Conocí a Luis cuando estudiaba en Universidad de las artes, en Venezuela. Estuve estudiando allí un año y algunos meses. En mi tiempo allí conocí a muchas personas, pero pasaba mi tiempo especialmente con personas de teatro, aunque yo era de cine. No me arrepiento de nada.

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En ese entonce nunca fui muy cercano a Luis, en cambio era muy cercano a Marcelo que había estudiado conmigo todo el bachillerato, y con Patricia. Eran personas que amaba increíblemente. Pero no a Luis. Extrañamente nunca los fotografié a ellos. A Luis si.

Después de salir de la universidad por problemas familiares, me aleje de muchos de ellos, por el devenir de la vida mas que por deseo propio. Y con el tiempo comencé a hablar mas seguido con Luis, quien primero se presentaba como Jean Luxe. Lo recuerdo una vez en una clase explicándolo. Jean venia, si recuerdo bien, de su padre, y Luxe era para el una suerte de Luis en el que al mismo tiempo estaba LUJO pero en francés. Cosa con la que el se identificaba.

Tengo mucho tiempo sin verlo, pero siento que ha cambiado. Ahora se presenta como Luis Jose, su nombre real. Los tiempo cambian, y con ello la gente.

Asumo que tanto por su espontaneidad que como por su queerness yo me sentí muy cautivado por el. Es por eso que pedí hacerle fotos. El me recibió en su casa, con amor y humildad. No tenia idea de nada, ni de como iban a ser las fotos, ni de como iba a ser la interacción. Mi proceso es un poco así siempre, me enfrento muchas veces a personas y lugares que desconozco, y me fascina por la cuota de sorpresa, y espontaneidad, de contacto mas directo con la realidad que puedo obtener.

Ese día también me cautivo su casa, ese lugar donde el creció y que ahora se convertía a través del arte en un lugar de ritual, de encuentro, de creación. Su baño, los colores. Me emocionaba estar ahi, viendo todo lo que le rodeaba también lo identificaba. La música que oía, sus libros, las paredes.

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Lo recuerdo y lo siento como un día psicodelico, y no es baladí que así haya sido el resultado de las fotos. Ese tiempo capturado fue un tiempo de pieles desnudas. De sabernos ambos humanos, de pieles desnudas. Luego de las fotos creció entre nosotros un lazo significativo de amistad y cariño y amor. De voces que se hablan y se oyen. Su piel desnuda. Los cigarros que nos fumamos. Todos los cigarros que nos fumamos, y algunos besos encontrados, que dejaron de ser huérfanos entonces, todo lo recuerdo. Las pieles.

No podría describir a Luis de forma que mis palabras le hagan total justicia a quien es completamente. Pero es especial estar con el. Y ha sido especial descubrir cosas de mi a través de quien es el y lo que representa. Ese niño que canta siempre, que habla cantando, que baila, que camina bailando, que te mira, que actúa y no actúa. Que ama y que besa. Que es tanto. Que no puede ser solo un hombre. Es mujer. Es talentoso y admirable. Y a través de todo eso que es el, yo supe que debía ser así de valiente como para ser yo mismo también, lo mas que pueda siempre.

Disfruto el contacto con las otras personas, los vinculos, el amor, el encuentro. Creo que eso es lo que me ha acercado al cine, luego de la fotografía. Por sus posibilidades de relacionarse con diversas personas y poder hallar en ellos pedazos de uno mismo, al final lo siento como que todos, en realidad, somos uno. Y lo individual viene a ser fragmentos de ese gran TODO que somos. Por eso conocerse uno mismo, como instaba Socrates, siento que es comenzar a conocer al otro también.

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Aqui esta una foto que hizo Luis de mi en su cama:

Y una foto que me hice en el espejo de su baño:

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