Historias de Fantasia Epica
Hola a todos, me presento a Uds. Mi nombre es Ernesto y soy un escritor novicio el cual si Dios me lo permite publico mi primer libro en el próximo mes, se base en un mundo de Fantasía Épica el cual trabaje desde los años 90, gracias al animo de mis amigos que han seguido mis historias y son fanes de mi mundo he decidido dar el gran paso del registro, diseño y publicación de mi libro el cual les confieso ha sido muy difícil dada la terrible situación socio-económico que atraviesa mi país Venezuela lo cual me obligo a emigrar a Colombia en busca de mejores oportunidades.
La presente es para Darles gracias a todos los que lean las historias cortas que escribiré en la comunidad de Steemit las cuales serán un complemento para la ambientación de la saga de libros que pienso escribir, por recomendación de mi editor no pudo revelar el nombre del libro ni de la saga hasta que los derechos de autor me sean adjudicados, por tal motivo les pido disculpas, pero a las nomas los derechos de autor me sean adjudicados les subiré la portada del libro y la prólogo del mismo.
Sin mas les presento la primera historia.
“SIRGEL”
Era el día londart XXXI del mes Black del año de la Espada cuando sobre una pequeña loma ubicada al este de una de las carreteras principales que conducía a la ciudad de “Vivar” (para muchos la capital de la zona neutral de los reinos), estaban un pequeño grupo de aventureros terminado de enterrar a un compañero caído, aunque el sol brillaba alegremente sobre sus cabezas y una suave brisa de la primavera acariciaba sus rostros, el grupo de aventureros sentía como si se tratara de un horrible día de invierno en las llanuras blancas del reino de cristal ya que un buen amigo había perdido la vida por un cofre lleno de gemas las cuales habían sido robada por el que fue un “Compañero”, Lornar era el nombre de ese canalla traidor el cual no solo robo el botín que tan duramente pelearon contra unos saqueadores de camino, si no que mato a un muy querido miembro del equipo, que según Jaidern el explorador murió degollado mientras dormía.
-Esa no es forma de morir- rompe el silencio Gabriel el clérigo de Lemystral la diosa de la magia mientras se pone de pie después de ver pedido en silencio por la paz del alma de su compañero caído, -después de casi 5 años de aventuras, con ese botín nos hubiéramos retirado-
-No, no es justo- dice Sart el delgaducho juglar el cual estaba tan triste que no quiso tocar con su flauta ninguna tonada.
-Yo digo que vallamos tras el- Jaidern señala al suelo mientras continúa hablando -Solo nos lleva dos horas de ventaja, además el cofre es pesado-
Corberts el barbárico guerrero del reino del Oeste que había estado callado al lado de su gran espada de casi dos metros clavada en la tierra toma la palabra -de donde yo venir, castigar al traidor, cortando cabeza y bolas para dar de comer a buitres-
- ¡Pueden dejar de hablar de venganza! - levanta la voz molesta Yannmir la cual con sus ojos verdes claros que no paraban de brotarles las lágrimas en señal del dolor que sentía ya que al que habían matado era su hermano y su asesino Lornar era su prometido, luego de dedicarles una mirada acusadora decide taparse la cara con la capucha de su capa y luego dice -La venganza no es lo nuestro-
- ¿quieres que se quede impune solo por ser tu amante? – la recrimina Jaidern el cual levanta su morral, se lo pone en el hombro después recoge las flechas con su arco y camina en dirección hacia donde estaba el rastro de Lornar.
- ¡No vuelvas a acusarme de esa forma! ¡TU…! – y antes de que dijera algo, siente una mano en su hombro apaciguadora, su amigo Gabriel el clérigo del grupo hace un delicado gesto para que guarde silencio.
-Te entiendo- dicho eso voltea para decirles a todos - ¡La venganza no es lo nuestro! - hace una pausa - ¡La justicia, ese es el camino que siempre hemos tomado, Y se los juro por Lemystral que Lornar pagara dentro de la justicia lo que ha hecho! – luego de sus palabras recoge su bolso de medio lado con sus objetos y un bastón de madera que era su arma para luego caminar en dirección por donde iba Jaidern el explorador del grupo.
Todos en silencio recogen sus pertenencias y dejan atrás la recién creada tumba de su compañero caído para ir tras el traidor de Lornar el cual según Jaidern debería tener cuando mucho dos horas de ventaja, siendo media mañana le sería muy fácil seguirlo y alcanzarlo; Yannmir caminaba atrás del grupo no por que fuera la mas lenta, ni por que quisiera estar alejada de ellos, caminaba atrás por que las lagrimas no le dejaban ver bien el camino y no quería que la escucharan sollozar, ya que siendo la única mujer que estaba dentro del grupo siempre la trataban con cierta delicadeza, cosa que le molestaba de verdad ya que en mas de una ocasión ella había combatido hombro con hombro con ellos para salvar su vida y la de sus compañeros. Pero su parte de mujer la hacía sentirse vulnerable ante estos acontecimientos los cuales cambiaron su vida de la noche a la mañana literalmente.
Al pasar otra loma, el grupo divisa la carretera principal que venia del sur por las cordilleras de el “Valle de las Lágrimas” y se dirigía rumbo al Norte a la gran ciudad de “Vivar”, Jaidern se detiene a la orilla de la carretera y se agacha para ver lo mas al ras del suelo y poder distinguir la huellas de Lornar de entre las demás que estaban marcadas en el camino, Jaidern después de casi cinco años de aventura, de persecuciones y huidas, se había convertido en un experto rastreador, era casi imposible que perdiera el rastro, y menos a la luz del sol y tan fresco. -No lo entiendo- dice en voz baja al escuchar acercarse a los demás miembros del grupo -Se esta regresando al sur- - ¿Al Sur? – pregunta Gabriel en tono extrañado.
-Pues así es amigo mío- Jaidern se pone de pie y espera que todos estén cerca para continuar hablando -Lo están ayudando- dice bruscamente para que todos oigan mientras dirige su mirada a Yannmir la cual prefiere no responder ni mirarlo. - ¿Ayudando? ¿Estás seguro? – pregunta sorprendido Sart mientras se acomoda su ridículo sombrero de arlequín el cual según la tenía poderes mágicos, en todos los años de aventura con el grupo nunca habían visto algún poder de su sombrero con cascabeles, pero nadie en su sano juicio discutiría con un juglar - ¿Estás seguro Jaidern?, mira que talvez el calor del sol te haga equivocarte, como cuando confundiste la huella de un conejo con la de un lobo y casi nos matas del susto- el tono a broma no le gustaba nada a Jaidern el cual siempre se molestaba cuando Sart le recordaba aquel error que cometió cuando apenas tenía diez y seis años en su primera aventura con un grupo de novatos recién salidos para conseguir fama y fortuna, las aventuras nunca son como las pintan los juglares, no hay gloria ni recompensas, todas son una lucha por la supervivencia del mas fuerte.
Antes de que Jaidern decidiera continuar tras Lornar, Gabriel le pregunta - ¿Cuántos son aparte de Lornar? –
-uno- responde el explorador mientras continua en su labor de seguir el rastro del traidor.
Eran casi medio día cuando divisaron un par de carretas que venían en su dirección, el veterano grupo de aventureros reconocieron que se tratarían de comerciantes que de seguro viene de las “Ferias Mercantes de Patrial”, Gabriel el clérigo cambio su bastón de mano y luego golpeo el camino dos veces, esa era la señal para que todos estuvieran alertas, Jaidern escondió sus manos tras su capa para agarra la empuñadura de su espada corta y su daga, Sart saca su flauta como si fuera a tocarla mientras le pone un dardo a su instrumento, Corberts el bárbaro se hace a un lado de la carretera y pone su espadota sobre su hombro para que dé un movimiento golpear con ella a algún desdichado enemigo que cometiera el error de atacar a su grupo, Yannmir se esconde detrás de la gran sombra de Corberts mientras prepara sus dagas y Gabriel levanta su símbolo sagrado para saludar, identificarse y preparar algún favor de su diosa que le ayudara en caso de necesitarlo, “Los Defensores” nombre de su grupo por el cual los conocían en algunos pueblos estaba listos para cualquier posible percance.
Uno de los cocheros de las carretas logro divisar a lo que creyó que eran cinco personas, pero ahora contando mejor vio a cuatro nada más, levanto la mano en señal de bajar la velocidad para luego hacer señas de que había personas en el camino, cuando estuvieron cerca el cochero reconoció el símbolo sagrado de Lemystral lo que le hiso relajarse un poco, sonriendo levanta la mano esta vez en señal de saludo. -Bien hallado sean viajeros, ¿espero que sus intenciones sean honestas? –
-Bien hallado seas tu y tus acompañantes, mis intenciones y las de mi grupo son honestas, si van en paz, nosotros los dejaremos pasar en paz- responde Gabriel al saludo.
-Pues que así sea pacifico viajero- dice el cochero mientras soltaba una masa, Gabriel nota que las carretas estaba basillas de mercancías, pero trasportaban a no mas de dos jornaleros cada una que de seguro venían de algún campo de trabajo.
Antes de que las carretas pasaran, Gabriel decide preguntar al conductor -Mi buen amigo, ¿puedo robarle un poco de su tiempo para hacerle una pregunta? –
El cochero asiente mientras sujeta la masa de nuevo. - ¿Por casualidad han visto pasar a dos sujetos que cargaban un cofre? – luego agrega a la pregunta -Mi grupo y mi persona somos aventureros y le pregunto por que uno de ellos tiene orden de captura por asesinato-
-Mi buen amigo, podría describirme al perseguido en cuestión- pregunta en tono inocente el cochero.
-es un hombre como de veinte cuatro años, con un peto de armadura laminada, y una espada larga en su cintura, tiene una capa color marrón y pantalones negros con botas del mismo color- le responde Gabriel, ya que era normal la desconfianza en estas zonas ya que había saqueadores, bueno ya no hay mas saqueadores ya que Gabriel y su grupo los acabaron, pero el cochero no lo sabía. - ¿Y el nombre de vuestro grupo? - joven clérigo de Lemystral.
Gabriel responde con orgullo –“Los Defensores”, mi buen cochero-
El cochero piensa un rato y luego uno de los jornaleros que llevaba en su carreta se le acerca para susurrarle algo en el oído, el cochero suelta la masa y con un gesto mas aliviado dice -Ya se quiénes son vuestro grupo, pues les cuento que sí lo vi pasar acompañado de un sujeto viejo, alto, con una larga barba blanca con sombrero de mago- - ¿sabe de casualidad que tan lejos van? ¿o Asia donde podrían dirigen? –
-Pues si amigo mío, no están a mas de una hora de aquí, y si siguen por el camino de seguro llegaran a “Sirgel”-
Continuara...