Caminantes
Pasan los días y continuamos caminando,
como peregrinos,
por las calles desoladas de la memoria.
No hay nada que recordar.
La tristeza ha borrado los recuerdo de un ayer marchito,
necesarios para seguir adelante.
Lágrimas recorren nuestras mejillas, y no sabemos porqué.
Tarde o temprano la noche que nos agobia,
terminará por arroparnos para siempre.
Quizás otros caminantes tengan más suerte
y puedan descubrir, guardados en el polvo de la conciencia,
los recuerdos necesarios para entender la vida.