Lectura del segundo libro de los Reyes (19,9b-11-14,21.31-35a.36): Junio-23,2020:
Buenos días, mi gente hermosa de Steemit. que Dios les bendiga grandemente a todos:
En aquellos días, Senaquerib, rey de Asiria, envió mensajeros a Ezequias, para decirle: Decid a Esequias, rey de Judá: Que no te engañe tu Dios en quien confías, pensando que Jerusalén no caerá en mano del rey de Asiria. Tú mismo has oido hablar cómo han tratado los reyes de Asiria a todos los países, exterminándolos, y tú te vas librar Ezequias tomó la carta de mano de los mensajeros y la leyó; después subió al templo, la despegó ante el Señor y oró: Señor, Dios de Israel, sentado sobre querubines; tú solo eres el Dios de todos los reinos del mundo. Tú hiciste el cielo la tierra. inclina tu iodo, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha el mensaje que ha enviado Senaquerid para ultrajar al Dios vivo. Es verdad, Señor: los reyes de Asiria han asolados los países y su territorio, han quemados todos sus dioses, porque no son dioses, sino hechura de manos humanas, leño y piedra, y han destruido. Ahora, Señor, Dios nuestro, sálvanos de su mano, para que sepan todos los reinos del mundo que tú solo, Señor, eres Dios. Isaias, hijo de amos , mandó a decir a Ezequías:
«Así dice el Señor, Dios de Israel: "He oído lo que me pides acerca de Senaquerib, rey de Asiria. Ésta es la palabra que el Señor pronuncia contra él: Te desprecia y se burla de ti la doncella, la ciudad de Sión; menea la cabeza a tu espalda la ciudad de Jerusalén. Pues de Jerusalén saldrá un resto, del monte Sión los supervivientes.
¡El celo del Señor lo cumplirá! Por eso, así dice el Señor acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, no disparará contra ella su flecha, no se acercará con escudo ni levantará contra ella un talud; por el camino por donde vino se volverá, pero no entrará en esta ciudad –oráculo del Señor–. Yo escucharé a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David, mi siervo.»
Aquella misma noche salió el ángel del Señor e hirió en el campamento asirio a ciento ochenta y cinco mil hombres. Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, se volvió a Nínive y se quedó allí. Palabra De Dios.