Google: la idea del trillón de dólares.

in #google7 years ago

Soñaron algo grande: organizar toda la información de internet y dio por resultado el motor de búsquedas más usado del globo. Una compañía con oficinas en 40 países alrededor del mundo y un manejo de 100.000 búsquedas al mes.


Serguei Brin nació en Moscú, Rusia, en el año 1973. Sus padres emigraron a Estados Unidos con la esperanza de conseguir una sociedad con mayores posibilidades de progreso. Y no fue de sorprender que el hijo de la investigadora del Goddard Space Flight Center de la NASA, Eugenia Brin y del profesor de Matemáticas en la Universidad de Maryland, Michael Brin; terminara licenciándose con honores en Ciencias Matemáticas y Ciencias Informáticas en la Universidad de Maryland. Tenía buen carácter, amor por los números y sus propias opiniones respecto a las cosas. Y eso sí, cuando tenía una meta no le gustaba darse por vencido sin antes haberla cumplido.
-Google Inc. no existe, ni existirá porque no podemos cobrar el cheque de Andy Bechtolsheim. –dijo con pesar un joven Serguei Brin apretándose el puente de la nariz. Después de los grandes obstáculos que tuvieron que pasar para hacer su sueño realidad, este nuevo percance lo hacía sentir que se hundía en un mar de males sin poder patalear. Hoy era él el negativo y eso hizo sentir desconfiado a Larry también.
Esta vez no hubo una rápida respuesta sarcástica de parte del veinteañero Larry Page. Larry lo miró con preocupación y esa mirada le trajo el recuerdo de su catastrófico primer encuentro. Hacía varios años desde que había conocido a Larry y ahora le resultaba paradójico como transcurrieron los acontecimientos, sobre todo al respecto de ese chico con quien se llevó tan mal desde el principio, cuando comenzó el postgrado en Stanford. Le pareció tan petulante aun cuando él había sido un mar de simpatía. Recordaba la desagradable discusión acerca de planificación urbana, y al hacerlo sonrió.
Larry era desconfiado y por eso era difícil ayudarlo, siempre estaba hablando de Tesla y decía que lo más importante era cuidarse de los Thomas Edison. Brin conocía la historia de Tesla y sabía cómo lo había marcado esa historia. Tesla era un genio, hablaba 8 idiomas, era un gran inventor y tenía una memoria fotográfica de envidia, pero Nikola Tesla era malo en los negocios y un ingenuo. Lo más probable es que al final de su vida nadie supiera quien era, tuvo que cavar zanjas para sobrevivir y un muy astuto Thomas Edison se había hecho de su invento. Sin embargo y a pesar de los pronósticos, ese día Larry dijo:
-Estuvimos juntos en Digital Library Project –dijo Larry desde su computadora en un salón en Stanford, donde comenzaron el proyecto del algoritmo de la búsqueda de datos. Larry tenía una idea de tecnología organizativa a la que llamaba PageRanke -. Unirnos para terminar Backrub no quiere decir nada.
Brin se rio con todos los dientes, le parecía que a Larry estaba aceptando su asociación en Backrub. Larry pareció darse cuenta del pensamiento de Brin así que continuó:
-Me gusta como irrumpes en clases y oficinas sin siquiera pedir permiso –le respondió y señalando con el dedo mientras se acercaba – Eso, amigo mío, será importante cuando tengamos que pedir permisos y dinero. Además, parece que nunca se te acaban las baterías. Realmente no sé cómo siempre tienes energía.
Aunque Larry sabía que Brin no sólo se había graduado en ciencias matemáticas e informáticas, otra de las ventajas de trabajar con el ruso era que tenía un master honorario en administración de empresas.
-Pienso que sería bueno probar Backrub en la universidad –dijo y así fue, Stanford probó como primicia la versión primitiva de google.
Gracias a una beca de la National Science Foundation estudiaba en esa universidad donde compartió con Larry un intenso interés por la compleja y primitiva World Wide Web. La tesis de Larry Page casualmente, trataba un tema interesante en el cual el mismo se zambulló de forma tal que terminó siendo su coautor. Y se inició con el proyecto de una biblioteca virtual, una organización de la red de redes. Trabajando los dos y complementando las labores de cada uno. Larry en el diseño web y Brin en el tratamiento de datos. Y aunque discutían como perros y gatos, Brin no recuerda ninguna vez en que quisiera dejar a Larry y correr tras uno realidad más sólida, o aparentemente más sólida.
En 1996 empezaron a desarrollar Backrub, el antecesor de google. Estaba escrito en Java y Python y corría sobre varias máquinas. Aunque la base de datos estaba en una computadora Sun Ultra II con 28 Gb de disco duro. Era un trabajo duro pero apasionante, clasificar todas las páginas de acuerdo al número de estas que se relacionaran entre sí y sus consecuentes visitas. Sergei era bueno y amaba las matemáticas, así el diseño de PageRank fue su momento. No por nada había trabajado en Wolfram Research, hablando de Mathematica. Pero, ciertamente el trabajo de Backrub era muy absorbente y hasta la universidad empezó a ser una dificultad.
-Dejémosla –dijo Larry, aunque Brin sabía que le carcomía la conciencia llevar a cabo ese acto porque tenía pensado terminar el doctorado en homenaje a su padre.
-Vale la pena –afirmó Brin, sin embargo.
A veces un hombre tenía que hacer lo que tenía que hacer y seguramente, el padre de Larry estaría más feliz con hijo que había cumplido su sueño mega- ambicioso, ese era un mayor homenaje.

  • ¿Y con qué dinero trabajamos? –preguntó Larry, el chico hijo de la pareja de profesores de computación de la Universidad de Michigan.
    -Para eso sirven las relaciones sociales –respondió Brin -. Profesores, familiares y amigos. ¿No lo dijiste tú?
    Ambos rieron, y ciertamente, en los comienzos del motor de búsqueda fue costeado por profesores, familiares y amigos a los que le solicitaron ayudas económicas; estas seguramente superaron el millón de dólares. Tenían que ser optimistas, a veces no lo eran, pero estaban más tiempo pensando en datos y en matemáticas para Backrub que en estadísticas de fracaso, eso era una total perdida de tiempo.
    -Backrub, The Anatomy of a Large-Scale Hypertextual Web Search Engine y después consigo trabajo en Yahoo –rio Larry.
    -O AltaVista –le siguió Brin y para ese momento todo le pareció bastante lejano.
    Si terminaba bien Google le vendían la idea a algún gigante del internet y luego tendría un excelente trabajo, de verdad aspiraba a Yahoo o AltaVista y sabía que Larry pensaba del mismo modo. En cierto modo, esas aspiraciones le parecían ambiciosas.
    Google, les gustaba como sonaba Google, sonaba a googol y eso hablaba de muchos ceros, perfectos para lo que trataba el proyecto. 1 tras 100 ceros de información organizada. Le iba más que Backrub y PageRank que ahora sería el corazón palpitante del cuerpo de Google. Finalmente, el año pasado, en 1997 registraron el dominio como google.com.
    Algunas empresas se mostraban interesadas por su proyecto, pero ninguna propuesta terminaba por complacerlo o si quiera convencer a ninguno. Entonces decidió Larry instalar su propia empresa en su dormitorio, la de Brin que estaba al lado terminó por ser la oficina de finanzas. Pero tener millones de bytes en movimiento no es fácil y el financiamiento de amigos, conocidos y familia se estaba quedando corto. En ese momento de desesperación fue cuando apareció Andy Bechtolsheim, cofundador de Sun Microsystems y vicepresidente de Cisco Systems, quien sacándole las patas del barro les ofrece, firma y entrega un cheque de 100.000 dólares a nombre de la empresa Google Inc. No cabían en la felicidad, aquello era lo mejor que les podía pasar.
    -¿Y si hacemos una empresa incorporándonos en un garaje? –dijo y aquel fue el comienzo de esa gran aventura.