Soplos.
He tenido suficiente de mi tiempo a solas,
las migajas de mi vida no pueden ser
el centro de la misma,
y tampoco invito a mi rehabilitación
de escritura;
mi imaginación parece estar
viviendo una época de invierno.
Necesito lo vivo de la volatilidad
de mis antiguos hábitos,
o bien los afiches del sendero en el camino;
en estos tiempos me siento algo perdida.
Creo que sentada físicamente aquí
en mi patio, quiero entender
cuando las hojas caen y al
mismo tiempo pueden ser elevadas.
Quizás mejores destinos se asoman,
como cuando estas son tomadas
para cubrir una portada de un hermoso libro,
luciendo frente al mundo lo maravilloso
de su forma, color y sin ocultar lo frágiles
que se convierten con el tiempo.
Su imponencia es admirable.
O quizás los soplos del viento solo
las reúnen junto a las demás,
esperando a que se conviertan en
descompuestas y unidas al fragante
aroma de la tierra húmeda.
Su olor es vibrante.
Siento no ser una hoja
con tan lúcidos destinos;
y menos ser quien espera
los soplos del viento,
tampoco ser el suelo
tropezante y estable.
Siento ser un alma libre,
que vive batallas profundas
con fuerzas interiores que atan
y desnudan sueños,
pero que a plenos mordiscos el tiempo
le pasa inadvertido.
Siento vivir ahora,
en una etapa congelada...
Esta publicación ha sido seleccionada para el reporte de Curación Diaria.
¡¡¡Felicidades!!!