LA VIEJA CABAÑA por Irma Pulido (Capítulo 9)

in #entropia6 years ago

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Intenté comer algo más no pude. Decidí ir antes que nada a ver a mis amigos. Llegué a la casa de Lisa quien vivía más cerca y le narré lo sucedido…

  • …y no sé qué hacer – Concluí desesperado- Tengo terror de pensar siquiera en regresar.

  • Debes tranquilizarte – Me calmó mi amiga, asombrada por lo que acababa de escuchar – Creo que será mejor que busques a Jhonatan, él sabrá cómo ayudarte, anoche regresó al pueblo.

Accedí y me despedí de ella. Cuando me acercaba a la casa de mi amigo le vi salir con un maletín en la mano. Apuré el paso para alcanzarlo y al verme se alegró ya que teníamos algún tiempo sin vernos. Jonathan de inmediato notó que me sucedía algo.

  • ¿Estás enfermo? – Quiso saber – Te veo como raro y me extraña que tengas ese aspecto. Ven, sentémonos.

Me indicó una banca cercana, en ese momento nos encontrábamos en la plazuela del pueblo. Le comencé a contar lo que había sucedido en la vieja cabaña.

  • Tal vez no me creas lo que te voy a contar…

Mi amigo escuchó toda la historia en silencio y boquiabierto, pensando que si no me conociera bien, llegaría a la conclusión de que había perdido la razón.

  • ¿Qué piensas hacer? – Preguntó preocupado por mí.

  • Eso mismo me pregunto yo ¿Qué hago?

  • Debes hablar con las autoridades ya que hubo un crimen – Me sugirió Jhonatan – Busca al comisario y cuéntale toda la historia.

Me quedé pensativo un momento. Le dije:

  • Creo que tienes razón, iré a verlo. Gracias, amigo.

Nos despedimos con la certeza de vernos muy pronto de nuevo.
Me dirigí a la comisaría, allí me encaminé hacia el comisario en presencia de sus asistentes quienes al escuchar mi historia se miraron entre sí y dejaron ver su burlona incredulidad.

  • Tan pronto como pueda iremos a investigar – Dijo el oficial sin mostrar mucha convicción.

Me alejé de aquel lugar sintiendo que mi petición no sería tomada en cuenta. Hasta podía escuchar los comentarios sarcásticos de los funcionarios que ni siquiera esperaron que yo me alejara para comenzar a reírse de mis palabras.

  • He sido un estúpido – Reflexioné. Recordé las palabras de Sofía: “Busca un sacerdote”. Convencido de que no había sido un sueño caminé directo hacia la iglesia.

ESTA HISTORIA CONTINUARÁ


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