Breve
Religiosamente, como cada domingo, regreso a ese lugar.
Aquel en el que sólo, brevemente, existo.
Mi cuerpo fluye, mi mente divaga.
Mis ojos y pulmones desbordan del aire diáfano de la mañana.
Soy apenas algo perceptible, estoy de paso.
Un punto en el paisaje.
Cargando a cuestas una vida que se reduce a un andar apresurado.
Un suspiro del viento.
Un rumor por las veredas
que así como llegó desaparece.