Cuando hay que ir, hay que ir

in #cervantes7 years ago (edited)

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Recientemente estuve en una situación "ligeramente" incómoda que me gustaría relatarles en este post, así que siéntense, pónganse el cinturón y prepárense para descubrir por qué no deberían tomar demasiada agua en un velorio.


Se recomienda leer con esta obra de arte como música de fondo
(o lo que alcance, que tampoco es una canción muy larga)


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Yo bien inocente creyendo que me la estoy comiendo

Érase una vez

Esta anécdota inicia durante un velorio al que lamentablemente tuve que asistir hace pocos días. Ese día el sol pegaba con bastante fuerza y con todo el calor ("el calor", no "la calor", por favor) que hacía, me vi en la necesidad de beber varios vasos de agua fría a lo largo del día, cosa que no me importó demasiado ya que la funeraria contaba con baños.

El inicio del caos

El problema ocurrió poco después del mediodía (que además fue justamente cuando me puse a tomar más agua), ya llegaba el momento en que debíamos desalojar el lugar, poco a poco las personas se iban yendo y yo quedé en el grupo que iría hasta el crematorio. La partida fue tan apresurada que no tuve tiempo de pensar en algo muy importante, "ir al baño antes de salir".

Camino al crematorio (fue un recorrido relativamente largo) me fui dando cuenta de que ya mi cuerpo me estaba pidiendo librarse del agua bebida, y justo cuando podría haber llegado a mi mente algún pensamiento de salvación, vino en su lugar un Flashback... Ya había estado en esa situación "ganas de ir al baño de camino al crematorio", aquella vez había llegado y había descubierto que no podría librarme de mi necesidad, había tenido que aguantarme hasta después, cuando fuéramos a casa de mis primos. Pero esta vez había una diferencia importante: Ahora había un poco más de tráfico, y la necesidad era más fuerte.

El Clímax de esta historia

Hemos llegado al crematorio y mi mente no dejaba de buscar alguna solución ¿Qué podría hacer? No recordaba por qué no había podido ir al baño la vez anterior, si no tenían o si no funcionaban. Justo cuando estaba por entrar en una crisis, apareció frente a mi lo que parecía ser un milagro ¡Una puerta con el cartel "baño" en ella! Avisé a mi padre que iría a ver si podía entrar, caminé a ella, traté de bajar la manilla, pero nada, la puerta estaba cerrada. Cuando regresaba frustrado con mi familia, un señor que me había visto intentar entrar al baño, me llamó.

Me informó que en la zona de adentro (donde se despide al familiar) se encontraba un baño, que entrara y lo vería fácilmente. Me acerqué y traté de averiguar si podía entrar así sin más, noté que habían unas personas en la puerta que aparentaban haber acabado de salir, pero de todos modos pregunté a un trabajador del lugar si podía pasar al baño, a lo que me respondió que sí, con calma, por lo que la confianza llegó a mí y entré.

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Gran error, a diferencia de lo que pensaba, el lugar no estaba solo, se encontraba un grupo de personas rodeando un ataud con rostros tristes, que se quedaron algo extrañados al verme entrar, había arruinado el momento de desahogo. Al notarlo se me fue la confianza que había agarrado, me puse nervioso y lo único que pude hacer fue caminar rápidamente hacia el baño (que afortunadamente, sí fue fácil encontrar), una vez adentro, con la incomodidad y los nervios en mí, pero aún con la necesidad de "hacer lo que fui a hacer", decidí actuar rápido.

No, no pude actuar para nada rápido, todo fue un desastre en ese baño. La luz no funcionaba por lo que tuve que adaptar mi vista a la oscuridad para poder moverme, intenté apuntar de manera de no hacer mucho ruido pero el inodoro estaba bastante lleno y no podía ver lo suficientemente bien como para apuntar a una zona silenciosa del mismo, y para colmo tardé un poco más de lo que quisiera haber tardado, ni siquiera pude disfrutar el poder saciar mi necesidad.


Mi reacción todo ese rato
Fuente

Mientras estaba en eso, pensé de una vez en no halar la palanca del inodoro ¿Qué se suponía que debía hacer? Era un crematorio, el silencio era sepulcral ("sepulcral" jeje), todo lo que hacía sonaba como si fueran los platos a las dos de la madrugada cuando quieres agarrar un pansito sin que nadie se entere. Pero justo cuando menos lo deseaba, mi mente me traicionó, halé la palanca automáticamente sin querer y bueno... ¿Saben esas palancas que suenan un momentico nada más si la sueltas en seguida? Pues no, ésta sonó como una cáscada bien potente durante unos 20 segundos o más, mi reacción de pánico en ese baño a oscuras con el ruido del inodoro debe haber sido algo memorable.

No es un final feliz

Cuando el ruido finalmente cesó, me quedé quieto varios segundos tratando de escuchar algún comentario externo, oír si alguien por ahí decía "Dios mío", "Qué horror", "Qué falta de respeto" o alguna variante, pero nada, el silencio total había regresado. Mientras me lavaba las manos (Sí, seré imprudente, pero tengo educación) decidí quedarme unos segundos más ahí, a escurrir mis manos y con la esperanza de que las personas se desconectaran de lo sucedido y pensaran en otra cosa. Eventualmente salí, sin la fuerza para voltear a ver a las personas, sólo caminé directo a la puerta, me reuní con mi familia y me pregunté "¿Por qué no simplemente esperé a que le tocara entrar a mi familia?".

FIN


Entonces...

Ahora que saben esta historia, pueden comentar lo que gusten, son libres de decir lo que quieran decir, EXCEPTO:

¿Por qué no te paraste por ahí a orinar en el monte?
¿Y si hacías en un vasito?

Que ya he oído esas demasiadas veces y me va a dar un ataque si me las dicen de nuevo.

PD: También aprovecho para disculparme por mi reciente inactividad, precisamente tiene que ver con la pérdida de mi ser querido, no había tenido ánimos para escribir. Luego cuando mi mente se reactivó, vinieron problemas técnicos con mi computadora, pero bueno, aquí me ven.

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PD2: Si eres de la familia que se encontraba allí despidiendo a su ser querido, cuando entró un joven molesto y estropeó todo el momento con el explosivo ruido del inodoro, te ofrezco mis más sinceras disculpas desde lo más profundo de mi corazón y mi alma, en serio, por favor, perdóname, dios mío, nunca volverá a pasar, lo juro.

Fuentes

Mi traumatizada memoria (El texto en sí)
Mi decepcionante ausencia de habilidad para dibujar (Los dibujitos pues, qué más, a excepción del copypaste que hice en el dibujo del crematorio, el cual es una mezcla de mi falta de talento con un par de plantillitas pegadas encima)

No es un "adiós", sino un "hasta pronto"

Pronto volveré con algún otro post, nos estamos leyendo