangre corrió por los paredones de Miraflores, de la Casona y del ahora llamado "Cuartel de la Montaña". Muchos soldados murieron, otros fueron apresados y sus carreras se esfumaron como la pólvora. Los ideadores de aquel golpe luego llegaron al poder y desde entonces no han dejado de disparar.
En los últimos veinte años bombardearon los campos y acabaron con la poca producción agrícola. También fusilaron a los deprimidos hospitales, las fábricas fueron secuestradas y condenadas al olvido. Los venezolanos poco a poco se fueron sumando a las víctimas de los golpistas. En las últimas dos décadas la violencia asesinó a más de 200 mil compatriotas. Durante los gobiernos de "La Revolución", el Bolívar se convirtió en polvo y la impunidad patrocina la delincuencia.
Este relato lo escribo al cierre de una semana dura. El interminable "golpe" le dio la estocada final a dos pacientes renales en el Zulia que murieron porque no había una máquina que los dializara. Otros 190 enfermos en Lara ruegan al cielo para no morir. Los hospitales muestran su peor cara, no hay ni químicos ni máquinas para renovar la sangre de los pacientes.
En los últimos siete días todos los focos estuvieron puestos sobre un diálogo de sordos, mientras la crisis humanitaria se agudiza. Por estos días la comida se hace más escasa y costosa las respuestas del Gobierno más escuálidas.
Al día de hoy pasaron 26 años desde aquella intentona contra el Estado fallido de 1992 -repito-. Hoy no hay Estado. Hoy hay "patria" -hambre y venezolanos huyendo-.
Insisto, el golpe no ha terminado, siguen disparando. La diferencia es que hoy lo hacen desde Miraflores y contra el venezolano que alguna vez soñó con el cambio.
La aspiración sigue vigente. La enfermedad empeoró. 26 años después, Venezuela está peor.
Pd: Antes los llamaban rebeldes, ahora les llaman terroristas.
Por: Héctor Escandell | @hescandell
Cada vez hay mas evidencia de un proceso que cambió todo para no cambiar nada. Que relativiza todo con el locus de control externo y la eterna excusa de considerar únicas sus circunstancias. Reciclamos de nuevo la historia y vivimos ahora la época pre1998: descrédito de partidos, crisis económica y diáspora más el abismo moral. Y pedimos "un gerente" pero amamos un Mesías.
Así es compañero. Muchos siguen esperando un mesías. Una fórmula que no ha dejado otra cosa que historias repetidas.
¡Impecable! Me quito el sombrero ante tu pluma. Suscribo todo lo que dices. Tristemente nuestro país cada vez está peor, pero no debemos perder la fe ni las ganas de seguir trabajando para sacarlo del atolladero en que se encuentra. ¡Vamos que sí!
Es impresionante. Como dice @jeanfreddy, estos manes se encargan es de relativizar todo.
Antes eran rebeldes patriotas, ahora son terroristas. El reto es grande. Pero es posible.
Muy buen escrito mi pana, es la realidad, la realidad es que para ellos esos golpistas son mártires hoy día, al contrario de hoy día que un pueblo sufrido y humillado tratando de revelarse pero todo aquel que trata de levantarse lo llaman terrorista, vende patria o otra cosa, hasta lo desaparecen y matan, pero no recuerdan de donde vienen ellos.
Así funciona la doble moral. Son los máximos exponentes de la locura.
26 años del 4 de febrero, 26 años de barbarie, cuando un país enloqueció y siguió detrás de un "malandro" que había violado la constitución y había destruido la democracia. A muchos, millones de Venezolanos le pareció que esa alimaña, nacida en Sabaneta, era el guía que necesitaba Venezuela.
Los resultados están allí, hambre, pobreza extrema, miseria de todo tipo y odio, mucho odio entre los venezolanos.
Costará años reparar esta nación, si es que lo logra.
El aprendizaje, sin duda, es que el mesianismo no ayuda a nadie.
Excelente artículo Héctor. Sinceramente, es increíble como intentan cambiar la realidad de las cosas. Recuerdo que José Vicente Rangel, en su momento vicepresidente, dijo que el 4F fue un "golpe de opinión"...
Estoy de acuerdo con el post, siguen dando golpes pero desde Miraflores. Desde 4F aprendieron a no asumir responsabilidades políticas, sino usar la cobardía y el uso de la fuerza como instrumento para llegar al poder. Saludos