El Reloj en el Árbol
Hace un año fui a visitar un tío paterno, él es el hermano menor de mi padre y vive en una zona campestre del estado Trujillo en Venezuela donde se cultivan árboles frutales, la mayoría de la plantación es de Mangos, Aguacate y Naranja, es una zona muy privilegiada por la gran cantidad de manantiales de agua potable que a su vez sirven para el riego de las plantas.
Mi tío me contó que vive allí desde hace 20 años y que le ha ido muy bien ya que le gusta el campo y la siembre, que su familia vive cómoda y que a todos les gusta la zona y las labores del campo.
Mientras hablaba con él en la sala de su casa, me llamó la atención un reloj de pulsera oxidado que estaba colocado en una vitrina con muchos adornos, le pregunte sobre ese reloj y me contó que lo tenía allí porque era un recuerdo especial e increíble.
Él me dijo que lo que te voy a contar no lo ha creído nadie ya que es insólito, cuando compre este terreno comencé a plantar Mangos y Aguacate, mi esposa y yo realizamos esta actividad aproximadamente por un mes, después de trasplantarlos a la tierra comenzó el riego, estas plantas fueron creciendo muy rápido pronto se convirtieron en arbolitos como de 1 metro, un día cuando estaba podando dichos arbolitos se me extravió el reloj, lo busque por todos lados y no lo conseguí, me sentí muy triste ya que lo había comprado hacia unos meses.
Pasaron como 8 años después que se me extravió el reloj, pensé que alguien lo había conseguido y se lo llevó, ya los árboles de Mango habían crecido y daban frutos, un día me monte a bajar la primera cosecha de uno de los árboles de mangos y cuál fue mi asombro, el reloj estaba enganchado en la última rama de ese árbol, no lo podía cree estaba oxidado y sin funcionar.
Mi esposa al ver eso se quedó como yo sorprendida, ambos en reflexión pensamos que lo único lógico de todo esto, era que como yo estaba trabajando en el podado de los arbolitos en esa época utilizando un machete quizás se salió el reloj de mi muñeca y quedo enganchado en una de las pequeñas ramas de aquella planta que fue creciendo hasta convertirse en un árbol grande y frondosos, como eran tantas plantas sembradas no me di cuenta de lo sucedido y que además como la plantación comenzó a crecer no le presté mayor atención a la siembra de árboles de Mango.
La verdad que es una historia extraña, yo vi el reloj pero me cuesta creer eso, pero la verdad que en el mundo pasan cosas increíbles que existen.
Aquí les dejó una foto del reloj en arbusto pequeño:
