El bambú japonés es una planta bastante curiosa, ya que después de sembrar la semilla, abonar la tierra y regarla todos los días, no sucede absolutamente nada durante el primer año. Durante el segundo o el tercer año tampoco parece estar sucediendo nada que indique que la semilla se está desarrollando. Es más, durante los primeros seis años pareciera como si nada estuviese ocurriendo. 

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 ¿Curioso no? Cualquier inexperimentado dejaría de tener paciencia y fe, y se dedicaría a enfocar sus cuidados en las plantas que si muestran crecimiento y evolución por muy pequeña que sea… Cualquiera abandonaría la planta al ver que luego de tanto tiempo y tantos cuidados, esta no presenta ningún cambio visible.  Sin Embargo, la providencia sonríe a quien tiene la paciencia de esperar…durante el séptimo año, en un periodo de seis semanas, como por arte de magia… Esta planta crece hasta alcanzar una altura de más de 36 metros. ¡En seis Semanas! 

 

La pregunta es: ¿Tomó esta planta solamente seis semanas para crecer, o tomó siete años?

Los investigadores han encontrado que lo que sucede durante esos primeros años de aparente inactividad es que la planta está desarrollando un complejo sistema de raíces que le permite soportar el crecimiento tan masivo que experimentará más adelante. 

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 De igual manera, si tú has estado haciendo lo que sabes que debes hacer; si estás desarrollando hábitos de triunfo; si estás ocupado en tu crecimiento sin cuestionar el precio del éxito, pero a pesar de todo esto pareciera que nada está sucediendo: ¡Estás Creciendo! No hay nada en el mundo que pueda superar al valor de la persistencia… 

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 Sigue trabajando duro con muchos ánimos… La paciencia no significa quedarse sentado sin hacer nada y esperar que las cosas se den solas, Significa que a pesar de no ver la línea de meta… de no ver el final del camino, de no ver que estés en un lugar diferente al que estabas ayer… Sigas Caminando… Sigas Trabajando duro cada día con mucha fe y disciplina… sabiendo que con mucha persistencia, confiando en tus hábitos y sin perder la cabeza… Con mucha paciencia… La puerta se abrirá el día que menos esperas y todos tus esfuerzos darán su fruto.  Ten siempre presente que tu éxito externo es siempre el reflejo de tu crecimiento interno. 

 

Una vez, estaban entrevistando a un hombre extraordinario, todos querían conocer su historia, la gente estaba asombrada de que este hombre había logrado grandes cosas en muy poco tiempo…

Cuando le preguntaron el secreto de su éxito… el hombre sonriendo respondió:

“llevo cerca de 15 años trabajando todos los días… Para convertirme en un éxito de la noche a la mañana” 

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 Al final del día… Creerán que no has hecho nada… que has dejado de evolucionar, intentaran desestabilizarte, llegarán las críticas… Pero no te rindas… Porque aunque lo único que se vea, es la punta del iceberg…  No hubiera sido posible sin Todo lo que hay debajo… Tu tranquilo… Sigue esforzándote cada día… Sigue dando lo mejor… Continúa desarrollando tus raíces fuertes para poder surgir  tan alto como el bambú japonés… Porque cada esfuerzo diario te acerca a tus sueños y a tus metas… No te rindas… Recuerda el Bambú Japonés.