Noche de éxtasis

Cabalgata avasallante en aquel lugar,
por dos cuerpos completamente desnudos,
dispuestos a consumar el placer;
acompañados únicamente por el cielo oscuro,
que asecha a los amantes enamorados.

La brisa de la noche acariciando la inexperiencia,
de ese hermoso cuerpo femenino;
y las estrellas en su titilar constante,
acompañadas por millares de suspiros incesantes.

Las nubes entre sombras se desvanecen poco a poco,
hasta la llegada del nuevo amanecer; y digo:
La hora de marcharnos a llegado amada mía,
pero no te preocupes, que esperaremos siempre,
la llegada de la noche para amarnos una y otra vez,
UNA Y OTRA VEZ.