Cuando una mujer muere, una parte de nosotras también muere. #niunamas #niunamenos

in #cervantes6 years ago

Cuando una mujer muere, una parte de nosotras también muere. #niunamas #niunamenos

Imagen: Brigada Feminista Latinoamericana https://www.facebook.com/Brigadafoficial
No conocí a Mayell Hernandez Naranjo, lo poquito que sé de ella, me llegó a través de una noticia trágica en los perfiles de Facebook de varias amigas. Ahí cuentan que era madre de una niña de dos años llamada Amaloha -lástima que, a tan corta edad, su inocente y tierna vida, deberá presenciar la ausencia y el dolor que deja su mami y tendrá que crecer con la historia de un padre cruel (William Enrique Infante Borges) que la tiñó de sangre-

Sé que Mayell, era un joven de 29 años, estudiante de danza en la Universidad Nacional Experimental de las Artes; uno de los lugares donde vivió parte de sus sueños artísticos. Y sin dudarlo imaginé ¡su vida debió ser maravillosa! Eso reflejan sus amigas más próximas “…Mayell hermosa, siempre decorando con figuritas y sonrisas, nuestra Isadora Duncam del campamento…”

Decidí escribir sobre ella y mi tía, para recordarnos lo vulnerables que somos, nosotras, las mujeres al vivir en un mundo echo más a medida y privilegio de los hombres; puesto que, cada día sentimos que vivir nos cuesta la vida. Hoy o mañana alguna puede pasar por lo mismo, mientras duerme, camina o está viendo YouTube, llegue su marido, amante, novio… y decida que el remedio a sus males, es apagar nuestra luz; y así otra mujer, como Mayell, quien entregó: “mariposas llenitas de colores”, dejé de andar en este camino, llamado vida.

Un amigo tras un mensaje que dejé en Facebook, relacionado a esta especie de catarsis que hago y de memoria familiar que está más abajo, me dejó un comentario:

“posiblemente la conociste, ella era estudiante del 2011”; me hizo pensar **-capaz la llegué a conocer en los pasillos de Unearte o quizá le di clases, pero, sinceramente: la memoria no me ayuda a recordarla.

Y viendo su rostro ya varias veces, en el mar de publicaciones que hemos dejado en Facebook, durante estos días de sororidad entre mujeres y claramente en honor a que se haga justicia a su memoria -ya su dulce rostro me resulta familiar- Y vuelvo a pensar :

- quizá la conocí y de deguro hubo un fugaz encuentro e intercambio de palabras en algún momento de nuestras vidas, y en aquellos pasillos de Unearte, o , si imagino un poco más sobre ella, probablemente tengamos más cosas en común y amistades en común; con tal este mundo aunque parece grande, a veces nos resulta muy pequeño cuando el FEMICIDIO toca en la alma intrauterina y nos hace recordar el lazo invisible que nos une como mujeres, y claro está, como seres humanos-

Viene entonces a mí, ese dolor que atrae la muerte cruenta, y el llanto de sus familiares y amigas (o), la sensación de repudio que me brota en el cuerpo porque su partida me hiere profundamente como mujer. Una más, ahora engrosa la lista de FEMICIDIOS en nuestro presente, en nuestro país y en nuestra historia como mujeres.

El horizonte de otra maravillosa mujer cesó, como la de otras decenas, centenas y miles, cuyos horizontes de vida igual desconocía, y me resulta lamentable recordarlas, como un número más de la violencia, entre la memoria impune y las estadísticas de muerte que deja como residuo el machismo, el patriarcado y su misoginia.

Quizá por eso la noticia de Mayell, como el terrible destino que les llegó a otras mujeres en todo el mundo y en mi país, me hace revivir y rememorar, la historia de mi tía Cira Elena Márquez García, a quien nunca tuve la alegría de conocer. A todas le llegó la muerte de manos de su pareja; y lo más triste, de un amor que mata a todas voces, y muchas veces, sin castigo penal, con negligencias y muchas indulgencias.

Foto familiar de Cira Elena y digitalizada por @lamorrocoya

Así, como en el caso de Mayell y el de mi tía, sus asesinos feroces, andan libres, gracias al sistema de justicia de mi país, que parece proteger más a los asesinos (hombres) que a las víctimas (mujeres), y más lamentable es saber que aun teniendo la Ley de las Mujeres a una vida libre de violencia; A ellos, los culpables atroces del machismo(como a William Enrique Infante Borges, la pareja y asesino de Mayell), se les permite vivir a sus anchas, para mostrarnos a nosotras, las mujeres, la gallardía del inhumano rostro de la impunidad, que además es histórica y trasciende con su daga en nuestro útero ancestral.

Por eso, recuerdo a mi tía, quien murió en los brazos de mi abuela, tras haber recibido varios disparos en la espalda. Yo ni había nacido cuando ese hecho marcó la vida familiar de mi abuela Ida, y la de mis tías y tíos. Hablo aquí, de la década de los años 67, en Campo Alegre, un pueblito andino venezolano. Mi madre apenas era una beba (quizá tendría la edad de Amaloha, la hija de Mayell) y ni recuerda lo que sucedió en aquel tiempo, pero sí sintió, las lágrimas de su mami -mi abuela- derramarse cada año.

Mi abuela, un día, sentada en la sala de su casa de bahareque me habló sobre mi tía Cira Elena, Yo tendría creo que, 15 años de edad; y me dijo:

_ "el espíritu de ella era tan alegre y dulce que todos aquí en Campo Alegre, al ella simplemente pasar, sonreían; siempre ayudaba a todo el mundo; a veces hasta celosa me ponía porque su espíritu era demasiado colaborador; también, era muy hermosa; y a veces creo que fue una maldición tanta belleza, pues despertó esos celos absurdos del novio. Ella había terminado con él; pero, él nunca entendió su rechazo y por eso decidió acabar con ella un día. Siempre recuerdo ese día: yo estaba en la cocina, oí los disparos y me fui corriendo a la sala, cuando veo, mi hija venía a buscarme ¡ella cayó! y, mientras moría en mis brazos, me dijo: ¡Me mató mami! Y desde ese momento sentí que me había muerto con ella. Cuando falleció vinieron al funeral todo los que vivíamos en esa época; aquí en Campo Alegre, la querían mucho; porque siempre fue tan solidaria, hasta con los desconocidos"
_

Ese día sentenció nuestra conversación con una frase : _ ¡Nena, los celos no son amor! Un amor así es enfermo, cruel y perverso ¡Aléjate siempre de los hombres que crean que la mujer es una propiedad!_

Mi abuela, una señora de pueblo me contó eso cuando tenía -creo- 75 años de edad; y es cierto, el amor no debe ser así; pero, parece que a muchos hombres solo les enseñaron a herir a las mujeres hasta matarlas, desde múltiples formas, solo que el FEMINICIDIO, en mayúscula, para gritarlo y no olvidarlo, es, el más letal de todos.

Cada vez que me entero que una de nosotras muere por el machismo ¡una parte de mí y estoy segura también una parte de todas muere!

Y me vuelca al pasado para saber que, nunca tuve la oportunidad de conocer la vida maravillosa de mi tía Cira Elena y solo me queda la imagen fija de la tristeza guardada en los ojos de mi abuela Ida, y esa melancolía que no la abandonó nunca. También, porque la única cosa que quedó de su efímera existencia, está en una foto tipo carnet (donde su juventud permanece) y que mi tía Elvia guarda celosamente en su álbum familiar; esa misma foto que digitalicé hace un par de años, porque mi mamá se parece muchísimo a ella, y a pesar de haber encarado también la violencia de los hombres a temprana edad, su vida, aunque con cicatrices invisibles, está conmigo y viva.

Por desgracia, no me tocó ver envejecer el joven rostro de mi tía, como tampoco lo hará la pequeña Mahola con el rostro de su joven madre Mayell, quien, desde el pasado lunes, 10 de septiembre, murió en la habitación después de haber recibido de parte de su pareja varias puñaladas.

_ ¡A la pequeña Mahola le quedará de recuerdo las fotos con su mami, y a mí esa única y fragmentaria imagen de mi tía y la historia de su fin!
_

Ese fin, me hizo solidarizarme aquel día con la tristeza de mi abuela y su cercanía con la muerte de su hija, porque no la vi solamente como una madre que llora a sus hijas o hijos muertos, sino como una mujer que me dejó una valiosa enseñanza con tan clara sentencia a mi tan inmadura edad, pero hizo de ese día, un aprendizaje memorable, pues, me hizo entender lo vulnerable que somos las mujeres cuando el amor que usan muchos hombres solo sirve como instrumento para golpearnos, herir o matarnos.

Ojalá algún día la historia de todas nosotras, las mujeres, sean más sobre la vida plena, sin opresiones y libre de violencia, que, sobre nuestras desgraciadas muertes, esas que llevamos grabadas en el cuerpo y en el alma.

Mientras tanto y ante el dolor que nos deja la sangre derramada de nuestras hermanas que: ayer y hoy partieron; y también mañana partirán de nuestro mundo; nos queda continuar luchando, por ellas y por nosotras, porque nuestro lema es #nosqueremosvivas y #juntaspodemos.

Construyendo como lo hizo Mayell, con las herramientas que la vida nos ha dado en pro de un mundo más justo para todas y todos. Posdata: #niunamas #niunamenos

Denuncia y sigue el caso de Mayell, solidaridad a su memoria, colabora difundiéndolo.
Dejo links referentes a su caso: https://lascomadrespurpuras.com/mayell-un-feminicidio-mas-exigimos-justicia/ https://www.facebook.com/Brigadafoficial/photos/a.359805671079509/662817360778337/?type=3&theater
El contenido de esta publicación es de mi autoría. Recuerda @lamorrocoya es Maryori Cabrita y puedes seguirme, votar y comentar mi blog y visitar mis cuentas personales como: Instagram@macabritafotoarte ¡Hasta la próxima
amigxs! 🖐📷

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Que terrible, siento tanta impotencia y tristeza cuando leo sobre estos casos de feminicidio , de tantas victimas de la violencia machista , de esta sociedad permisiva. Yo creo que es muy importante que las madres advirtamos a nuestras hijas que deben alejarse de los hombres que piensen que la mujer es un objeto de su propiedad, de aquellos que no valoran a la mujer independiente, estudiosa, responsable, de aquellos hombres celosos que no las dejan vivir . Que deben valorarse como persona por encima de cualquier cosa. Es una advertencia que puede salvar la vida. Y para aquellas que tengamos hijos inculquemos en ellos el respeto hacia la mujer, la admiración a la madre trabajadora , a sus hermanas , a sus amigas y a su compañera de vida. Está en nosotras las mujeres cambiar estos destinos porque somos nosotras las que en gran medida criamos a nuestros hijos. Un abrazo.

Ser mas consciente de los caminos que trazamos con nosotras y con los otros. Y educar con esa misma consciencia de que el mundo precisa cambiar.

Lamentable la muerte de Mayell. Es increíble como (según un artículo que leí hace tiempo) según las cifras conocidas, la violencia de género mata a más mujeres que la inseguridad en Venezuela. Sin embargo, es nuestra tarea no quedarnos en lamentaciones y actuar, condenar las injusticias. ¡Gracias por ser la voz de quienes no pueden hablar! Saludos.

La misoginia cada vez se ejerce com más fuerza. Hay que seguir denunciando, no aceptando este tipo de violência. #niunamas #niunamenos. Todas y todos merecemos um mundo mejor

Me causa indignación leer estas atrocidades solo Dios hará justicia.

Esperemos que así sea!

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