MANIFESTACIONES DEL PLAGIO DE AVELLANEDA EN LA OBRA DON QUIJOTE DE LA MANCHA, OBRA ORIGINAL DE MIGUEL DE CERVANTES
Fuente de la foto: muyhistoria.es
Escrito por: @ylibeth
Hago la acotación que lo que le coloco abajo es producto de mi trabajo de investigación.
Don Quijote de la Mancha es una obra de gran alcance a nivel mundial, de grandes críticas y hasta de plagio. Este último aspecto es el centro de mi investigación que quiero compartir con toda la comunidad de Steemit.
Mediante mi investigación se demostrará la autenticidad del gran don Miguel de Cervantes Saavedra en su obra literaria, la cual es escrita y publicada en dos partes y en dos tiempos: la primera en 1604 y la segunda en 1615. Y la obra de Alonso Fernández de Avellaneda publicada en 1614.
En la investigación de mi trabajo demostré cómo se manifiesta el plagio de Avellaneda en su obra y la respuesta de Cervantes ante el vil acto de Alonso Fernández. Para plasmar lo mencionado, es sumamente indispensable realizar una lectura principalmente de la primera parte del Quijote de Cervantes, luego del Quijote de Avellaneda. Una vez leídas estas dos obras y haberlas comprendidas se hará el estudio minucioso. El estudio se trata de las alusiones o la presencia de la intertextualidad en la obra de Avellaneda. Se mostrará con ejemplos la manera de cómo Avellaneda se plagió de diversos aspectos de la obra de Cervantes. Luego, se hará la lectura comprensiva de la segunda parte del Quijote de Cervantes y se mostrará la manera burlona de cómo Cervantes le responde a las acusaciones que Avellaneda le hace en su obra literaria.
En este escrito, sólo mostraré con ejemplos la manera de cómo Avellaneda se plagió de Cervantes. Aquí les va:
Nueve años después de que Miguel de Cervantes Saavedra publicara la primera parte de la gran creativa obra universal El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, aparece en el mundo la continuación apócrifa de tal obra. En el mes de julio de 1614 en Tarragona es conocida la obra Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras, la cual es escrita por Alonso Fernández de Avellaneda.
En esta última obra mencionada dicho autor carece de autenticidad. Pues encontramos que las ideas expresadas en su obra carecen de voz propia. Avellaneda se copia arbitrariamente de personajes, situaciones, actitudes, frases y palabras del Quijote cervantino. Lo que, sin duda, creó grandes críticas y disgusto de Cervantes.
Para empezar, un aspecto muy evidente del plagio de Avellaneda se sitúa en el título de la obra de Cervantes, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Avellaneda tomó arbitrariamente todo el título del Quijote y lo incrustó sin escrúpulo en el título de la suya, como es Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, que contiene su tercera salida y es la quinta parte de sus aventuras.
A lo largo de toda la obra plagiada y, además, burlona de Avellaneda está presente el personaje de don Quijote. Desde su primer capítulo hasta el último la gran mayoría de las escenas escritas están totalmente vinculadas con el insigne personaje principal de don Quijote. Casi todo gira alrededor de él. También, hace mención del cura, del barbero, de Rocinante, de Dorotea, de Dulcinea y de Sancho Panza. De éste último se burla llamándolo varias veces glotón.
Es digno mencionar que Avellaneda se copia de situaciones que Cervantes escribió en su Quijote, como las del capítulo XXXII de la primera parte, en el que con el fin de entretener al cura y a Dorotea se lee la novela del Curioso impertinente. Así mismo, Avellaneda al final del capítulo XIV con el fin de distraer y hacer poco tediosa la espera propone mediante unos canónigos que se cuente una historia. Uno de ellos, el soldado Antonio Bracamonte empieza a contar la famosa historia del Rico desesperado y en el capítulo XVII, cuenta otra conocida como la de Los felices amantes.
Otras de las situaciones plagiadas se encuentran en el capítulo XII de Avellaneda, donde encontramos la presencia de un gigante, quien le propone una batalla campal. Así mismo, en la primera parte del Quijote uno de los capítulos más conocidos, el VIII, que es la aventura de los molinos de viento; allí para don Quijote los molinos de viento no son más que unos feroces gigantes y a los que les somete a una batalla. Sin embargo, a pesar de las intenciones de don Quijote terminaba tirado en el piso totalmente herido y derrotado. Esto sucede en ambas obras.
Se muestra que Avellaneda incorpora en su obra momentos resaltantes que hacen que la historia se llene de mayor entretenimiento, humor y suspenso. Se trata de las historias antes mencionadas. No obstante, tal idea es una copia exacta del Quijote cervantino. Por lo tanto, no se le puede dar el crédito correspondiente a Avellaneda.
En cuanto a la actitud, se puede decir que uno de los rasgos característicos del personaje don Quijote de la Mancha es la locura. La cual se ve muy reflejada a lo largo de las obras. En primer plano, la locura se ve reflejada en la primera parte del Quijote cuando después de haber leído muchos libros de caballería, don Quijote tiene una brillante idea y es la de hacerse caballero andante. Por ello, decide salir en su rocín a recorrer el mundo en busca de que lo nombraran caballero andante para así pelear con otro caballero, vencerlo y llegar a ser famoso como leía en la novela Amadís de Gaula. En segundo plano, la locura de don Quijote se observa cuando al salir de casa en busca de aventuras todo lo que ve lo idealiza. Como ejemplo tenemos las ventas que, para él son castillos y los venteros son los reyes. Al ver a alguna moza la ensalza creyendo que es una doncella de hermoso semblante. Por último, unas de las características físicas de don Quijote eran viejo y flaco. Características contrarias de los caballeros andantes. Se puede decir que don Quijote se idealizó a sí mismo, ya que de viejo pasó a ser un caballero novel.
En la obra de Avellaneda no se cambia la historia de ello sino que se continúa. Avellaneda toma esa actitud de locura para seguir con el mundo imaginario en que vivía don Quijote. Por ejemplo, en el capítulo VI don Quijote se encuentra con un hombre que está vigilando su melonar pero él se imagina que es el señor de Anglante, Orlando el Furioso quien fue encantado como estaba descrito en el libro Espejo de caballerías, a partir de allí inicia una batalla en la que termina, naturalmente, gravemente herido. Este capítulo es sumamente parecido al capítulo mencionado anteriormente, el XII de Cervantes. Allí Quijote se encuentra con los molinos de viento, quien imagina que son unos gigantes que su mayor enemigo Frestón convirtió luego en molinos de viento una vez que quedó derrotado por ellos.
Otros aspectos son la valentía y las aventuras. En los dos Quijote, don Quijote demostró esta cualidad en todo momento y tenía un espíritu aventurero. Manifestó esfuerzo y brío al enfrentarse a cualquiera que se interpusiera en su camino, que le hiciera daño a otro, que lo sometiera a una batalla, que aseverara que existía otra doncella más hermosa que su amada, etc. Como ejemplo, tenemos que en la primera parte del Quijote, en el capítulo IV se cuenta que Quijote escuchó los quejidos de un muchacho, el cual encontró desnudo y a un labrador que lo castigaba. Don Quijote con valentía le ordenó al labrador que lo dejara tranquilo. Así mismo, en el capítulo XXII de Avellaneda aparece el personaje de Bárbara que, abatida por todo lo que le había acontecido estaba lamentándose. Quijote y Sancho la escucharon y se resolvieron a ayudarla valientemente y a ensalzarla ante los demás caballeros como la reina de Zenobia. Todo suceso que pasaba ante sus ojos ellos lo veían como una gran aventura.
Todo lo mencionado es una muestra de la presencia de intertextualidad a la que Gerard Gennette nos explica en su libro Palimpsestos.
Siguiendo con la actitud, un rasgo que caracteriza a Sancho Panza en la obra de Cervantes es la lealtad. Pues, muy a pesar de que Sancho poseyera la lucidez que faltaba en su amo y no se imaginara lo que Quijote le decía que veía Sancho continúo fielmente con su amo hasta el final. Fue su fiel acompañante en todas las aventuras y estuvo dispuesto a pasar grandes penurias, hambres, burlas y aventuras al lado de Quijote. Teniendo la libertad de huir del mundo fantástico que se había creado su amo constantemente estuvo al lado y muy preocupado por lo que le pasara a Quijote. Esto permite aseverar la lealtad de Sancho para con Quijote.
De la misma manera, Avellaneda tomó esa cualidad característica en Sancho Panza para escribir sus aventuras. Por ejemplo en el capítulo XXIV, Sancho obedece a Quijote en ir a colocar los afiches lo que trajo como consecuencia que es encarcelado. Una vez, que se le permite la liberación de la cárcel Sancho podía huir y no sufrir más penalidades, vergüenza y burla a causa de su amo. No obstante, después de ese acontecimiento Sancho permaneció fielmente pasara lo que fuese.
En lo relacionado a las frases, el Quijote cervantino se daba a conocer muchas veces en las batallas mediante la frase: “El Caballero de la Triste Figura”. Se nota que en el capítulo II, el Quijote de Avellaneda mantiene dicha frase para firmar una carta a su Dulcinea del Toboso. Aunque a partir del capítulo IV, cambia y se hace conocer mediante El Caballero Desamorado, uno de los aspectos con que se burla Avellaneda.
Por último, tenemos una serie de palabras que Avellaneda tomó sin restricción alguna de la obra de Cervantes. Alfredo Rodríguez (2011) señala algunas:
---El adjetivo pagano lo usa Cervantes 5 veces, en su primera parte del Quijote. Lo usa también ‘Avellaneda’ en su continuación, 14 veces, con un rendimiento cómico excelente.
---El adjetivo gigantea. Este adjetivo sí está en Cervantes en 1605, una sola vez. Lo que es llamativo es que una de las cuatro veces que ‘Avellaneda’ usa vil canalla lo adjetiva así: «vil canalla gigantea».
---La mención de Bucéfalo, el caballo de Alejandro. Se trata de una referencia cultural que usan muy pocos autores. La usa una vez Cervantes, otra vez ‘Avellaneda’.
---De hito en hito. Este modismo aparece en Cervantes una sola vez en la primera parte del Quijote. Lo usa ‘Avellaneda’ en el episodio de Sancho en la cárcel: «estaba mirando de hito en hito al suelo».
Estas son algunas de las palabras que demuestra que Avellaneda utilizó parte del léxico de Cervantes.
En las líneas anteriores, se manifestó cuáles son algunos ejemplos del plagio que se le hizo a Cervantes. Se hizo mención de los personajes, de dos situaciones, varias actitudes, de una frase y diversas palabras que encontramos en la primera parte del Quijote.
Se muestra que Alonso Fernández de Avellaneda hizo uso de la intertextualidad mediante el plagio. Una de las razones fue para burlarse de la creación totalmente innovadora de Cervantes, lo que trajo como consecuencia que Cervantes le respondiera y, a su vez, se burlara de lo creado por Avellaneda.