7 minutos...

in #fuerza-hispana6 years ago (edited)

Aquella mañana era totalmente diferente a todas, la luz del sol entraba por entre las persianas azules que a discreción, dejaban entrar algunos afortunados rayos de luz que morían estrellados contra la cama de Mario; los minutos transitaban como suspiros esporádicos de una estrella agonizante, era el comienzo de un nuevo día y como de costumbre y el vaso de cristal medio lleno seguía en el mismo sitio donde Mario lo había dejado en la madrugada, justo antes de caer sumido en un largo sueño del que ahora parecía no poder despertar; la situación era del todo inexplicable, no había una razón lógica para asimilar de manera coherente lo que estaba atravesando, Mario aterrado contemplaba su propio cuerpo inmóvil en la cama, aun cuando él, hace rato se había levantado.

Minutos antes, descansaba Mario tranquilamente sin imaginar lo que le aguardaba, como cualquier domingo por la mañana el desanimado joven se resistía a despertar, varias veces había logrado abrir los ojos pero al recordar que era día libre volvía a sumirse en su letárgico sueño; el reloj acusaba las 7:21 cuando pudo abrir los ojos por tercera vez, sin embargo, había algo diferente ahora, sin poder diferenciar entre estar dormido o despierto pudo percibir que algo en su cuerpo no era normal, un extraño y a la vez refrescante hormigueo lo recorría de pies a cabeza.

Mario inocente se dedicó despreocupadamente a disfrutarlo, era una experiencia totalmente diferente a cualquier cosa que hubiera sentido antes, podía incluso sentir el viento a través de su cuerpo inerte, su masa física parecía ser sólo un conjunto de sustancia inmaterial, etérea y sin peso alguno, que flotaba libremente en el vacío de la nada, pero sin aviso, y de manera irremediable, en ese instante se sintió caer, ahora el relajante éxtasis que antes llenaba sus sentidos con ese extraño e inexplicable placebo onírico, habíase convertido en pánico; había sido en un efímero instante, despojado de su cuerpo, mientras esa masa semitransparente que era ahora, se desplazaba lentamente hacia debajo de la cama dejando su cuerpo sobre la misma, donde permanecía completamente inmóvil, aunque no por su voluntad.

En su lenta caída, Mario intentaba desesperadamente inventarse una explicación lógica y coherente para la situación en la que se hallaba, algo lo suficientemente creíble como para engañarse a sí mismo y conseguir aferrarse a la esperanza de que todo aquello era sólo el fruto de su inmensa imaginación, entre susurros – Estoy cansado – se dijo – Sólo cerraré mis ojos y entonces en un instante habré despertado – pero todo no era tan fácil como Mario lo dibujaba en su mente, cerró los ojos con tal fuerza que se sintió perdido en la nada, aunque al abrirlos la situación era la misma, no alcanzaba controlarse a sí mismo, se sentía perdido, sin equilibrio para moverse, intentaba en vano flotar de nuevo para volver a donde estaba su cuerpo pero era todo inútil, el tiempo transcurría sin que Mario tuviera éxito en sus intentos de volver a su morada, incluso ahora cada vez que cerraba los ojos se sentía más lejos de sí mismo.

Por ahora lo mejor era no perderse de vista, reuniendo las pocas fuerzas que podía alcanzar en su alarmante estado logró al fin deslizarse hasta salir del espacio abismal y vacío que había debajo de su cama; sin tener noción del tiempo Mario sentía que habían pasado horas enteras, sin embargo la luz que entraba por su ventana seguía teniendo el mismo grado de inclinación y el reloj marcaba apenas las 7:23. Para Mario lo más importante ahora era encontrar la manera de volver a su cuerpo, y ahora en un instante, la solución se dibujaba en su mente muy clara y evidente, si volvía a la cama y se acostaba en la misma posición en la que estaba su cuerpo entonces lograría volver.

Tras dibujar en su rostro etéreo una leve y aterrada sonrisa, y decidido a conseguir volver se dispuso a hacerlo, progresivamente alcanzaba aumentar la velocidad de sus movimientos, pero aún no alcanzaba a ser tan rápido como lo eran sus ideas, le frustraba permanecer en ese estado, incapaz de moverse a voluntad, esa ira que a ratos sentía contra sí mismo, le impulsaba a ganar fuerza y velocidad en sus leves movimientos; una y otra vez intentó acostarse sobre la cama y mantenerse pero su actual estado inmaterial había convertido su deseo en una tarea realmente difícil, sus intentos repetitivos y cada vez más desesperados tenían siempre el mismo resultado, aun cuando lo hiciera despacio y con la mayor de las sutilezas atravesaba su cuerpo y la cama como si sólo existieran en su imaginación; fingía estar calmado, fingía ser optimista, sólo imaginaba que debía encontrar la manera correcta, con algo de práctica sin duda lo conseguiría.

Si bien gracias a su estado los repetidos impactos contra el suelo no le producían ningún tipo de dolor físico era evidente que su cordura estaba siendo progresivamente destrozada; hasta ahora Mario había realizado unos cien o más intentos infructuosos, pero todo se mantenía exactamente igual, incluso el reloj no dejaba de marcar las 7:24 de la mañana. Mario se sentía indignado y confundido, pasaron horas hasta que el reloj se decidió a marcar al fin las 7:25. El tiempo pasaba demasiado lento, a este ritmo tendría que esperar durante días a que alguien de su familia viniera a despertarlo, pero no tendría tanto tiempo.

Muchas veces como cualquier persona, Mario había tenido esa extraña sensación de que alguien caminaba detrás de él, sin que hubiera nadie cuando su valor e ingenuidad le permitían mirar atrás, y esta vez – No es nada – se decía Mario sin atreverse a mirar a ningún lado – Es mi imaginación, tal como tantas veces ha sido, si volteo… ¡Claro! Si volteo podré confirmar que no hay nada detrás de mí – armado de valor, ese valor que caracteriza a quienes se están muriendo de miedo, comenzó a girar el cuello, no había nada a su derecha, eso le dio la seguridad suficiente para ponerse de pie y girar todo su cuerpo hacia atrás – ¡Ves Mario! ¡Ves que no hay nada! – se repetía a sí mismo con una falsa sonrisa de alivio temporal; así, un poco más confiado terminó de dar la vuelta, no había nadie observándolo desde atrás ni a los lados.

Ahora más tranquilo se disponía volver a lo que realmente le interesaba pero aquellos ojos grises de profundidad abismal cortaron el paso a su mirada, su cuerpo inmóvil era sutilmente acariciado por las agrietadas manos de aquella cosa que lo miraba desafiante, era un ser más aterrador de lo que la imaginación podía llegar a inventar; una larga melena blanca llovía sobre un rostro cuyo único adorno eran esos ojos tenebrosos. Mario sintió perder el control de su corazón que se disparó a palpitar cada vez más de prisa, no alcanzaba a realizar ningún movimiento hasta que el silencio fue cortado por la lúgubre voz de la criatura que dijo con aires de victoria – Es la regla inviolable para nosotros quienes caminamos proscritos entre este mundo y el otro, siete minutos de abstención, has de saber que si un alma no regresa a su cuerpo después de siete minutos podrás entrar en su cuerpo… así como yo entraré en el tuyo – tras esas palabras Mario se sintió caer al vacío, el reloj señalaba las 7:27 am.

Más de seis minutos habían transcurrido sin que pudiera escapar de aquella lúgubre pesadilla; ese cuerpo que por derecho le pertenecía y que había sido suyo desde su nacimiento estaba a punto de escapar de sus manos, esa nostalgia y apego a su cuerpo lo llenaron de fuerzas para seguir intentando volver, estaba a punto de arrojarse de nuevo sobre sí mismo cuando notó que aquel espectro que acechaba su cuerpo también se levantaba, pero éste no intentaba arrojarse sobre el cuerpo, simplemente estaba atento sólo a la respiración, sin duda alguna en ello estaba el secreto para entrar, pero sólo había una oportunidad, aquel espectro conocía la manera correcta de hacerlo y Mario, aun sin la experiencia, en el momento en que el espectro se decidiera a entrar debería imitar y aprender sus acciones pero también era necesario que le ganara en velocidad, era sólo un intento, el más mínimo error lo condenaría a caminar entre dos mundos sin poder entrar a ninguno.

Cuando el reloj acusó las 7:28 am. Los labios del cuerpo se abrieron, pero no había en la boca lengua ni dientes, sólo un oscuro vacío que buscaba desesperadamente un alma que lo habitara, el cuerpo se retorcía como quien se asfixia bajo el agua; era ahora la oportunidad, tal vez la única que tendría Mario para volver, en ese momento la criatura juntó sus manos y las acercó a la boca del cuerpo vacío mientras al otro lado, como un espejo, Mario repetía los movimientos que observaba, un gran calor invadió sus manos al acercarlas a los labios abismales, pero antes de saber con certeza si había alcanzado el objetivo una luz brillante lo aturdió hasta el punto de perder toda noción de tiempo y espacio.

A las 7:31 de la mañana, el cuerpo comenzaba a moverse, sus manos apretaban las sábanas con fuerza, como quien ha carecido del sentido del tacto por toda una eternidad, así pues, abrió los ojos, y tras mirar este mundo del que tanto tiempo estuvo ausente susurró – Al fin he vuelto…


Fuente de la imagen: http://ciencia-mental.blogspot.com/2014/04/preguntas-frecuentes-sobre-la.html
Sort:  

Que drama tan horrible, un tiempo verdaderamente eterno, a veces nos pasa, estamos en medio de un sueño donde la movilidad es nula además de desperante, me ha pasado. Éxitos en el conurso, impecable tu relato, felicitaciones.

Esto es ABSOLUTAMENTE EXTRAORDINARIO.

Vibré con ese viaje astral, que por momentos lo percibí como la antesala a la muerte. Yo me convertí en Mario -me metí en la trama- y he revivido las tantas veces que a mí papá lo he visto desdoblarse y ser dos personas a la vez, una sobre la cama, y otra caminando por toda la casa.

Yo también lo hago (viajes astrales) mi papá, que es conocedor del espiritismo (lo practicó en su juventud), me ha enseñado mucho de ese mundo, que me gusta, pero que a la vez me produce temor.

Sinceramente, te felicito. Quedé impactado. No obstante, si el texto tuviera formato, ufff, aunque no le resta el gran mérito que tiene tu relato. Como dicen en mi país: ¡La bateaste de jonrón!

Éxitos y saludos...

Wow, mientras más relatos leo del concurso, mejores se me presentan. Sin duda alguna, este relato me cautivó. Una intriga increíble, una forma de narrar atrapante. Me quedé pegada a la pantalla hasta terminarlo, de verdad me gustó mucho. Hasta ahora, este relato es mi favorito. Te deseo mucha suerte en el concurso, y pues nada, tienes una seguidora más. Espero leerte pronto ;)

Hermano, tu relato esta brutal, realmente.
La manera en la que narras y eso de los 7 minutos me dejaron estupefacto.
Bienvenido a la plataforma, tienes mucho futuro.
Éxito en el concurso, de momento tu participación califica entre las mejores a mi parecer, todo esta muy bien llevado.
¡Saludos!

Hola @hyro, excelente tú relato, me gustó bastante, la forma de narrar estuvo brutal, de verdad me gustó mucho, te deseo lo mejor.

Inefables éxitos.

Extraordinaria narración y sobre un tema que no he leído mucho. Te felicito.
Para que los párrafos te queden más bonitos, después que terminas tu publicación, pinchas en Markdown, aparecerá Editor.
Ahí vas a a escribir:

(Al inicio del párrafo).
(después del punto final)

Que sigan los éxitos y te sigo.
NOTA: SE BORRAN LOS CODIGOS AL PUBLICAR.
Búscame en Discord para explicartelo.