Mayo, mes de regalos y atenciones

Cada vez que pasábamos por cierta calle del pueblo, mami giraba la mirada y me repetía: me debes un helado con bolas de diferentes sabores. La dificultad que siempre se presentaba era que había pocos sabores bajos en azúcar, terminaba disfrutando dos o tres. Pero aquella experiencia era para ella placentera. Siempre recordaba las muchas veces que el abuelo la premiaba con su helado favorito cuando ocupaba destacados lugares en la clase.


Mami ya no está, y cuando regreso al pueblo a hacer diligencias y paso por la heladería recuerdo, como de manera repetitiva, siempre decía aquella frase de cajón: “mi vida siempre ha estado ligada a los helados, de niña papá me premiaba con el sabor que tanto me gustaba; cuando me enamoré, a mi esposo se le antojó invitarme un helado; yo le decía: amor antes que nos derritamos, saboreemos un gran helado de aniversario”

¡Ah, si no hay para rosas en el día de la madre, llevarla a comer su helado favorito puede dar resultado!