Segundas oportunidades
"Todos merecemos una segunda oportunidad"
Lema, eslogan, palabras de aliento, de acompañamiento... la frase anterior es ampliamente pronunciada con el significado de "espacio temporal para resarcir, reivindicar, reparar una acción calificada de negativa" entre otras acepciones. Implica un "volver", volver a relacionarnos, volver a compartir, volver a trabajar juntos, volver a ser pareja y muchos más "volver a..."
¿Volver a...?
¿A hacerlo mejor?
¿Cómo es eso, de qué trata eso?
¿A hacerlo mejor?
¿Cómo es eso, de qué trata eso?
Si una persona ha hecho algo "no bueno" y tiene la opción o el beneficio de una segunda oportunidad significa que tendría que "hacerlo mejor".
Mejor ¿Cómo? ¿"No bueno" al cuadrado? ¿Doblemente negativo?
Expertos en relaciones interpersonales hablan de "hacerlo diferente". En este sentido, podría ser interpretado como una acción transformada que evidencie los cambios en el ser y hacer de esa persona.
Ahora bien, ¿Estamos obligados a dar una segunda oportunidad?
Hay quienes dirán que sí y por supuesto, quienes dirán que no.
Me atrevería a afirmar que la gran mayoría de las personas apoyan un respuesta positiva. Los más religiosos citarán la Biblia en su indicación de "poner la otra mejilla"
Por el contrario, los detractores argumentarán que "si lo hizo una vez lo volverá a hacer una segunda, tercera, cuarta... vez".
Ambas posturas son válidas.
Sin embargo, desde mi perspectiva considero prudente "dar un segundo espacio"... Llamarlo "Espacio" más no "oportunidad"
¿Por qué espacio?
Porque sería un segundo momento, que no necesariamente va a conllevar a una "reconciliación" en el sentido estricto de la palabra y menos a "ceder".
Ese espacio sería para escucharse el uno al otro, reconocerse en sus argumentos, y responsabilidades.
Espacio que puede, o no, crear nuevos acuerdos que prevengan la repetición de lo anteriormente ocurrido y sirva de precedente para futuras situaciones similares.
No necesariamente implica que "volvamos a ser lo que éramos" ni a "tener lo que teníamos" ya que existen circunstancias que sería imprudente permitir o propiciar que se repitan otra vez. Este espacio sería el recomendable para hacer ese corte o cierre de relaciones, ciclos o cualesquiera forma como desee llamarle, porque propiciaría el respeto hacia el otro y hacia mí .
De manera que:
1. Si cortamos la relación podamos volver a vernos y hasta coincidir en ciertos lugares sin drama, sin limitación ni reclamos pero sí con respeto porque en ocasiones hay "terceros" directos e indirectos que se ven afectados por nuestras relaciones. La idea es generar el menor daño posible para todos los involucrados.
2. No cortamos la relación, esta nueva etapa sea diferente con "nuevos acuerdos" Honrando lo anterior para trascenderlo y no volver a hacerlo.
El "borrón y cuenta nueva" funciona en la medida que tenemos presente lo sucedido no para recriminar, más bien para estar en plena conciencia de no seguir repitiendo.
Gracias por leerme...
Nathalie Mariel
Imágenes tomadas de Pixabay