Un Día en Venezuela

Hace un tiempo cuando todavía tenía que andar a pie para llegar a los lugares que necesitaba como el centro comercial, el super mercado o nada más para pasear con mis amigos por las plazas tenia que usar mucho los autobuses, sobre todo unos que se llaman BTR, pero ¿Qué es un BTR?, los BTR son como autobuses comunes y corrientes, esos donde la gente se aglomera como sardinas en lata y el olor a sudor parece que estuviera pegado a las paredes del vehículo, solo que estos son patrocinados directamente por el gobierno de Venezuela, es decir el chavismo, el cual no es solo una ideología política sino una enfermedad, una pandemia que se propaga como la gangrena en las mentes de los pobres quienes creen que es un tipo de esperanza para mejorar, en la de los ricos solo como otra forma de llenarse más las manos de dinero y en las mentes de la clase media como nuevas ideas para querer mejorar el país y recuperar esa Venezuela llena de posibilidades, se puede decir que es lo peor que le ha pasado al país, pero dentro de todo eso aunque los BTR solo se hayan usado como una medida populista, son mucho más cómodos que los autobuses normales, debido a que tienen aire, son largos, espaciosos y relativamente más seguros , entonces para continuar con la línea de los hechos, un día me monte en un BTR, no conseguí asiento así que me quedé parada cerca del conductor, no habían pasado ni 10 minutos cuando un joven de unos 19 o 20 años se monta y con una gran voz vociferó "¡buenas tardes!, inmediatamente llamó la atención de todo el mundo, incluida la mía y cuando volteé a verlo noté que traía alguna especia de altavoz amarrada en la cintura que tenía conectado un pequeño micrófono manos libres colgada de su oreja y fue cuando capté que el era uno de los muchos talentos venezolanos que se subían a los buses para mostrar sus canciones.

Luego de su improvisada presentación, encendió el altavoz y cuando creí que iba a cantar empezó fue a rapear, fue una grata sorpresa, era diferente de todas las veces en los que se me había dado la oportunidad de presenciar a personas valientes cantando frente a muchos desconocidos en uno de los escenarios menos convencionales del mundo; la letra de su canción era demasiado graciosa, se metía con el gobierno a través de oraciones satíricas, luego coqueteaba improvisadamente con las mujeres del autobús demostrando su destreza para las rimas, hablaba sobre la vida de un venezolano y la de los emigrantes, de los pobres y los ricos, de los feos y los bonitos, nunca creí que todos esos temas pudieran ser tocados en una sola canción y sin duda quedé fascinada, cuando por fin terminó agradeció por los aplausos y pidió una colaboración monetaria en lo que se pudiera; generalmente yo no doy dinero, más específicamente el efectivo porque en Venezuela es difícil de conseguir, pero quedé tan entusiasmada con su trabajo que solo podía desear que siguiera esforzándose y que no se rindiera, le di el efectivo y con otro chiste inteligente sobre la situación del país se bajó en la siguiente parada.

Incluso en el momento que ya estuve en casa no podía dejar de recordar su divertida canción, me llenó de alegría ese día y estoy segura que todas las personas que estaban junto a mi escuchándolo estaban tan agradecidas como yo por eso, porque cuando el hambre, la escasez, la carencia de valores, de amor, de Dios en una sociedad se hace presente es cuando menos sonrisas hay, y el brillo de la vida se va apagando poco a poco hasta que perdemos la esperanza. Para esa persona que no conozco ni su nombre, ni su edad espero que puedas seguir creciendo en lo que te propongas y que podamos seguir tu ejemplo de conseguirle el lado bueno a la vida y que no importa que tan mal estemos siempre podamos compartir el optimismo y el amor con quien sea que nos rodea.