¿Pero cómo llega al cine esa noticia del año 1934 que llega a manos de Humphrey Cobb? Pues sencillamente a través del libro que tras documentarse escribe y que un joven Stanley Kubrick lee y le fascina de tal manera que decide llevarla al cine no con mucho sufrimiento. Muchos fueron los estudios que rechazan el proyecto porque se trataba de una ruina económica que muchos países se negarían no sólo a estrenar sino que durante muchas décadas incluso fue prohibida su reproducción, cualquier inversión no tendría retorno por lo que no encontró quien apostara por la historia hasta que encontrase el apoyo del propio Kirk Douglas quien puso dinero de su bolsillo y encontró una productora que le acompañara en el complicado proyecto.

No se equivocaban los que rechazaron el proyecto en cuanto al retorno de la inversión pero si que erraron en no participar en una de las mejores películas de la historia que nunca quedará en el olvido en cuanto a obras maestras del cine anti bélico y a una gran interpretación del propio Kirk Douglas que afirmaba en una de sus entrevistas concedidas tras su retiro que hasta el mismo se había gustado en la película.

La película de la cual no he hablado aún porque quizás sería una crítica más de las muchas que hay escritas sobre la cinta de Kubrick trata de la orden que da el alto mando francés de la toma de una colina durante la primera guerra mundial atravesando trincheras en una misión imposible donde el fracaso estaba cantado, tras el citado fracaso y para paliar el golpe de humillación del alto mando francés se toman represalias contra unos soldados al azar que serán juzgados en un juicio militar sin futuro y posteriormente fusilados. Muchos años más tarde estos soldados como comenté anteriormente resultarían inocentes en un juicio civil póstumo con una ridícula indemnización a sus viudas y la vergüenza de Francia.