Hola gente, realmente este no iba a ser mi nuevo post, pero, lo que me pasó el viernes me pareció tan curioso y fortuito que tuve que escribirlo.

Me encontró un gato y me creyó árbol.

Foto tomada por Carmen
La nueva dueña de la gatita

El día empezó frío, estuvo lloviendo desde las cuatro de la mañana, y aun lo hacía cuando salí de mi casa a la universidad a las 6:30 de la mañana, al llegar a la parada del transporte habían solo unas cuantas personas, el transporte anterior había salido recientemente.

Me formé con el resto y empecé a desayunar, en eso escucho un pequeño maullido que me llama la atención, allí estaba élla, caminando entre las piernas de los formados, con su pelaje rubio atigrado y sus hermosos ojos verde azulado con forma de almendra, debido a un ataque de ternura, mi primer impulso fue recogerla y decirle que era hermosa. En ese momento pensaba que pertenecía a alguien de la fila, porque era un animalito bello y bajo una mirada rápida parecía cuidada, la bajé pensando en que me metería en problemas con el dueño, la dejé en el piso y volví a sacar mi desayuno para continuar comiendo.

Ya habiéndome comido la mitad de mi arepa siento un peso extra en mi pantalón, allí estaba ella otra vez, se aferraba en la bota de mi pantalón con desesperación, en ese punto le pregunté a los otros en la fila si el "gato", porque en ese momento no conocía su género, les pertenecía, a lo que todo el mundo niega y se reían porque mientras preguntaba la pequeña se había sentado cómodamente en mi hombro.

Por un momento pensé en dejarla en la calle, en casa ya tengo a Norberto y Jr, si aparecía en la tarde con una gata lo más probable es que mi madre me botaría a mi y se quedaría con ella, sin embargo, un recuerdo morboso me detuvo, no era la primera vez que, luego de lluvias intensas, me encontraba el cadáver de un gatito ahogado mientras pasaba por la calle, en cada ocasión me preguntaba "y si yo pudiera...", este era mi momento, ahora podía.

Decidí llevarla conmigo a la universidad y dejarla en la sede de GACUSB (Grupo de Apoyo Canino de la Universidad Simón Bolívar) que tienen los medios para cuidarla y conseguirle un hogar. Habiendo resuelto ese problema terminé de desayunar y la dejé descansar en mi hombro, porque cada vez que la ponía en mis brazos se regresaba.

Debieron de pasar al menos unos 20 minutos mientras esperaba a que llegara el transporte, no presté atención de quien pasaba por la calle, así que no vi venir a Guillermo con su novia Carmen. Esta es la parte de la anécdota donde todo parece muy fortuito, puesto que a Guillermo apenas lo veo en la universidad, los salones donde ve clases quedan en un lugar recóndito, y por supuesto nunca me lo había encontrado en la parada del transporte de Bellas Artes, pero hoy por allí pasó y me hizo la pregunta que estoy segura que todos los que hicieron fila después de mi quisieron hacer, pero que no formularon por falta de confianza.

Irinna, ¿Que haces con un gato en el hombro?

Le conté la breve historia y aproveché para preguntarle el contacto de GACUSB porque no era inteligente sacar el celular en Parque Central para revisar twitter. Ese fue el momento en que Carmen hizo su movimiento, tuvo media hora, porque el trasporte llegó tarde, para convencer a su novio de quedarse con la pequeña, mientras hacía conexión con el nuevo miembro de su familia, al parecer la gata le perteneció cuando la puso en una camisa para que no pasara frío ni le pegara sus pulgas directamente. Al final la pareja se llevó a la pequeña y estoy segura de que la cuidarán bien y será feliz.