Cuando nacemos, lo hacemos sin limitaciones ni barreras, sólo con el deber de respetar lo que debe y tiene que respetarse y se va a aprendiendo con el paso de los años. A diario, escuchamos tantas cosas de nuestros semejantes, infundadas por diferencias enfocadas en la raza, la edad, el sexo u orientación sexual, las creencias y religiones, el estatus social, las afiliaciones políticas partidistas, en fin, por tantos factores y variantes que muchas veces, en vez de acercarnos, nos alejan. Déjeme comentarle, que de su parte, hermosas palabras, muy sentidas, muy creídas, muy apegadas a su realidad, que es la de muchos que como usted, creyeron en algo, por referencias, pero luego han tenido la oportunidad de vivirlo, comprobarlo o corroborarlo. ¡Enhorabuena! ¡Éxitos infinitos!