Decir Adiós...

Joder, odio las despedidas
Ya que a pesar de la circunstancia por la que tengas que decir adiós
Sientes como un pedacito de tu corazón se vuelve gris
Se paralizan los latidos y hasta el mundo
Porqué decir adiós es desprenderte y soltar
Todo aquello que te enseño, que te hizo reír, soñar, imaginar y crecer
Cada adiós dicho te deja herido el corazón por un buen tiempo
Ya se han vuelto normal las despedidas, de esas donde se aprecian aquellos abrazos largos donde solo deseas durar horas y horas envuelta/o con esa persona entre tus brazos, de esas sonrisas de fuerza y esperanza que esconden tristeza, en esas donde los ojos se cristalizan tanto por felicidad como por tristeza al ver partir a esa persona tan especial, donde existen pocas miradas fijas a los ojos porqué si se llegan a encontrar con la mirada adecuada sería abrir la puerta para soltar todo el llanto que contiene esa mirada llena de nostalgia, rabia, impotencia y recuerdos, recuerdos que quedarán tatuados en la memoria. Pero todo eso que tanto necesitas y quieres dejar salir, toca reprimirlo en ese momento para sacar pecho, mostrarte fuerte, teniendo la esperanza de volverlo/a a ver.

En definitiva, las despedidas y el tener que decir adiós, desprenderte o soltar es una puta mierda.