(im)precisiones sobre el futuro

in #futuro6 years ago

Nunca veremos el futuro. Y esto no es un hecho fatalista, sino realista. El concepto de futuro nos lleva a un punto en el tiempo más adelante del que vivimos. Lo que viene después del presente.

Pero el presente siempre será el presente, lo que vivimos ahora. Nadie, que se sepa, ha logrado salirse de su presente para conocer su futuro. En todo caso, si lo hace, tendría que ser un observador pasivo, que no opina, ni interviene. De lo contrario, estaría participando en su presente de aquel futuro.

Pero, ¿cómo viajar a un lugar que no existe? El espacio donde se desarrollará el futuro no está creado, así como el espacio donde ocurrió el pasado ya se cerró. Solo está abierto el obturador del presente. Significa que quien vaya al futuro, o al pasado, caerá en un vacío de tiempo-espacio eterno.

No podemos ir al futuro, pero podemos imaginarlo, soñarlo. La literatura de ciencia ficción nos ha dado grandes obras para deleitarnos y en algunos casos las predicciones que hacen los autores pueden llegar a ser realidad. Otras terminarán siendo descabelladas.

Desde niños nos hablan del futuro. Siempre se nos pregunta qué queremos ser cuando seamos grandes, y se supone que eso ocurrirá en el futuro, pero cuando ya somos grandes, eso no es el futuro, sino el presente.

Es evidente que el tiempo no es estático. Es como un tren que va siempre adelante, que no permite regresar a una estación ni conocer cómo será la próxima antes de llegar a ella. Y todo se observa desde la ventana. El vagón que ocupamos es el presente. Por más que la locomotora se desplace a gran velocidad hacia el futuro nunca lo alcanzaremos, y lo que ayer era el presente, ahora es pasado; y lo que esperábamos como futuro, mañana, es sólo otro presente.

El futuro de cada uno de nosotros comenzará cuando estemos muertos. A partir de la desaparición física de la persona es cuando podrá existir su futuro, porque ya terminó el presente.

Entonces el futuro es un mero concepto, un espacio intangible e inexistente. Un punto hacia adelante al que nunca se llega, que frustra y a la vez ilusiona.


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