REVIVIR PERSONAJES: ¿REALMENTE VALE LA PENA?
Este post no es ni una crítica ni un consejo, es más bien una reflexión personal, una conclusión a la que he llegado y que no todos los escritores deben seguir pero a la que después de años y años escribiendo cuentos e historias inclinadas a la fantasía e optado por apegarme con fidelidad pues, aunque varios lo han intentado, ninguno de los argumentos que me han dado ha llegado a convencerme de lo contrario y antes de entrar en materia quiero dejar una pregunta flotando en sus cabezas ¿Realmente vale la pena revivir a los personajes de las historias?
Para empezar, crear personajes no es una tarea sencilla ni que se haga de la noche a la mañana con solo imaginarlos y darles una cuantas características, esto daría como resultado títeres, una monumental cantidad de personajes vacíos. Crear un personaje es una labor que lleva tiempo y dedicación, hay que darle motivaciones, sueños, miedos, fortalezas, debilidades, defectos y virtudes, el personaje al igual que un niño se va haciendo poco a poco con sus decisiones y acciones, es ahí cuando adopta una verdadera personalidad, es ahí cuando inclusive sin que nosotros como creadores lo queramos, el espíritu de un personaje se hace tan fuerte que no tendremos que pensar que haría nuestra creación en alguna situación pues, al igual que a nuestro mejor amigo, lo conoceremos tan bien que nuestro personaje ya lo habrá hecho por nosotros en coherencia con su personalidad (si te ha sucedido felicitaciones, le has dado vida a tu personaje).
Esto es más fácil decirlo que hacerlo pero ahí reside la dificultad que tenemos para terminar con la vida de los personajes de nuestras historias, llevamos tanto tiempo conociéndolos, dándoles forma, compartiendo sus aventuras y desarrollando tramas entorno a ellos que segar sus vidas nos resulta doloroso, por un lado porque hemos puesto fin a algo que nos ha costado mucho esfuerzo hacer, y por el otro hemos terminado con la vida de un amigo. Sentimientos más sentimientos menos al final todos nos vemos tentados en algún momento a traer a la vida a los personajes que hemos creado buscando maneras rebuscadas de revivirlos o de explicar porque no han muerto con excusas a veces más o a veces menos coherentes y esto, al menos en mi humilde opinión, es un error terrible por tres razones.
1. LA COHERENCIA NO SE RECUPERA
Se supone que si le hemos puesto fin a la vida de nuestro personaje a sido por un motivo referente a la historia y siendo ese el caso ¿por que habríamos de revivirlo? tal vez para darle continuación al argumento de nuestro cuento, tal vez nuestro personaje es indispensable para la trama pero si tal es el caso ¿para que matarlo en un principio? y si en el mundo donde se desarrolla la historia existe la resurrección ¿dónde estuvo todo este tiempo? ¿Por qué no han revivido otros personajes? ¿es difícil y rebuscada la manera en la que se resucita a los seres en este universo? entonces ¿Tan importante es este fulano? ¿que quita que a personajes malvados no los revivan de igual manera? (se ha visto que las organizaciones malvadas siempre son muy influyentes). Lo que quiero reflejar con esto es que a veces el revivir a un personaje le quita la coherencia a la historia, hace ver que su muerte desde un principio era algo innecesario, un adorno, algo para preocupar al lector pero que al final no ha valido para nada e incluso se corre el riesgo de quitarle coherencia al mundo donde se desarrolla la historia. Claro, este punto tiene su caída y tengo que admitirlo pues a veces el revivir a un personaje es parte de la trama pero esto hay que tratarlo con cuidado pues (me ha pasado) al leer historias me siento engañado cuando varias paginas después aquel personaje que me hizo entristecer por su muerte vuelve a la vida y su muerte no tuvo un propósito real. Sin la amenaza de la muerte la historia se volvio un paseo por el bosque, que el héroe se acueste de dormir.
2. ¡PENSÉ QUE ERA MI TURNO DE DESTACAR!
Pues si, hemos revivido a nuestro protagonista, o a nuestro secundario, o a nuestro villano, y a seguir con la historia ¿no? como si nada hubiese pasado en realidad y desperdiciando a mi parecer una excelente oportunidad de desarrollar otros personajes a profundidad. Claro, seguramente el personaje que hemos regresado a la vida es excelente y algunos de sus sueños, motivaciones o misterios no quedaron claros pero el rol que abandonaba pudo ser tomado por otro que añadiera cosas nuevas a la historia, un personaje con aire renovado o incluso personajes ya vistos con un rol más importante que pudiesen dar giros a la trama y ¿por qué no? incluso mejorar la situación para los héroes (o empeorarla según el caso) y dándole variedad a la novela o al cuento. Revivir personajes para mi es a veces limitarnos, terminamos evadiendo la posibilidad de crear personajes mejores o de desarrollar mejor los que aún permanecen vivos por la seguridad de lo que ya conocemos y manejamos.
3. REVIVISTE AL PERSONAJE, MATASTE LO ÉPICO
Este para mi es el punto más importante de todos, es de hecho por este sobre todo que yo, al menos, intento jamás revivir personajes, y se que es un poco sentimental pero de eso se trata escribir, de transmitir sentimientos a través de las historias que con tanto esfuerzo escribimos.
Contexto: nuestro protagonista y sus compañeros se hayan en una situación desesperada, o en una encrucijada moral, o ante una amenaza inminente a la que no son capaces de enfrentarse y entonces nuestro protagonista (o nuestro personaje secundario) da un paso al frente y sacrifica lo que muchas veces es lo más sagrado para cualquier ser, su vida, para salvar al resto. Luego de la situación correspondiente nuestro personaje termina cara a cara con la muerte y haya su fin como un héroe, muriendo así por una causa que el considera mayor que el y por una amenaza más poderosa que el.
Este es un escenario clásico, es una formula confiable, es un momento épico y conmovedor, no hay manera de que habiendo seguido una buena historia una muerte así no impacte al lector pero también aplica a cualquier otro tipo muerte, ya sea por el ser amado, por la tierra natal, por las futuras generaciones, por lo que fuese... el sacrificio, la épica del héroe que entrega todo de si. Todo esto MUERE en el instante en el que ese personaje es revivido por la fuerza sobrenatural que sea, en ese instante su sacrificio no tuvo sentido por una simple razón, no hubo sacrificio, realmente no se perdió nada pues el protagonista sigue con vida y también aplica para villanos, cualquier mal terrible que pretendiera causar el villano con su muerte pierde la grandeza pues aún con el daño hecho el precio a pagar fue nulo. Revivir un personaje mata el propósito de su muerte, termina con cualquier mensaje que se pretendiese enviar con su partida, se acaba la magia y el asombro, revivir a un personaje mata, para mi, la historia en si pues inclusive la amenaza, el peligro, el miedo a la muerte, todas se acaban pues un aire de invulnerabilidad ahora rodea a los personajes, no importa que excusa uses, el daño ya esta hecho, tus personajes al menos parecen ser inmunes a la muerte. Muchos podrán darme ejemplos literarios de lo contrario y es por eso que no pretendo que este post sea tomado como algo más que una reflexión personal, pero para mi el revivir a un personaje no trae nunca o casi nunca nada bueno a ninguna historia.
Para finalizar, muchas historias famosas, ya sean obras literarias, mangas, cómics, películas entre otros, han revivido a sus personajes de una u otra manera y no pretendo desmerecer a ninguna obra con mi opinión, pero al menos para mi los giros que pueden darse en una historia cuando la muerte no tiene retorno son mucho más interesantes que el clásico recurso de la resurrección, pero ya que no pretendo imponer mi opinión solo quiero dejarlos con la misma pregunta con la que empece este post y en la que insisto ¿Realmente vale la pena revivir a los personas? yo (por si no quedo lo suficientemente claro) no lo creo.