A diferencia de otros grupos, en el mío ya se han desbloqueado casi todos los niveles de confianza. Val, Rey y yo somos amigos desde que nos conocimos en el primer semestre y hemos pasado por muchísimas cosas e incluso vivimos juntos un tiempo mientras rotamos por cirugía, luego de seis años puedo decir que somos no menos que hermanos.

Por supuesto que con esta experiencia también he desarrollado cierta familiaridad con mis otros seis compañeros, y muchas de las personas que hacen vida en el hospital aunque realmente no tiene comparación.

La pasantía me ha dado nuevos vecinos que me adoran, tías que me saludan y bendicen como si me hubieran criado y personas que me cuidan y consienten como si fuera una hija más, lo que también me ha ayudado un poco a adaptarme y a no extrañar tanto mi casa.

En cuatro meses la tía Marina JAMÁS me ha dejado salir de casa sin un desayuno decente.

Pero hace más de dos meses supimos lo que ha sido una de las bendiciones más grandes que he recibido, tres personas empezamos nuestro proyecto de tesis pero para hoy somos cuatro corazones trabajando: Mi amiga Valeria está esperando a su primer hijo.

Desde que lo supimos nos sentimos más unidos que nunca, fuimos padrinos de su boda y estamos peleando por los puestos como padrinos del bebé. Todos morimos de amor viendo crecer su vientre semana a semana y la alegría vendrá junta porque su fecha probable de parto está pautada para unas pocas semanas luego de nuestra graduación.

En la boda de sus papis. 13 semanas tenía para ese momento la criaturita.

Cada día me siento más agradecida de tener esta oportunidad y de haber llegado en este momento, de haber coincidido con estas personas que no han hecho más que aportar luz a mi camino...

La familia crece... ¿Y donde queda la tesis?

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fotografías personales del autor.