Pillqu, quipucamayoq del Inca Atahualpa

in #espanol6 years ago

Introducción

El imperio incaico, llamado por sus habitantes y gobernantes Tahuantinsuyo[1], fue probablemente la civilización más desarrollada de América hasta la llegada de los españoles. A diferencia de los aztecas y mayas, esta civilización andina logró construir un imperio unificado bajo el mando de un único gobernante. Su sistema de gobierno era centralizado en la figura del Inca [2], el dios-monarca absoluto, quien desde Cuzco gobernaba un extenso territorio que iba desde el Ecuador hasta el norte de Chile. Lograron, además, asombrosos avances en materia de agricultura, urbanismo, arquitectura y ganadería. No sorprende, por lo tanto, encontrar entre este pueblo una figura genial como Pilco (o Pillqu), maravilla propiciada por los recientes hallazgos en los departamentos de Cuzco y Puno.

Los quipus

El quipu[3] fue un instrumento de almacenamiento de información y contabilidad ampliamente utilizado por las antiguas civilizaciones andinas. Consta de una cuerda principal, sin nudos, de la cual dependen otras de diversos colores, formas y tamaños, las cuales generalmente contienen nudos. Los colores identifican temas y los nudos identifican cantidades. También existen cuerdas terciarias que no se desprenden de la cuerda principal, sino de las secundarias. El más antiguo, encontrado en 2005 en las ruinas de Caral, está fechado aproximadamente del año 2500 a.C. y se asoció a la cultura Huari[4]. El virrey español Francisco de Toledo incorporó, entre 1570 y 1581, su uso en el sistema administrativo del Virreinato, época en que también eran frecuentemente utilizados en el culto católico para memorizar las oraciones y recordar los pecados en la confesión, hasta que su uso fue prohibido en 1583 en el III Concilio de Lima[5]. Pese a ello, los indios siguieron usándolos como herramienta mnemónica en el rito confesional católico, según lo atestigua el párroco de Andahuaylillas, Juan Pérez Bocanegra, en un texto de 1631[6]. En el imperio incaico, estos instrumentos eran manejados y custodiados por administradores expertos en su uso, llamados quipucamayoc[7], quienes eran los únicos capacitados para descifrar estas herramientas y autorizados a enunciar su contenido. Estos expertos ocupaban un alto rango en la jerarquía administrativa incaica, una posición análoga a la de tesorero o ministro de hacienda, y no rara vez pertenecían al mismo linaje del Inca.

Burns Glynn (2002)[8] sostiene la hipótesis de que se haya utilizado también como un sistema gráfico de escritura. Su esquema de notación numérica ha sido amplia y detalladamente estudiado por Urton (2012)[9]. Se sabe de su uso contable, para registro de censos y cosechas, pero se investiga su utilidad como sistema mnemónico y de representación linguística. En un estudio publicado por Saez-Rodríguez (2012)[10], se identificó su uso para registrar coordenadas correspondientes a un mapa estelar en dos dimensiones indicando la posición exacta de las estrellas más brillantes del racimo de las Pléyades.

Lo que se sabe de la vida de Pillqu

Pillqu (del aymara, "amante de la libertad") nativo del hanansaya[11] de Lupaqa, un huamani[12] del Collasuyo[13], fue uno de los quipucamayoq del Inca Atahualpa. Casi nada se sabe sobre su infancia y juventud, salvo el hecho de que nació en la región de Lupaqa en lo que hoy es el pueblo de Chucuito, alrededor del año 1470, y que ahí vivió hasta mediados de los 1500 cuando se trasladó a la capital del imperio. Apenas se sabía de su existencia hasta recientes descubiertas arqueológicas en Piquillacta[14] y Chucuito.

La primera mención del contador incaico la encontramos en el Codex Piquillactensis descubierto el 2014 por Heinrich Kauffmann Reiche[15], una breve relación de los miembros del gobierno del último inca. Al parecer escrito a mucha prisa, se especula que el documento fue encargado por los conquistadores españoles como una forma de identificar las autoridades políticas, religiosas y militares del tambaleante imperio incaico, ya sea para someterlas a la corona española en calidad de vasallos, ya sea para perseguirlas y ejecutarlas. El documento, escrito en español muy crudo, se encontró cerca del cuerpo de un chasqui[16] que murió en las ruinas de Piquillacta de una herida de espada. Peritos de arqueología forense establecieron que el chasqui probablemente huyó de sus captores españoles llevando el documento, lo ocultó en las ruínas, luego fue encontrado por un perseguidor español quien lo asesinó. Se especula que fue asesinado por ocultar el documento y rehusar revelar su ubicación. El desconocido héroe prehispánico habría sacrificado la vida para proteger lo que quedaba del gobierno incaico.

El documento dejado por el chasqui es relativamente sencillo y consta de una sola página que contiene un listado de nombres de miembros de la élite incaica, acompañados de sus respectivos rangos y puestos, y local de origen. Encontramos a "Pilqo, ministro de asienda de el inga Ataoalpa, nasido en Lopaca" junto al nombre de otros quipucamayoq, quienes aparecen listados alternadamente y de forma no estandarizada como ministros de hacienda, contadores o tesoreros. Es probable que su posición como conocedores del origen de los recursos del imperio hubiera despertado el interés español, quienes tenían la esperanza de encontrar grandes cantidades de metales preciosos en algún almacén imperial. El documento ha sido fechado entre 1528 y 1536[17].

Se creía que Pillqu había muerto durante la toma y saqueo de Cuzco en 1533 hasta que recientes excavaciones encontraron su casa y sus restos mortales en Chucuito (Lupaqa). Al parecer, Pillqu desertó la resistencia incaica y se retiró a su tierra natal, no se sabe exactamente con qué objetivo. Lo cierto es que su muerte fue violenta: ya contando más de 60 años, fue asesinado en su casa por armas sin lugar a duda de fabricación incaica. Su cuerpo permaneció ahí, sin enterrar, soterrado bajo las piedras de su casa, que fue tumbada por manos humanas. En sus manos, se encontró uno de los objetos más característicos de la cultura incaica: un quipu.

Los quipus de Pillqu

El quipu conservado junto a los restos de Pillqu era similar a muchos otros: contenía un registro de bienes materiales diversos (ganado, lana, chuño, charque, bronce, tierras), pero se diferencia en que las cantidades son mucho más pequeñas que aquellas documentadas en los demás quipus, lo que llevó los investigadores a la conclusión de que se trataba de una relación de sus propiedades. El quipu también contiene lo que parecen ser coordinadas dentro del sistema de Ceque[18] y un nombre personal, probablemente la ubicación y el nombre del custodiador de su tesoro personal.

Pero se encontró mucho más que eso en la casa de Pillqu. En diversas habitaciones hay restos de otros tantos quipus, partes de juguetes de madera, lo que parece ser un área de fabricación de resinas y un mueble que describiremos más adelante. Los demás quipus de Pillqu, sin embargo, presentan muchas diferencias, o más bien innovaciones, frente a los demás quipus usualmente encontrados y estudiados en Perú. Al parecer, Pillqu concibió un modo de clasificar una serie de informaciones tales como regiones administrativas (suyos[19], huamanis, sayas, aillus[20]), productos de la economía incaica (maíz, papa, lana, ganado, zapallo, cobre, etc), personas importantes (gobernantes, líderes religiosos y militares) y eventos históricos (ascensiones y deposiciones de gobernantes, nacimiento y muerte de un Inca, inicio y fin de conflictos militares con su resultado, etc.) usando identificadores numéricos. Si transcribiéramos sus quipus y los dispusiéramos en tablas, tendríamos el equivalente precolombino de una base de datos. El extraordinario estado de conservación de sus quipus se debe al tratamiento con un resina vegetal, cuyo origen y elaboración todavía están bajo análisis.

El más largo de sus quipus tenía más de 55 cuerdas secundarias, 660 cuerdas terciarias, 20.242 cuerdas cuaternarias y otras tantas quinarias, y parece recontar la historia del Imperio Incaico desde su fundación por Pachacútec en 1438 hasta el final del reino de Túpac Yupanqui en 1493. La cuerda principal funciona como el eje de una línea de tiempo, y cada cuerda secundaria representa un año. A cada cuerda secundaria, están vinculadas 12 cuerdas terciarias representando un mes. A cada una de estas 12 cuerdas terciarias, se vinculan 30 cuerdas cuaternarias muy delgadas y ligeras representando un día, de modo que tenemos fechas con precisión de días. A estas cuerdas cuaternarias se vinculan hilos más finos, las cuerdas quinarias, que representan eventos históricos. Un extremo de la cuerda quinaria se vincula a su fecha de inicio y, si el evento representado duró más de un día (por ejemplo, el tiempo de gobierno de un Sapa Inca), el otro extremo se vincula a la cuerda quinaria que representa la fecha de finalización del evento. Un hilo que tiene una fecha de inicio, pero cuyo extremo no está atado a ninguna otra cuerda, representa también un evento aún en curso, como el hilo más largo que representa la existencia del mismo Tahuantinsuyo. La diferencia entre el evento de un día y el evento que sigue en curso es la longitud del hilo, el primero siendo mucho más corto.

Los colores de las cuerdas e hilos sirven para indicar el tipo de evento histórico de que se está tratando: amarillo para el gobierno de un Inca, rojo para un conflicto militar, etc. Al hilo quinario se pueden aún encontrar nudos que dan más detalles sobre el evento en forma de notación numérica, como por ejemplo el resultado de un conflicto militar (victoria, derrota, acuerdo de paz) o el nombre del Inca en el gobierno. Para esta última tarea, Pillqu creó un sistema de notación que representa los sonidos del quechua con números. Tan pronto se descifre por completo, la línea de tiempo de Pillqu nos dará acceso a un conocimiento enorme e inédito acerca de la historia del Perú prehispánico. El material se encuentra bajo estudio de un equipo conformado por expertos del MNAAHP[21], del IAP[22] y de la UNMSM[23].

Esto, sin embargo, no es lo más curioso que se encontró en la casa da Pillqu. En una de las habitaciones se ha encontrado una estructura en madera semejante a cajones apilados, al parecer, cumplía la función de almacenar quipus. Cada compartimiento tenía en su exterior un hilo muy simple, con notación numérica en forma de nudos. Este número, se cree, identificaba el cajón o más bien el documento (el quipu) que éste contenía, como los cajones numerados de un fichero. Añade a lo curioso de este objeto el hecho de que varios otros, idénticos, se han encontrado en pueblos vecinos. De lo que se pudo recuperar, pese al estado de descomposición de parte de los materiales, se concluyó que los quipus son copias exactas los unos de los otros, de modo que el quipu #1 de un fichero de un pueblo es exactamente igual al quipu de mismo número encontrado en el fichero de otro pueblo y así para el #2, el #3, y así por delante. Los quipus contienen información variada, mayormente censos de población y recaudo de tributos locales. Si el quipu era un tipo de base de datos primitiva, este mueble era su servidor. Las copias distribuídas en la región servirían como una forma de respaldo de la información. Sin embargo, otro hallazgo arqueológico vendría a dar más claridad al tema.

Las invenciones

Luego de la conquista, un cronista nativo local recopiló parte de la tradición oral y datos biográficos de diversos habitantes importantes de Chucuito en el Codex Lupanqensis[24]. Para algunas entradas no hay más que una corta nota sobre relaciones familiares y rango social, pero para otras tenemos una relación más detallada de sus funciones y contribuciones, algo así como una relación de los héroes y celebridades locales. Afortunadamente, Pillqu figura en esta categoría como un creativo inventor. El cronista atribuye a él la invención de juegos matemáticos, juguetes de madera, resinas impermeabilizantes y un sistema de notación alfanumérico inventado para ayudar poetas y sacerdotes a memorizar sus textos y rituales, además de un mueble especial para almacenar quipus. La crónica refiere que Pillqu tenía dos grandes aspiraciones: la primera, difundir el arte de trenzar e interpretar los quipus a la población común; la segunda, aumentar la eficiencia del gobierno en la contabilidad y verificación de censos y recaudos.

Según el cronista, Pillqu defendió la idea de que no bastaba que un quipucamayoq censara todos los pueblos de su región, sino que cada huamani debería contar con un quipucamayoq. Los quipucamayoq se turnarían entre huamanis censando los pueblos y verificando el trabajo del quipucamayoq anterior, manteniendo cada uno de ellos una copia completa de los quipus de todos los pueblos. Cuando el encargado del Inca visitara la provincia, podría confirmar que todos los quipus eran idénticos, así asegurando la veracidad de la información contenida en ellos. Si un quipu fuera adulterado después de la toma del registro, al compararlo con las demás copias se descubriría de inmediato el fraude. Si, por el contrario, hubiera diferencia entre los bienes recaudados y los reportados, la comparación con los quipus indicaría que la diferencia no se debía a un error del quipucamayoq, sino del qollcacamayoq[25], encargado de custodiar y distribuir los recaudos. Al parecer, los muebles encontrados eran el repositorio de registros del sistema inventado por Pillqu, quien experimentó con ellos por un par de años antes de trasladarse a la capital del imperio. Todavía es un misterio quienes habrán cumplido la función de los quipucamayoqs adicionales, necesarios para el buen funcionamiento de su sistema.


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NOTAS:

[1] Tahuantinsuyo: del quechua Tawantinsuyu, "las cuatro regiones".

[2] Inca: del quechua inqa o inka, era el título del soberano del Imperio Incaico. Era considerado descendiente directo del mismo dios Sol (Inti).

[3] Quipu: del quechua khipu, "nudo, atadura". Un arreglo de cuerdas de algodón amarradas a una cuerda principal. Las cuerdas contienen nudos en forma de notación numérica, de modo que indican cantidades de cosas como lana, maíz, papas, ganado camélido, poblaciones, etc. Los incas las utilizaban como instrumento de almacenamiento de información relativa a censos poblacionales y recaudos de tributos.

[4] Shady, Ruth y Christopher Kleihege (2008) Caral, la primera civilización de América. Lima: Universidad de San Martín de Porres, Logicorp.

[5] Tercer Concilio Limense, 1582-1583 : versión castellana original de los decretos con el sumario del Segundo Concilio Limense. Lima : Facultad Pontificia y Civil de Teología de Lima, 1982.

[6] Juan Pérez Bocanegra, Ritual formulario. Lima, 1631.

[7] Quipucamayoq: del quechua khipu kamayuq, pl. khipu kamayuqkuna, "el responsable de los nudos". Era un puesto administrativo en el imperio incaico análogo al de un contador público, encargado de la hacienda.

[8] Burns Glynn, William (2002). Decodificación de Quipus. Banco Central de Reserva del Perú - Universidad Alas Peruanas.

[9] Urton, G. & Clindaniel, J (2017). Quipus de Pachacamac: hacia la estandarización de las convenciones de signos en el Tawantinsuyu.

[10] Saez-Rodríguez, A (2012). An Ethnomathematics Exercise for Analyzing a Khipu Sample from Pachacamac (Perú).

[11] Saya: del quechua saya, "valle". Subdivisiones del imperio incaico que en conjunto formaban un huamani. Los sayas eran generalmente dos: hanansaya o "sector de arriba", y hurinsaya o "sector de abajo".

[12] Huamani: del quechua wamani, "provincia". Subdivisiones del imperio incaico que en conjunto formaban un suyo. Cada huamani se dividía en sayas.

[13] Collasuyo: del quechua Qulla suyu, "región de los collas". Una de las cuatro grandes divisiones del imperio incaico (suyo, suyu). Correspondía a la extremidad suroeste del imperio. Los demás suyos eran Chinchaysuyo (noroeste), Contisuyo (oeste) y Antisuyo (nordeste).

[14] Piquillacta: del quechua Pikillaqta, "pueblo de las pulgas". Ruínas de una antigua ciudad de la cultura Huari. Hasta donde están de acuerdo los académicos, se encontraba abandonada desde hace siglos a la llegada de los españoles.

[15] Reiche, K. Heinrich (2015). Codex Piquillactensis: transcripción y análisis del manuscrito CPPA0174. Universidad Nacional de San Marcos - Technische Universität Dresden.

[16] Chasqui: del quechua chaski, "mensajero, postillón, correo". La espina dorsal de la comunicación en el imperio incaico, los mensajeros traían y llevaban a pie mensajes de un tambo (estación) a otro.

[17] Casana, Julio W. R. (2015). Datación por radiocarbono del manuscrito CPPA0174. Universidad Nacional de San Marcos - Technische Universität Dresden.

[18] Ceque: del quechua siq'i, "línea" eran líneas que partiendo de la ciudad del Cuzco, servían para organizar los santuarios o huacas de los alrededores, constituyendo un complejo sistema espacial religioso. Las líneas estaban estrechamente relacionadas con la astronomía, ya que cada huaca se conectó con cuerpos celestes tales como nebulosas negras, estrellas y planetas.​

[19] Suyo: del quechua suyu, "província". Cada una de las cuatro regiones del Imperio Incaico. Están dispuestas alrededor de la capital imperial, Cuzco. Cada suyo se dividía en huamanis.

[20] Aillu: del quechua ayllu, "comunidad". Cada una de las comunidades familiares locales que componían el saya.

[21] MNAAHP - Museo nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú

[22] IAP - Instituto Arqueológico del Perú

[23] UNMSM - Universidad Nacional Mayor de San Marcos

[24] Larco, Ruth (2016). Codex Lupanqensis: analysis of manuscript CPPA0151. University of Massachusetts.

[25] Qollcacamayoq: del quechua qullqa kamayuq, pl. qullqa kamayuqkuna, "el responsable de los almacenes". Era un puesto administrativo en el imperio incaico, responsable por la administración de los albergues (tambo, tanpu) y almacenes públicos (qollca, qullqa).



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