Pensar en tiempos de cuarentena

Creo ya haber perdido la cuenta de cuántos días de cuarentena han transcurrido, y lo más triste de todo es no saber cuándo finalizará, cuánto tiempo de esta nos queda. Muchas interrogantes surgen, pero sin duda alguna la más importante es esa, saber cuánto falta para poder salir nuevamente sin restricciones. Vamos, no me lo tomen a mal, se que esta cuarentena nos está dejando muchas enseñanzas, y ni hablar de que está logrando externamente hablando... La depuración de un ambiente altamente contaminado, lo sé. No crean que no lo he pensado, mejor aún, no piensen que no lo agradezco...

Pero, no puedo evitar pensar y pensar en tantas otras cosas más. Es imposible no pensar en esos que salían a ganar el pan diario, principalmente en ellos... Si que me han surgido interrogantes ante su situación. Cómo le estarán haciendo, qué estarán comiendo, se estarán protegiendo, tendrán para cumplir con la higiene necesaria, tendrás niños en casa preguntándose cuándo volverán a comer? No lo sé. No tengo respuestas a esas preguntas. De igual forma pienso en esos indigentes, ahora cuándo más frío debe hacer en las calles... No puedo evitar sentir tristeza, apachurrarme el corazón.

Personalmente me hago otra cantidad de preguntas. Me pregunto si vale la pena realmente estar aquí lejos de mi familia, de mi mamá... ¡Cuanto la extraño! Es agobiante para quien se toma en serio la magnitud del asunto. Si, somos un pueblo acatando una Cuarentena exigida, pero nunca falta la minoría inconsciente. Esa que se cree invencible.

Las baterías, esas de buenas vibras, de pensamientos positivos, se desgastan. Los ánimos caen, y se que quizás mañana amanezcan totalmente recargadas, pero se que seguiré haciéndome tantas preguntas, mismas que se, que continuarán así, SIN RESPUESTAS.

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