Crónicas de un asesino en seriesteemCreated with Sketch.

in #drama6 years ago

Introducción

Alex Eduardo Barrera, mejor conocido con el alias de Orga, es un hombre de treinta y ochos años de edad que se dedicaba a secuestrar, torturar, asesinar y canibalizar a sus víctimas con el fin de sentir placer, es arrestado y llevado al centro penitenciario de florida, en donde es interrogado por el detective Andrés Thompson, al verse cara a cara, la comunicación que tiene el detective con el asesino en serie es rígida pero honesta. La historia e ideales de este asesino, traspasa la línea de la realidad con la ficción, haciendo que el detective tenga ansiedad, escalofríos y nauseas, lo suficiente para hacer que una persona pierda la cordura.

El día estaba oscuro, estaba lloviendo y el viento era frió y fuerte, los guardias del centro penitenciario de florida estaban nerviosos, ya que pensaban que podía venir una gran tormenta tropical que azotara a la ciudad, el patio en donde los reos salían a caminar o hacer sus actividades estaba inundado, los pasillos estaban solos ningún alma transitaba, el comedor estaba silencioso, los guardias y presos no decían ninguna palabra, ningún susurro, en el tercer piso del bloque B, en una celda tan oscura y fría como una tumba, estaba ocupada por un hombre alto, robusto, de cabellos rizos de color negro, con una actitud más extraña que hacía que los guardias hasta los propios presos le tuvieran respeto y temor, ese hombre estaba sentado en su cama, observando a una línea de hormigas subiendo la pared hasta un diminuto agujero que se ubicaba en el centro del techo de su celda, veía en como las hormigas transportaba los restos de una cucaracha muerta, el hombre no se movía para nada, no salió a comer o a estirar sus extremidades, paso la mitad del día en su celda. Llegando a la entrada del centro penitenciario, un viejo detective de sesenta y cinco años llamado Andrés Thompson, se acerco en la casilla de seguridad para registrarse y poder entrar. Conducía un Buick Regal del setenta y siete de color naranja, estacionó su auto para luego tomar el ascensor, era un señor con una actitud seria, pasaba por un momento duro ya que su esposa murió de leucemia en un sábado por la mañana. De su bolsillo izquierdo de su suéter gris, sacó una cajetilla de cigarrillos, tomó uno, lo prendió con su encendedor y se lo fumó con gusto aunque no lo demostraba, su tarea del día era interrogar a aquel hombre robusto de cabellos rizos, el ascensor abrió sus puertas, el viejo sale, y notó que el pasillo estaba solo, además que el piso estaba completamente inundado.

-Parece que el conserje se tomo el día- Dijo en voz baja con un tono seco

Caminó de forma tranquila y sin preocupación, mientras que fumaba su cigarrillo, pensaba en que si el interrogatorio sería rápido, ya que él no le gusta estar más de diez minutos escuchando las palabras de un preso, y mucho menos si son palabras mediocres o que si el individuo no quisiera cooperar. El detective llegó al panel de control, observó que tres guardias tomaban café y charlaban uno con otro adentro del panel de control, se acercó a la puerta y tocó tres veces, uno de los guardias le abre la puerta y lo recibe con un vaso con café y crema ya que siempre eso era lo que pedía el detective en un día lluvioso, al momento de que el viejo tomara el vaso con su café, el guardia le hace una pregunta:

-¿Recibió las flores que le mandé para el funeral de su esposa detective?-

-Si, aunque el que me las trajo era un completo idiota- Respondió el detective con seriedad

-bueno pues ese idiota es mi vecino del apartamento que queda al frente del mío ¿y qué fue lo que hizo para que usted lo llamase idiota?- Dijo el guardia con malicia.

-Llegó tarde, las flores se les cayeron en un foso que era de otro funeral y al momento de retirarse, chocó su Dodge RAM con un carro fúnebre que estaba aparcado detrás de él- Respondió el detective con más seriedad.

-Oiga detective ¿Cómo va a hacer hablar al recluso barrera? Ese sujeto no a dicho ninguna palabra desde que lo metieron a este penitenciario, es más, no sale de su celda, el alcaide ha hecho lo posible de sacar a ese sujeto de ahí, pero se niega, eh incluso una vez que unos guardias lo iban a sacar a la fuerza bruta, le arranco una oreja a un guardia con una sola mordida- dijo uno de los guardias que estaba sentado en una silla que se encontraba a la izquierda del detective. 
-Entonces que se quede ahí, que se pudra, de todos modos se le aproxima la hora de visitar a la silla eléctrica - Contestó el viejo detective.

-Pero de todos modos tiene que interrogarlo, eso fue lo que le ordenó el juez y el alcaide, solamente pregúntele porque lo hizo, nada más, si es necesario utilice psicología inversa- Dijo uno de los guardias.

-tal vez si, tal vez no, ahora abran la puerta para que yo pueda sacar a esa basura de su celda, si se opone le dispararé- contestó el detective.

Una vez que le abrieron la puerta, el detective Thompson se dirigió al pasillo en donde se encontraban las celdas de los prisioneros, mientras que caminaba, pudo observar en unas de las muchas celdas, había un recluso que estaba siendo agredido por otro recluso que era su compañero de celda. Una vez en que llega a su destino, se asombró un poco ya que el interno barrera esta mirándolo fijamente, su mirada era fría e igual su sonrisa.

-Mira, te dejaré bien claro esto, dime el propósito de tus asesinatos y luego te dejaré tranquilo, eso es lo que pido- Dijo Thompson
-¿Y si me rehusó? – Preguntó Barrera sonriendo maquiavélicamente

-Te facilitaré las cosas- Respondió Thompson irónicamente

-¿Y cómo me lo vas a facilitar?- Pregunto Barrera

  • de la misma forma que tu torturabas a tus victimas maldito hijo de puta– Respondió Thompson

-Todos moriremos algún día detective, eh incluso usted, si no lo mata la vejez lo va matar su adicción al cigarrillo- Dijo Barrera

-No gastaré mas saliva hablando con un pendejo como tú, le diré al alcaide que preparen la silla eléctrica-Dijo el detective

-Sabe detective, usted es la única persona con la que eh hablado desde que llegué a esta pocilga, me agrada su actitud, deme las esposas, usted es digno para escuchar lo que le tengo que decir en el interrogatorio-Contestó Barrera
El viejo detective se quedó estupefacto con lo que le dijo el asesino, no hubo ningún problema en esposar a barrera, ambos fueron al cuarto de interrogatorio acompañados de 5 guardias, todos los guardias que estaban en la sala principal se quedaron impresionados por lo que estaban viendo, de que el recluso se dejó domar por un viejo testarudo.

Mientras que el detective colocaba la cinta en la grabadora para el interrogatorio, Barrera estaba murmurando en voz baja palabras extrañas, pero el viejo no le dio importancia y dio comienzo al interrogatorio.

-Son las 8:30 am del día martes, soy el detective Andrés Thompson y me encuentro en el interrogatorio con el interno Alex Eduardo Barrera, mejor conocido como Orga, ahora procedo en preguntarle ¿Cuál fue el su propósito de secuestrar, torturar, asesinar y canibalizar a cuarenta y ocho personas del estado de Los Ángeles?-

-Bueno, como puedo comenzar, o pues claro, todo comenzó cuando en mi dura infancia, cuando yo tenía diez años….

-No tenemos mucho tiempo, así que valla al grano maldita sea- dijo Thompson enojadamente, interrumpiendo a Alex

-Todo a su tiempo mi querido viejo, de hecho, usted quiere saber el propósito de mis actos, se lo diré pues claro, pero este interrogatorio será el más largo que ha presenciado y escuchado- Contestó Alex
-Entonces prosiga, y no soy tu querido vejo- dijo enfurecido el viejo detective
-Pues póngase cómodo, pida un café y un pastelillo, esto va para rato-Dijo Barrera

                                                     1980 
                                 San Antonio-Texas

En el norte de la ciudad de San Antonio, vivía una familia de clase media, estaba formada por un matrimonio con tres hijos, el padre de la familia se llamaba William Teodoro Barrera, era un alcohólico abusivo que trabajaba como taxista, lo que ganaba lo gastaba en cerveza o whisky e incluso lo gastaba por pasar quince minutos con una ramera barata, su esposa se llamaba Martha Rodríguez, era descendiente de Cuba, era drogadicta pero compasiva con sus tres hijos. El primogénito de la familia se llamaba Marcus, su vida fue corta, murió a los dieciséis años, ya que se dedicaba a robar las casas de los vecinos del barrio en donde vivían, lamentablemente, en una tarde de verano, robó la casa equivocada, esa casa, era propiedad de un ex combatiente de la guerra de Vietnam el cual sufría episodios de ira y lo convertía en una amenaza, Marcus fue golpeado y apuñalado quince veces en el estomago, fue un golpe duro para la familia. Katherine era la segunda hija del matrimonio, tuvo una vida más dura más dura que su hermano mayor, a la edad de de diecinueve años, se casó con un oficial de policía del estado, a las tres semanas de casados, descubrió que su marido la engañaba con su mejor amiga que fue una de sus damas, les disparó a los dos con el revólver de su esposo mientras que tenían relaciones sexuales en su casa y en su propia cama, luego quemó la casa y se marchó sin dejar rastro. Tiempo después la familia se entera de su paradero, estaba recluida en el manicomio de la ciudad, fue violada por varios hombres en cual la secuestraron dos días después de cometer el asesinato de su esposo y su amiga, al secuestrarla, la violaron en una casa que se encontraba afueras de la ciudad por varios meses, contrajo el VPH y tuvo dos abortos, luego de que no podía más, la dejaron abandonada en la parte de atrás de una gasolinera, dos oficiales de la ley la encontraron, pero vieron que estaba loca y se comportaba de forma agresiva. Su familia al saber su paradero, se la llevaron a casa, la alimentaron, la bañaron, pero al día siguiente se suicidó, encontraron su cuerpo en la bañera, se había cortado las venas. Solamente quedó el hijo menor, Alex, un chico de diez que no era sociable, en la escuela, era agredido físicamente y psicológicamente por sus compañeros de clases e incluso por su propio padre, una noche, cuando se dispuso a cenar con madre, William llega enfureció y borracho, ya que perdió todo su dinero y taxi en un juego de póker, agredió a su esposa y a su hijo, abusó de su esposa, el pequeño Alex al ver ese acto, se encolerizó, tomó un cuchillo y le dio una cortada el cara. Aunque su padre estaba herido, recogió todas sus cosas y se marchó, el acto heroico fue en vano, ya que William mientras que abusaba a Martha la estaba estrangulando. Los vecinos llamaron a la policía para reportar lo sucedido, Alex fue llevado a un orfanato, no durmió por varias noches, pensando en lo que le hizo a su padre, hasta que se dio cuenta que sintió placer al herirlo en la cara, ya que siempre lo maltrataba y también lastimaba su madre y hermanos, fue adoptado por una familia procedencia canadiense, la pareja se dedicaba a ayudar a las personas y a la iglesia. Fue bien recibido por sus nuevos padres, le dieron mucho amor, Alex fue transferido a otro colegio del estado, esta vez, el pequeño niño tuvo un cambio radical en su vida, era sociable, se llevaba bien con sus compañeros de clases y con los maestros, pero esa felicidad no duró mucho, ya que un jueves después de salir de clases, Alex se dirigía a su casa, hasta que un chico mayor que é,l lo sujetó de su brazo y le dio un fuerte golpe en su cara, Alex cae justo en la grama que comunicaba con la cera en donde transitaba, Alex mientras que estaba en el piso, estaba recibiendo varias patadas de su agresor, luego el sujeto se canso, Alex adolorido, notó que una piedra del maño de una pelota de goma, la agarró con su mano izquierda sin que el abusivo lo notara, el sujeto levanto a Alex y antes de que diera un puñetazo con su mano izquierda, Alex le dio un fuerte golpe en la cabeza con la piedra. 
El sujeto cae aturdido al suelo, Alex al ver que salía sangre en la parte superior de la cabeza de su agresor, le hizo recordar la sangre que salía de la espalda su padre cuando él lo mató, esto le produjo un deseo frenético de lastimar a su agresor, así que tomó la piedra y se dispuso a golpear al chico abusivo en la cabeza, mientras que escuchaba los gritos de dolor su agresor, la sangre le salpicaba a Alex, manchándole sus manos, cara y ropa, esto no duró mucho por que un señor que transitaba por esa cera, notó lo que estaba pasando, así que corrió y intervino, separó a Alex pero el chico quería ver más sangre, pero no pudo continuar de hacer su labor, el señor llamó rápidamente a la policía y le explicó lo que pasó. Alex fue llevado a la comisaría, sus padres fueron a verlo, el chico fue liberado sin ningún problema, ya que al escuchar el testimonio del chico, los policías dijeron que lo que hizo fue por defensa propia aunque no era necesario que Alex fuese tan salvaje, su agresor por suerte no murió, pero su rostro fue desfigurado por completo. Ese día fue el inicio en que Alex aprendería de que el dolor y a ira le daba mucho placer, pero de que todo era a su debido tiempo.

-¿Con que eso fue lo que dio origen para hacer que usted cometiera sus asesinatos?-Pregunto Thompson

-Digamos que eso es la punta del iceberg-Respondió Alex sonriendo

-Entonces usted proviene de una familia muy disfuncional, un padre que se metía alcohol hasta el culo y no le daba placer coger con su esposa si no con putas baratas, su madre era amorosa con sus hijos y con las drogas, su hermano era un pillo que robaba las casas de sus vecinos, pero fue asesinado como un cerdo en un matadero por un héroe demente que combatió en Vietnam, y su hermana la loca se casó con un monta cachos que me imagino que cuando hacían el amor, su esposo se imaginaba de que se cogía la mejor amiga de su esposa, valla familia que tenía usted, quien no quisiera una familia así como la suya- Dijo el viejo
-Apuesto que sí, pero hay familias como la mía que se encuentran en distintas partes de este maravilloso planeta, pero aunque no lo crea, me sentía mal por dentro al estar con esos canadienses- Contestó Barrera mientras que se rascaba la barbilla

-¿Por qué lo dice?- preguntó el detective

  • Siempre me hablaban de que Jesús era bueno, misericordioso y que murió en la cruz por nosotros, pero que montón de pendejadas me decían, yo sabía lo que decía la biblia era mentira, que nunca existió Jesús, y si existiera, fuese un pendejo loco que le llenó de basura a muchos muertos de hambre- Respondió Alex seriamente

  • ¿Solamente es por eso de que se sentía mal?- Preguntó Thompson de mala manera

-No, si no que siempre en los fines de semana, ellos me llevaban a un refugio de la ciudad para que les ayudase a servir sopa y pan a los “desafortunados”, que en realidad, la mayoría de esas personas eran estafadores, violadores, corruptos, fariseos que ponían la cara de necesidad para que los ayudasen, pero lo que buscaban era la comodidad y aprovecharse de sus salvadores que les daban comida, agua y un techo en donde dormir, siempre se los decía a esos canadienses pero nunca me escuchaban- Respondió Alex enfurecido y apretando sus puños

-¿Y qué fue de la vida de sus padres adoptivos?- Preguntó el viejo detective

-Murieron en un accidente de tráfico en un día lluvioso y nubloso, mi padres conducían un Ford Taurus, se dirigía a un bautizo de unos amigos suyos, en la autopista, un camión cisterna de la nada se les atravesó de frente y chocaron- Respondió Barrera
-Bueno, dígame ¿cómo fue su primer asesinato y el porqué?-Preguntó el viejo con seriedad

-Digamos, que fue un asesinato muy improvisado y placentero- Respondió Alex de forma siniestra

                                                     1989
                                Dallas –Texas

Era el verano más caluroso de ese año, la temperatura superaba los cuarenta y un grados, yo trabajaba en un matadero, pues claro, me mudé a Dallas para comenzar una nueva vida, vivía en un remolque con unos amigos míos que conocí en el bachillerato, ellos se ganaban la vida como mecánicos en el taller de su abuelo. Me dedicaba en el área de empaquetar y cortar, era muy feliz trabajar en ese lugar, me gustaba escuchar el sonido de las reses al momento de ser sacrificadas e incluso me gustaba el modo en que las asesinaban. Conocí a un sujeto que sacrificaba a las vacas, su técnica era darles en la cabeza con un martillo, pero lo despidieron por violar y embarazar a la hija del jefe. Un día que yo llego temprano en la mañana, el jefe me llamó y me dijo que ya no trabajaría como empacador y que pasaría a ser matador, pues claro que me alegré, e incluso hice de mi trabajo una obra maestra, mientras que los demás matadores sacrificaban a las reses con una especie de martillo hidráulico, yo mataba a las reses de forma original, las degollaba para verlas como se retorcían en el piso. A uno de los trabajadores no le gustaba la forma en que yo sacrificaba a esos animales, le parecía enfermizo, le habló al jefe para que me cambiara de trabajo y pues claro, ese maldito calvo consiguió lo que quería, mi nuevo trabajo era atender las necesidades de las vacas. Me sentí furioso ese día, tenía ganas de hacerlo sufrir como si fuera una maldita res. Para tranquilizarme, mis amigos y yo fuimos a un bar que estaba cerca de donde vivíamos, mis amigos se las estaban pasando de putas, tomando y drogándose, yo estaba jugando billar con unos sujetos, no intentaba pensar en Marcelo, quería divertirme, pero no podía sacarlo de mí mente, lo quería ver muerto. Me dirigí al estacionamiento del bar para tomar aire fresco, pero observé a lo lejos, unos hombres que estaban golpeando y robando a una pareja, me escabullí por los autos para poder observar más de cerca, y me dio una gran impresión, uno de los asaltantes era Marcelo, sentí tanta rabia, así que sin que ellos me viesen, fui a avisarles a todos lo que estaba sucediendo, todos los que estaban en el bar llevaban armas y fueron a ayudar a la pareja, Marcelo escapó pero sus camaradas no tuvieron esa suerte, los golpearon sin parar, el sheriff llegó con uno de sus hombres para llevarse a los asaltantes. Al día siguiente, el jefe dio una mala noticia de que tenía que recortar el personal, yo fui despedido junto a catorce personas que trabajaban en ese lugar, Marcelo fue uno de los privilegiados en seguir trabajando, pero no me iría sin ver a Marcelo muerto, así que en la noche, me escapé del remolque, mis amigos no se dieron cuenta ya que estaban profundamente dormidos porque su día fue muy agotador, sabía que los miércoles le tocaba a Marcelo hacer guardia junto con dos trabajadores. Al llegar al matadero, observé que uno de los trabajadores que hacía guardia estaba orinando en el estacionamiento del lugar, silenciosamente, llegué y lo dormí con éter , lo arrastré hacia los contenedores de basura que estaban en la parte del área de carga del matadero, tomé las llaves y entré por la puerta principal. Una vez adentro, fui al lugar en donde guardan los utensilios para cortar la carne, tomé un cuchillo y unos guantes para que mis huellas no estuviesen en la escena del crimen, fui por el otro trabajador, el sujeto estaba en el panel de las cámaras de seguridad, estaba observando una revista de Play Boy, abrí la puerta con sigilo, y luego me dispuse a dormirlo , el hombre no pudo hacer nada, se durmió rápidamente, antes de buscar a Marcelo, apagué las cámaras de seguridad para que no hubiera evidencia. Encontrar a ese hijo de puta no fue nada fácil, me tomó una media hora para encontrarlo, antes de darme por vencido, escuché gemidos en los corrales donde estaban las vacas, al dirigirme hacia allá, me encontré a Marcelo cogiéndose a una vaca, el sujeto al verme se sorprendió e intentó hurí aun con los pantalones abajo, pero el universo me favoreció, ya que una de las vacas se alarmó y tecleó a Marcelo por detrás, el imbécil fue arrojado hacia el suelo como si fuera un muñeco de trapo, después de que el callera, le di una patada en el rostro, le rompí los dientes delanteros, tomé el cuchillo y lo castré de un solo golpe, gritó con toda su alma, pero nadie pudo escuchar esos gritos ya que el matadero quedaba lejos de la ciudad, tomé una soga y se lo puse en el cuello, lo arrastré hacia las instalaciones en donde se sacrificaban a las vacas, el sujeto me gritaba por ayuda y pedía piedad pero lo ignoraba, ya una vez en las instalaciones, tomé un gancho para colgar carne, se lo clavé en la espalda y lo elevé a una altura adecuada para que yo pudiera hacer mi labor. Tomé las pinzas que se utilizan para cortar los cuernos de las reses, las calenté con un soplete y luego me dispuse a cortar los dedos de los pies y de sus manos, me daba placer escuchar los gritos de dolor del infeliz. Luego de cortarle todos sus dedos, bajé a Marcelo al piso, lo amordacé para que no me hiciera nada, tomé una moto cierra de disco y le corté las piernas, y sus... Sus gritos cada vez me hacían más feliz, de ahí en adelante observé cómo se desangraba, antes de que se fuera al otro mundo, saqué mi verga y le oriné la cara. Después de que muriera, me dispuse a despellejarle el torso, piernas y brazos, la carné la llevé a uno de los refrigeradores para así poder mezclarla con la carne de res. Sus testículos, dedos y cabeza, los lancé a la trituradora, y me sobró tiempo de limpiar la sangre que estaba en el piso, en el cuchillo y en la moto cierra. Antes de que llegara al remolque, usé ácido industrial para deshacerme de los guantes y de mi camisa que estaba llena de sangre. Tres días después mis amigos y yo nos mudamos a Miami, ya los muchachos y yo íbamos a conseguir un nuevo trabajo en ese lugar, lo que sí es claro, es que mucha gente en Dallas se sirvió a Marcelo en Barbacoa o en chili.

-Eso es todo lo que debo decir sobre mi primer asesinato- Dijo Alex

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