Lo peor que pudieron haber hecho mis padres en algún momento fue prohibirme ver South Park.

Al parecer, los creadores del programa sabían de esta prohibición, porque lo pasaban justo a la hora que mis padres iban a dormir, perfecto para escabullirme hacia el televisor y mandar a la mierda el descanso apropiado para ir al colegio por la mañana. Cada una de esas ojeras valieron la pena.

Al principio, no entendía muy bien qué sucedía, solo me daba mucha risa las groserías, el comportamiento ofensivo y las muertes de Kenny.

Pero para mí el resto no eran más que balbuceos agitados y pedazos de papel meneándose de un lado a otro, rebotando y riendo. ¿Cómo es que llegó a producirse un show tan pobremente ilustrado?

¿Cómo es que me llegó a gustar tanto? Y es algo que se mantiene, porque hoy en día sigo viendo South Park cada vez que lo pesco en la tele, solo que ahora creo entender realmente de qué se trata.

No sé exactamente en qué punto lo entendí, pero es algo que ahora me parece muy obvio, y es que South Park sencillamente detesta la sociedad.

O quizá no la odie, pero en el show se la retrata con un aspecto absurdo e hilarante, y mientras más se toma en serio un determinado asunto, peor es la parodia que South Park le hace. Ya vimos lo que hicieron con las elecciones políticas entre gran basura y sándwich de mierda.

Trump y Clinton

Religión, arte, Hollywood, todo se va a la mierda con South Park, y lo peor del caso es que tienen una buena razón para burlarse de la sociedad; de hecho, opino que es hasta positivo para ilustrar los puntos de vista que se tienen sobre algunas de las cosas en el mundo. Tópicos como la fama, la industria filmo-gráfica, la industria de los anuncios, la política...

La imagen que Trey Parker y Matt Stone muestran de la sociedad es más sincera de lo que parece. Yo creo que esa es la razón por la que se les hace tan sencillo producir un capítulo (6 días, de los cuales trabajan 2, seguramente)

De pronto, las apariencias son desenmascaradas, y los artistas que solemos ver haciendo obras de caridad en la televisión las vemos ahora compitiendo por cagar el mojón más grande del mundo. Así pasa con Bono, de U2, que perdió el récord contra Randy Marsh durante una proeza heroica donde cagó frente a toda una audiencia un mojón que casi llegó a tener el tamaño de un ser humano adulto.

Lástima que, para sorpresa de todos, el récord no le pertenecía Bono por haber cagado el mayor mojón, sino que Bono mismo era el récord, él era el mayor mojón jamás cagado en la historia de la humanidad.

Randy Marsh mostrando su "talento"

Y debo admitir que no me siento mal por las celebridades que aparecen parodiadas en el show. Sé que no debería ser así, porque de verdad me cae muy bien Russell Crow a pesar de su habilidad para meterse en una pelea a puños, al estilo de Popeye.

Es decir, el hombre merece algo de respeto, al igual que Phil Collins, y Jesús Cristo, y Mel Gibson.

...

Bueno, a lo mejor Mel Gibson fue bien retratado en South Park, creo que esa es la razón por la que mantuvo su aspecto real en la serie.

Cuando Stan le debe 2$ a Mel Gibson

Aquí podemos encontrar el argumento central en defensa del humor negro: "Sí pero, qué le vamos a hacer? A pesar de ser ofensivo, es muy gracioso. Supongo que está permitido ser ofensivo siempre que de risa"

¿Aplicarían el mismo razonamiento para el bullying? Da qué pensar.

...

Pero el mojón que cagó Randy para vencer el récord de Bono... No paré de reír por varios días. ¡Todavía me río cada vez que lo recuerdo!

Con South Park aprendí a no fiarme de las noticias, que toda historia contada tiene un trasfondo, y que nada de lo que nos muestran en la televisión o en cualquier otro medio audiovisual es verdad. Y por eso, les agradezco, Matt Stone y Trey Parker, son mis ídolos.

Trey Parker y Matt Stone en los premios Oscar (sí, bajo los efectos de algún alucinógeno)

También me sentí inmediatamente identificado con el show cuando vi que eran niños maldiciendo y diciendo groserías por todos lados, yo era uno de esos niños, y ahora estaba en televisión.

Las cosas que afirman nuestra existencia, esas son las tenemos en común con los demás. No vamos a conseguir mucha gente que nos entienda en la vida, realmente es una tarea muy difícil, esa de ponerse en los zapatos de otro.

Yo creo que la empatía no tiene nada que ver con un esfuerzo voluntario, "oh pero ponte en su lugar, míralo desde su perspectiva, entiéndelo"

No podemos entender nada más que aquello que se relaciona con nosotros de alguna manera.

Por eso que sé que South Park no es para todo el mundo, se requiere algo así como un nivel mínimo de resentimiento hacia la sociedad, hacia el modo en que las cosas son. Stone y Parker son, en cierto modo, dos sociópatas, al igual que sus fans.

Así es como me entiendo con esos dos trolls genios. Es decir, no se les puede confiar nada a esos tipos, ya vieron lo que sucedió la primera (y última) vez que los invitaron a unos Premios Oscar. Hay que quererlos como se quiere a un niño molesto: De lejitos.

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¿Pensativo? ¡Comentario!

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