Mente en blanco



Como tantas otras noches salí por la ventana, después de algunos manotazos, luego de escuchar todos los improperios del mundo, todos los reproches, todos los insultos, y el peor de todos… El rechazo.

Salí con una taza de café amargo, un encendedor y tres Marlboros, en bata, descalza, fui al garaje corriendo de puntillas, los perros apenas se movieron al verme y continuaron su siesta. Casi de inmediato encendí un primer cigarrillo, fumé tensa y cn un nudo en la garganta, con el segundo rompí a llorar, me la pasé llorando incluso luego de que se terminara, me sentía patética y miserable, por estar llorando, por quejarme.

Cuando me calmé un poco encendí el último y tercer cigarrillo de la noche, le di una calada y me crucé de piernas sobre el pavimento frío mientras veía el humo esparcirse en el aire, sobre la nada. Miré al cielo y un montón de estrellas, pensé en todas las personas, en sus habitaciones, si dormían en la calle, o que podía ser lo peor que le hubiera pasado ¿cuál sería la mayor tragedia de la vida?

Me di cuenta de que no podía imaginar historias teniendo una propia por contar esa noche a la noche, en un momento, no se cuándo, ni cómo, siendo tan inquieta, estando agitada y con el alma un tanto más fragmentada, mi mente quedó en blanco, mientras veía la imagen del cielo, mientras la vida pasaba, y yo me calmaba.

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Hana ku tupu

Eres tu describiendo una de tus noches ?